LA TOSA DI MILANO Y SU MISTERIO

El emperador Barbarroja


En la entrega nº 2 de este blog referida al capitel de San Pedro de la Rúa (8 de Febrero), hemos mencionado el “Alejandro subiendo a los cielos” de la fachada de la catedral de Fidenza.
Relieve al pie de la torre de la fachada del Borgo San Donnini con la imagen de Alejandro Magno subiendo al cielo

 En ella observamos el hecho extraordinario de que en muchas iglesias o catedrales europeas –Suiza, Italia- se repite la presencia del profeta Daniel en diferentes lugares del mismo templo. El paradigma resulta ser la Basílica de San Michele Maggiore en Pavía donde figura en cuatro capiteles, cuestión que es justificada por ser lugar de coronación y residencia de los emperadores del Sacro Imperio Germano en Lombardía, y mediante su lectura se ha podido establecer el recorrido y entronización durante la ceremonia, siguiendo la propuesta de Elliot. Este autor –cuenta la tesis del dr.Olañeta- explica que en la ceremonia se cita la figura de Daniel relacionado con la justicia, y se espera que el emperador que allí recibe la unción de Dios, sea espejo del Daniel juez, que salvó a Susana. De nuevo encontramos a Daniel como referencia de juicios justos.
De todos modos, en una próxima entrega vamos a proponer relaciones iconográficas de la fachada de Fidenza y ahora nos vamos a centrar en la curiosa historia del protagonista de la última ceremonia de coronación celebrada en Pavía, el emperador Federico I Barbarroja, que pudiera figurar además como responsable de la reconstrucción de la fachada de Fidenza, ya que la iglesia había sido destruida varios años antes. Al menos, consta que Federico I es el autor de un diploma recordatorio de los privilegios otorgados por Carlomagno y el Papa Adriano II, quienes aparecen esculpidos en la fachada.  Como veremos en esa próxima entrega, en esta excepcional iglesia de Fidenza, la fachada de piedra blanca con tan interesantes esculturas, está construida –trabada- a la anterior reconstrucción de unos años antes, de modo que hoy vemos el envoltorio –tan bello-de un templo del que asoman los “ladrillos” o sillares oscuros tras la escultura que parece  haberse encajado en algunos casos de manera forzada en su lugar actual. Curiosamente el edificio oscuro asoma por encima de la fachada y el ábside, de modo que lo viejo asoma sobre lo nuevo, al revés de lo que suele ser habitual.
Capitel con Daniel y Habacuc en la fachada de Fidenza.Encima, la figura de San Pedro y tras éste, el hueco en la fachada. El cimacio muy deteriorado y de piedra distinta.

Conforme a lo que antes decíamos, Fidenza contiene dos veces a Daniel entre los leones, en dos lugares importantes: la fachada, con todo el episodio completo de Daniel 14 (Habacuc) y la cripta, también reconstruida, con Daniel entre leones (probabilidad alta) sin especificar el pasaje.
Capitel de la cripta con el otro Daniel entre los leones

Quien mejor conoce la catedral del Borgo San Donnino (ya que Fidenza lo es desde 1927) es la japonesa Yoshie Kojima, quien al parecer propone que el relieve de la torre con la majestuosa figura de Alejandro es románico, aunque no creo que se haya esculpido como ejemplo de soberbia, sino a la manera del que tiene San Marco en Venecia. Puede ser que el emperador citado, Federico Barbarroja lo hiciera poner como muestra de soberanía y poder. El hecho de  figurar en los relieves de la fachada tanto el emperador Carlomagno como el Papa Adriano II, por los que sentía admiración Federico I, pudiera haber servido para afianzar el poder y gloria del propio Barbarroja, tal como insinúa Kojima.  
El hecho cierto es que se ha ido evitando durante siglos la agresión a la figura de ,Alejandro dotándola de una versión “defensiva” muy popular: la gente le sigue llamando “la reina Berta hilando”, y así aparece incluso en una guía de 2011, al identificar las varas con cebos como husos, lo que ha tranquilizado la conciencia de clérigos y fieles, salvando al relieve que, claramente, muestra al pagano Alejandro subiendo a los cielos y no a la reina Berta. Muy cerca, la medida para cortar telas esculpida en la fachada –al modo de Jaca- puesto que el mercado semanal se celebraba en el entorno de la catedral, como en muchos otros lugares. Curiosamente hay una reina Berta italiana relacionada con el reino de los Mallos, que dejaremos investigar a los buenos aficionados maños.
Esto de cambiar nombres y utilidad a las figuras esculpidas es bastante frecuente; a veces ha servido para su preservación, como ocurre con los exhibicionistas en los aleros.
El libro de Kojima, “Storia di una cattedrale” no lo hemos podido consultar, pero sí una conferencia que impartió cuando la hicieron hija adoptivo de Fidenza hace tres o cuatro años. De todo ello trataremos en breve, cuando nos centremos en esa fachada.
En lo que hoy queremos fijarnos es en el personaje de Barbarroja, de quien ya habíamos tratado hace tiempo en el foro del pasiego por su alusión en otra iconografía sorprendente.

La Tosa di Milano

En el siglo XII, cuya segunda mitad fue ocupada por las controversias papales y batallas del emperador Federico I Barbarroja, se esculpió un relieve que se ha conservado, actualmente en el museo del castillo sforcesco de Milán.
La Tosa di Milano en fotografia de Luca Cerini en flirck
 Presenta, como se puede ver, a una mujer con melena sujeta por una diadema y vistiendo esclavina que se remanga las faldas con su mano izquierda mientras que con la derecha sostiene una tijera (generalmente aceptada como tal) que se aplica a su vello púbico. Está enmarcada en un arco apoyado en dos capiteles y en el arco parece que se puede leer EST PORTA Te CTONSE , que no hace más que señalar el sitio en el que se hallaba hasta que fue llevada al museo: formaba parte de la muralla de Milán (luego, una puerta), la Porta Tosa. Se discute si Tosa era el apelativo de las jóvenes milanesas del medievo o “Tosa” fuera el calificativo similar a “rapada” o “afeitada”. Se vé claro.
¿Para qué se puso tan chocante relieve en la muralla? Hay diferentes versiones. Unas cuentan que en el asedio de Federico Barbarroja (que para eso lo hemos traído aquí) a finales del siglo XII a la ciudad de Milán, apareció una mañana ante la tropa asediante una joven sobre la muralla realizando tal gesto que tenía fuerte significado apotropaico, de rechazo del cerco por la población, y la exhibición sexual y su maldición y condena desmoralizó a la tropa tedesca, que abandonó el asedio. Asimismo, hay quien considera que ese afeitado que acomete la joven era característico de las prostitutas milanesas.
Otros quieren relacionar el relieve con una burla que la misma población milanesa quiso hacer al acosador Barbarroja, proponiendo que la dama en cuestión fuera su propia mujer, Beatriz de Borgoña.
En la web www.milanofree.it tienen un apartado sobre “la tosa impúdica di Milano” donde aportan otros datos, como el hecho de que a las culpables de adulterio o prostitución se les infringía esa pena, cosa que no vemos muy plausible porque el castigo quedaba oculto.
El caso es que las referencias pueden llevar hasta el imperio bizantino, sin faltar la relación a su carácter apotropaico por la exhibición sexual, ya que mostrar el sexo es poderoso medio para evitar el mal de ojo, como cuenta el famoso grabado de Durero y hemos explicado en “El sexo protector”. También el 26 de Julio en este mismo blog hemos incluido un dibujo procedente de la Koninklijke Bibliotheek de La Haya con una muestra del uso femenino del sexo para ahuyentar al enemigo que asedia su ciudad.
  Pero lo que nos interesa es lo que cuenta : una mujer acomete el rapado de su vello púbico.
Hasta aquí lo que conocíamos, pero hace unos días hemos encontrado una posible relación que explique mejor el relieve de la Tosa di Milano.

La cantidad no revelada
Grabado del Ashmolean Museum del siglo XV capturado por pinterest 

En un dibujo que nos facilitan en pinterest.com actualmente en los fondos del Museo Ashmolean de Oxford, procedente del siglo XV aparece un motivo que ya vemos con frecuencia en los relieves románicos: el animal realizando una labor intelectual, algo inalcanzable para las bestias. Un asno toca el órgano con sus patas delanteras. Se coloca unas lentes de manera ridícula en la cabeza mientras aporrea las teclas del órgano al tiempo que entona algún rebuzno adecuado a su arte. Al fondo aparecen abrumados el organista y su mujer. El hombre lleva en la mano lo que puede ser la clave para entender también a la Tossa de Milano y su valor apotropaico: una flor de cardo.
flor de cardo seca, dispuesta a difundir miles de semillas en sus finos pelillos (wiki)

Todos la conocemos. La alternativa más simple sería la oferta de esa planta al asno, que por algo la llamaban “cardo borriquero”. Sin embargo, pensamos que no hay que desechar otra aplicación a la planta: en la Edad Media la flor del cardo era muy utilizada como amuleto para protegerse del diablo y del mal de ojo, de manera que se colocaba seca sobre la puerta de las casas por su característica flor, compuesta de miles de hilillos con las semillas que se esparcía con el viento a su maduración. La creencia consistía en que los diablos y aojadores se iban a detener a contar los pelillos de la flor de modo que se iban a distraer en ello para no acechar a sus moradores. La base de la creencia era “la cantidad no revelada”, como vimos en “el sexo protector” (pag.19). Citábamos un trabajo de la antropóloga Fabiola Y.Chavez que recogía este poema de Cátulo dedicada a su amada Lesbia: “Dame mil besos, después cien, después cuando nos habremos dado muchos millones, los mezclaremos para que nadie sepa y ningún malévolo pueda envidiarnos (hacer el mal de ojo) sabiendo que tan grande es el número de besos”.
 Como puede verse, tras la apasionada propuesta, subyace “la cantidad no revelada” que ha de proteger a los amantes.
Detalle del grabado del Ashmolean Museum en el que se ve claramente el cardo en la mano del organista

En un sentido más práctico de esta creencia del poder de la “cantidad no revelada” se ponían las flores de cardo sobre las puertas (y se siguen poniendo), los rabos del tejón sobre las caballerías y los niños y hasta las herraduras tenían utilidad, siempre que fueran usadas, porque era imposible determinar cuántos pasos se habían dado con ellas. Se pensaba que los diablos y aojadores aceptaban el desafío de contar esos pelos antes de lanzar su hechizo, lo que les distraía hasta desistir de su intención. Así aparecen también laberintos y alquerques en las puertas de los templos para distraer esos indeseables visitantes. ¿Alguien jugaría en un alquerque grabado en vertical en el muro?  No hay que olvidar los siglos que contuvo en su pasillo una colección de herraduras el monasterio de Silos, con su correspondiente leyenda.
La diabólica aparición del burro organista pudiera provocar la exhibición del cardo para conjurar su presencia.
Tal principio de “cantidad no revelada” pudiera ser (y no exactamente la exhibición sexual) lo que explique el gesto de la Tosa di Milano sobre la muralla desafiando al enemigo.
Por lo que respecta a la flor del cardo, encontramos otra denominación religiosa para esa planta con fama de curadora de varios males, entre ellos, los del hígado. El cardo también es llamado “cardo mariano” porque hace referencia a la Virgen María, por atribuírsele la capacidad de ocultar bajo sus hojas al Niño Jesús en la Matanza de los Inocentes, según vimos  en un icono bizantino facilitado por la profesora Grau-Dieckman.
Icono con la matanza de los inocentes. Abajo la muerte de Zacarías. En el centro María e Isabel protegiendo a sus hijos

 “Al momento de escapar de los soldados de Herodes- dice la wiki- del pecho de la Virgen cayeron algunas gotas de leche, que han perdurado para siempre en esta especie para recordar aquel señalado día”. No hace falta añadir la conveniencia de la planta en su jugo lechoso para  ayudar a madres lactantes.
Detalle del icono donde Isabel esconde a Juan bajo la montaña y María a Jesús bajo un cardo

Todo ello sin descartar otras versiones. E si non e vero...


Comentarios

  1. El tema de la "cantidad no revelada" con significado apotropaico lo habíamos visto el pasado 26 de Julio en la entrada titulada "Batallas a escudo y bastón por el honor en Aragón", en la que aportamos con detalle los dibujos del Código de los Sajones de la Biblioteca de la Universidad de Heidelberg, original del siglo XIII en donde aparece la divertida historia de la letrada Calpurnia, cuya vida cita Alfonso X el Sabio como ejemplo de lo que no debe hacer una abogada ante los tribunales, hasta el punto de que, pese a sus grandes conocimientos, no se la permitió actuar en juicios si no era representada por un hombre. Bonito recordatorio para un día como el de ayer.
    Como contaba la leyenda representada, originalmente había mostrado su rechazo al tribunal levantando sus faldas y mostrando su "pudenda trasera" pero en esta versión que manejamos, se ha sustituido lo mostrado por una especie de pompón lleno de pelillos, es decir, por una muestra de "cantidad no revelada", que hace alusión a lo no representado, en un curioso juego de sustitución que sigue contando lo mismo, pero conjurando los malos pensamientos.
    http://romanicodigital.blogspot.com.es/2017/07/batallas-escudo-y-baston-por-el-honor.html

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  2. En esta historia del asno organista no pensamos que haya más alusiones que las que hemos citado. Sin embargo, en "the Secret Middle Ages" de Malcolm Jones, que ya hemos citado antes, estudia el doble sentido del órgano. Realmente es difícil de leer el libro por el uso constante del doble significado, como ocurre en todos los idiomas cuando se refieren a cuestiones sexuales.
    Precisamente el castellano es el más proclive a ese doble sentido cuando decimos "tocar" el órgano cuando al menos los británicos y los franceses "juegan" la música.
    El autor señala el doble sentido del acto de tocar el órgano utilizando un conocido cuadro de Tiziano en el Museo del Prado "Venus recreándose en la música", en el que la diosa aparece desparramada frente a un organista que vuelve la cabeza del órgano que toca fijando su mirada no en la partitura sino en el monte, y no precisamente del paisaje que aparece tras la ventana.
    https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/venus-recreandose-en-la-musica/3318ce42-8836-4867-acf7-276e1870294c

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  3. Aunque parezca que la Tosa di Milano es un caso único, existe un precedente probablemente más antiguo, que es citado por el mejor investigador de las figuras obscenas del románico en toda Europa, como es Anthony Weir, autor con James Jerman del conocidísimo libro “images of Lust” cuya página web “Beyond the Pale” algunos ayudamos a enriquecer. Pues bien, en esta web del mismo proyecto
    http://www.sheelanagig.org/wordpress/egremont/
    se puede ver la sheela-na-gig de Egremont (England) donde la dama –aquí desnuda con la pierna doblada- enarbola una tijera en su mano derecha, igual que la de Milán. Como no parece que pueda aludir al sitio de Barbarroja, y aunque no es específicamente una sheela-na-gig, parece claro que, como éstas, tiene un claro sentido apotropaico, y puede considerarse como alusivo a "la cantidad no revelada".

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