LA PILA DEL PANTEON...(4ª parte y final). LOS TEXTOS
Eric
Palazzo, un sabio francés que domina de manera magistral la relación de las
imágenes con la liturgia, publicó en 2010 en los Anales de Historia del Arte un
laborioso trabajo sobre “Arte y liturgia
en la Edad Media” donde recoge la reflexión de Mary Carruthers según la
cual las imágenes materiales, visuales, reflejarían las construcciones mentales
del pensamiento medieval basándose sobre todo en la noción de memoria. Así, las
imágenes serían destinadas a funcionar como verdaderos recuerdos nemotécnicos participando
en la expresión de un pensamiento…A esto añadiría Palazzo que cree que las
imágenes son consideradas como “lugares” de ritual y no objetos funcionales
para servir de “Biblia de los iletrados”. Este mismo pensamiento ya lo
expresamos, del mismo autor, cuando estudiamos los capiteles del Exultet en
este mismo blog. Podríamos ver en la labra de las escenas de la pila
representando una liturgia anterior, no sólo una remembranza de la liturgia que
ha cambiado, sino que haría al espectador identificar el rito con el lugar y el
sacramento. El adjetivo que utiliza es “performativo” un acto que trasciende al
gesto y la palabra. Y todo ello siguiendo el pensamiento de Rábano Mauro.
Detalle de la cara 1 de la pila del Panteón de San Isidoro con la imagen portátil |
Y en
ese sentido, el autor entiende que el libro litúrgico (tan protagonista en
esta pila) es considerado un espacio sagrado, un lugar sagrado porque es el
lugar que transmite la Palabra sagrada, los textos sagrados de la liturgia.
También, siguiendo a Pastoureau, hace un profundo análisis del origen del libro
como objeto que aporta el árbol y su relación con Cristo por la madera de la
Cruz y concluye diciendo que “el libro litúrgico es no solamente un objeto
práctico, utilitario, una insignia de la función litúrgica del celebrante, sino
también y sobre todo, un espacio sagrado cuyo significado simbólico contribuye
a la validación sacramental del rito y al carácter sagrado de la liturgia”. El
libro sagrado es Cristo, que se activa mediante la liturgia y el rito.
Pero
hemos de entrar a buscar los libros que tratan de la liturgia que creemos se
esculpe en esa pila. Habíamos mencionado que los estudiosos se refieren al
Liber Ordinum por su contenido de la liturgia en general, pero en “La cura pastoral en la España
Romanovisigoda” de Justo Fernández Alonso de 1955, señala también el “De
ecclesiasticis officis” de S.Isidoro de Sevilla y el “De cognitione baptismi”
de S.Ildefonso de Toledo como base de la formación de esa liturgia, con el
previo, del siglo VI de S.Martín de Braga “De correctione rusticorum”.
Señala
el estudioso que ya en el siglo VI se bautiza a recién nacidos, por lo que en
muchos casos hemos de considerar las grandes pilas no paleocristianas hechas para el rito de aspersión, pese a su
tamaño, y no de inmersión. Otra cosa era cuando un grupo social numeroso de
adultos y jóvenes (judíos, musulmanes, etc) se convertían en masa. Cuenta cómo
en Mahón se forzó a una comunidad judía a convertirse y éstos para burlar el
mandato de hacer bautizar a la fuerza a sus hijos, presentaban al rito a otros
niños que ya estaban bautizados, dejando así a los suyos en el judaísmo, sobre
todo como rechazo a la imposición.
Cuenta
cómo en esa época duraba dos años la preparación al bautismo. Había extrañas
excepciones: la catecúmena adúltera (no tan niña) que matara el feto, no podría
recibir el bautismo hasta la hora de la muerte, y la que hubiera tomado por
esposo a quien había abandonado sin razón a su mujer, debía esperar cinco años.
Detalle del bautismo en el que el catecúmeno lleva el Credo en la mano |
El
símbolo (en nuestra pila, el Credo escrito en una cartita que llevan todos) era
de gran importancia. Compendio de la fe, la traditio symbol se realizaba en el
Domingo de Ramos y el Jueves Santo se había hecho la reditio symbol, que
consistía en la recitación del símbolo (el Credo) ante el obispo o presbítero.
Se pretendía que lo memorizaran. Se ensayaba diariamente a las tres de la
tarde. Los catecúmenos asistían a la misa hasta el Ofertorio para reconocer las
oraciones. “Resultaba imprescindible la preparación ascética mediante la
penitencia. Los niños, que no podían ejercitarse de este modo en la penitencia
eran presentados al sacerdote para ser bautizados llevándolos “per stramenta
coliciorum” a fin de que, si no de hecho, al menos simbólicamente también ellos
se acercaran a la fuente de su regeneración con las mismas disposiciones
espirituales que exigían a los adultos”. Se trataba de llevarles con ropa
penitencial.
Como ya
hemos apuntado en entradas anteriores, el domingo de Ramos, se celebraba el capitilavium,
que como su nombre indica, consistía en
lavar las cabezas de los aspirantes para tenerla limpia para recibir la unción.
Detalle de la cara 2 de la pila con la imagen fija ya en la iglesia con la imposición de manos |
También
se realizaban exorcismos, increpaciones al diablo pronunciadas sobre los
energúmenos (adultos presumiblemente pecadores) y sobre los catecúmenos “para
hacer cesar la violenta posesión diabólica en los primeros y reducir a la
impotencia la impía virtud del demonio y su malicia”. Seguía la insuflación,
como complemento a los exorcismos: en ella tenía lugar la renuncia del
catecumenado al diablo y sus pompas. Se terminaba con la efetatio, que como
hemos dicho, consistía en la unción en orejas y labios con el óleo previamente
bendecido por el obispo.
Toda la
ceremonia de los exorcismos y la unción se celebraba con la asistencia de los
fieles y tenía lugar el domingo de Ramos, después del matutinum, lecturas
bíblicas que según San Ildefonso precedían a los exorcismos, tal como vienen en
el liber comicus.
Según
el testimonio de San Ildefonso, en el siglo VII durante el tiempo de Cuaresma
se cerraba la fuente bautismal, poniendo sobre ella el sello del anillo
episcopal, que se quitaba el día de Jueves Santo, cuando se desnudaban los
altares.
Detalle de la cara 3 de la pila con la procesión con velas tras la imagen móvil del Cristo usado el Domingo de Ramos |
Relata
Fernández Alonso que era una ceremonia nocturna, culminada con la bendición de
la luz nueva. (Por lo que hemos leído, se desarrollaba a lo largo de la noche,
lo que avala el uso de abundantes velas y cirios como los que llevan en la cara
tres de la pila). “Terminada esta bendición, se realizaban una serie de
lecturas y oraciones, la tercera de las que era la conocida “Omnes sitientes,
venite ad aquas… una vez iniciada, se levantaba el obispo y acompañado tan sólo
de los presbíteros y diáconos, todos con
velas encendidas en las manos, se dirigían procesionalmente al vecino
baptisterio, en el cual se colocaban los díaconos alrededor de la fuente y
los bautizados en un lugar especial, que el liber ordinum llama poéticamente
agnile (entendemos que como un redil) por el orden en que habían de ir
recibiendo el bautismo”
“Entonces
se levantaba el obispo y recitaba dos largas oraciones indicando la protección
y la gracia para los que pronto iban a entrar en el seno de la Iglesia y
terminadas las cuales, se bautizaba. El ritual debía ser muy conocido y se
encontraría sin duda alguna entre las fórmulas de aquel Manual que según en
concilio IV de Toledo, se entregaba a todos los sacerdotes al encargarlos de
una parroquia de modo que el compilar del citado liber ordinum pudo dispensarse
de ser más explícito a este respecto.
Vista general de la cara 3 de la pila en el Panteón de San Isidoro de León con la procesión del Domingo de Resurrección |
Lo
primero sería la bendición de la fuente y del agua, que cada vez que se
administraba el bautismo había de recogerse, no de las cisternas, sino de los
ríos. Trazando una señal de la cruz sobre el agua tocándola, un exorcismo sobre
ella con infusión de un poco de óleo y una bendición final.
Seguían
los interrogatorios previos a la inmersión sobre la renuncia al diablo y a sus
cosas, y sobre la fe en los misterios del cristianismo, que seguramente se
hacían con todos en común. Lo esencial del interrogatorio era la renuncia al
demonio y a sus obras y la profesión de fe explícita en el misterio de la Santa
Trinidad. La fórmula del bautismo era esencialmente citando a la Trinidad, ya
que si no se hacía, no valía el sacramento. “
Esto ha
dado lugar a grandes debates. De hecho, la Iglesia considera que si alguien que
ha sido bautizado solo en nombre de Jesucristo, desea luego recibir el bautismo
católico trinitario, no le es preciso, y sólo con la imposición de manos es
aceptado en la asamblea católica. Hay un grupo protestante, que se llama
unicitario o “solo Jesús” que bautiza solo en nombre de Jesucristo, basados en
los Hechos de los Apóstoles y consideran una manipulación la referencia a Mateo
28.19 que es donde aparecen las tres personas de la Trinidad. Pudiera tener que
ver con esto, quizás, el hecho de hacer figurar tres catecúmenos procesionando
en la pila, que han sido confundidos desde los Magos hasta los pastores. Es
curioso que en la pila de West Haddon en la
que se esculpe el bautismo de Cristo por San Juan que también lleva un gran
libro en la mano, no se haga mención ni a la paloma ni a la Dextera, es decir,
no se invoca –en la talla- ni al Padre ni al Espíritu Santo, como vemos en las fotos de Mª.José Friedlander al final de esta entrada.
Bien,
terminemos con este estudio:
Ceremonias
postbautismales.
“Terminada
la inmersión de todos los bautizados, se
organizaba de nuevo la procesión hacia la iglesia catedral, en la que se
hallaban reunidos los fieles, entonando un cántico de acción de gracias;
después de la procesión, se procedia a la crismatio, a la cual seguía la imposición de manos. El obispo, tocando la cabeza del neófito con la
mano, pronunciaba una bendición y mediante este rito descendía el Espíritu Santo sobre el nuevo miembro de la Iglesia.
Era el sacramento de la Confirmación.”
Y sigue
el estudioso: “Todos los autores están de acuerdo en que a este último y no al
bautismo pertenece la imposición de manos, pero se ha discutido mucho, aun
recientemente, si con la crismatio sucede lo mismo: para unos se trata de un
simple rito postbautismal, mientras que otros defienden que es parte integrante
del sacramento de la Confirmación. Creemos que en las fuentes españolas se
distinguen perfectamente aunque no siempre, dos momentos en que se administra
el crisma después de la inmersión en los bautismos, y ambos seguidos: la
primera vez se hacía sobre la cabeza, la segunda sobre la frente y esta última
sería la que integraba, con la imposición de manos, el sacramento de la Confirmación;
el presbítero no podía conferirla nunca mientras que la primera sí, siempre que
empleara para ello el crismo consagrado por el obispo”.
Terminamos:
“Después de esta ceremonia sencillísima de la Confirmación, tenía lugar la
traditio orationis dominicae, que era una instrucción sobre el contenido del
Padre Nuestro y el fervor y perseverancia de toda oración…A esta instrucción
seguía enseguida la Comunión eucarística, precedida también ésta por otra
instrucción sobre el “mysterium fidei”. Ya antes de la Comunión se les había
revestido de vestiduras blancas que tenían que conservar en los días inmediatamente
siguientes, durante los cuales había de continuar asistiendo a la iglesia para
algunos ejercicios de piedad.
La
ceremonia de Albas Tollendas final de todas las de la iniciación cristiana se
celebraba en un principio a los ocho días de la Pascua, en la dominica “in
albis”, pero luego se redujo a tres días.”
La
liturgia impregnaba la vida del cristiano de tal modo, que había bendiciones
hasta para los primeros pelos que salieran en la cabeza de un infante, o la
oración sobre los párvulos que iniciaban la escuela y una ceremonia específica
para la primera barba de los varones: terminada la misa, el incipiente barbado
se acercaba al cancel antes de que el diácono despidiera a los fieles, y el
sacerdote, tomando un poco de cera de una vela bendita, la ponía en los dos
extremos del incipiente bigote y en la punta de la barba, acompañando de las
palabras:” In nomine Patris, et Filii et Spiritu Sancti regnantis”, se entonaba
a continuación una antífona, seguía el versículo de un salmo y varias oraciones
pidiendo para el joven la bendición de Dios para que su vida sea santa y
merezca llegar a la virilidad perfecta>; después introducía la barba con la
cera en un anillo de oro y la cortaba sobre un lienzo limpio, mientras lo
bendecía. El diácono finalizaba la ceremonia: missa acta est.
Otro
texto que hemos mostrado aquí es LA LITURGIA BAUTISMAL EN LA ESPAÑA ROMANO-VISIGODA. De José Pijuan-1981 donde se estudia el
trabajo de Ferotin sobre el Antifonario de León, que ha de tener mucho que ver
con esta pila. (Existe
en Amazon a la venta por unos 7 euros un libro de Akeley que parece
interesante “Christian Iniciation in
Spain”).
Citaremos tan sólo aquellos detalles que
complementen lo ya dicho:
Bautismo.
La
ceremonia comenzaba la vigilia pascual, que se iniciaba el sábado santo al
atardecer. Reunida la comunidad cristiana en la catedral, después de la
bendición del cirio y empezada la tercera lección, se organizaba la procesión al baptisterio presidida por el obispo con sólo
los presbíteros y diáconos, junto con los bautizandos y sus padres o padrinos
para proceder al bautismo.
Según
los libros, durante la ceremonia del bautismo solemne había dos asambleas simultáneas: una en el
baptisterio presidida por el obispo y otra en la catedral, presidida por algún
presbítero o cuando menos por un lector, que proseguía las lecturas. Esto
explicaría el gran número de lecturas de esta función (once o doce) que servían
para entretener a la asamblea de los fieles durante la ceremonia que tenía
lugar en el baptisterio. Las puertas del baptisterio, cerradas al principio de
la Cuaresma, se habían abierto el jueves anterior. Una vez dentro del
baptisterio y reunidos los presentes alrededor de la piscina bautismal, lo
primero era la bendición del agua, rito en tres partes: exorcismo, infusión del
aceite en forma de cruz y bendición (hay quien habla de que se tocaba el agua
con la madera de la cruz).
Bendecido
el agua, sigue el rito de renuncia al diablo y la profesión de fe. La renuncia
es por medio de preguntas y respuestas. La profesión de fe consistía en recitar
el Credo, a veces con preguntas y respuestas también. Seguía la inmersión, una
o triple.
Como
es natural, el bautizando se introducía en la piscina desnudo. Sin embargo, no
es cierto que en todas partes lo hicieran completamente desnudos pues se habla
de túnicas. En el español Liber ordinum, se dice en el bautismo de los niños que “el ministro
presenta al sacerdote el niño desnudo”.
La
inmersión era solo hasta la cintura y tomando agua de la piscina, el ministro
la echaba sobre la cabeza del bautizando. Por tanto, había inmersión e
infusión. La fórmula: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo para que tengas la vida eterna”.
Al
salir de la piscina se entonaba el
cántico de Moisés (Ex.15,1). Después del paso del Mar Rojo y después del
bautismo se dice: Cantemos al Señor pues ha sido ensalzado gloriosamente.
capitel de Moisés en el Mar Rojo. Panteón de San Isidoro de León |
Isidoro e Ildefonso tienen
como figura del Bautismo al Paso del Mar Rojo,
que libra del enemigo a los que pasan por sus aguas, cuyo triunfo se expresa en
el bautismo solemne por el cántico de Moisés: Cantemus Domino, capitanía de
Cristo como un nuevo Moisés. Para Isidoro también es figura del bautismo el
Jordán, cuyo paso introduce a los bautizados en la Tierra Prometida, el reino
de Dios.
Si
se hacía por inmersión debería hacerse previamente el lavatorio de pies pero no se indica. La inmersión
triple era la normal, pero con la ocupación.de los visigodos y la herejía
arriana, algunos optaron por la única, para distinguirse de los arrianos por la
distintas personas de la Trinidad.
Según
el Antifonario de León, la bendición del crisma no tenía lugar el Jueves Santo,
sino que se anticipaba al Domingo de Ramos junto con la bendición del aceite para
la unción de los catecúmenos, de ahí la solemnidad que a esta bendición da el Antifonario. Esta costumbre explicaría en parte la
persistencia de los presbíteros en bendecir por ellos mismos el crisma, pues
por lo menos a las iglesias alejadas de la sede episcopal les resultaría
difícil proveerse del mismo, solo en el espacio de dos días. De hecho, el
obispo puede consagrar el crisma en todo tiempo si era necesario.
Imposición
de manos.
En
el N.T. en Hechos, Pedro y Juan bajan a Samaria imponen las manos sobre los bautizados
y estos reciben el Espíritu Santo. Los judíos convertidos al cristianismo
comunicaban el Esp.Santo por la imposición de manos. Ahora con el rito nuevo, a
los fieles se les da el don del Esp.Santo por la triple crismación posbautismal
. El Canon 7 del concilio de Sevilla de 619 entre los ritos reservados al
obispo enumera la comunicación del Esp.Santo por la imposición de las manos.
Ildefonso: “oportunamente después del bautismo se da el Es.Santo con la imposición
de la mano (el liber ordinum en su parte ritual emplea el singular).
La
Comunión.
Ildefonso
lo menciona como rito final de la iniciación cristiana. “En el bautismo solemne
terminadas las ceremonias en el baptisterio, se organizaba la procesión a la
catedral, donde proseguía la misa en la que comulgaban los neófitos junto con
los demás asistentes.
El
liber ordinum advierte que después de la imposición de manos el sacerdote impone
el velo o vestido blanco a los recién bautizados,.que lo llevaran hasta el
tercer dia. El ritual lo cita como
vestem nuptialem. Se comulgaba bajo las dos especies. El Concilio de Braga III
(675) reprueba el abuso de usar leche o uvas en lugar de vino y distribuirlas a
los presentes y de mojar la eucaristía (el pan) con vino para la comunión. Se daban
uvas para comulgar. Cipriano dice que hasta los recién nacidos recibían la
eucaristía y los niños que no podían con pan, lo hacían con vino. Y comulgaban
no solo en el bautismo sino los domingos cuando los llevaba su madre a misa en
los brazos.
San
Cirilo de Alejandria describe como se recibía el pan eucaristico en la mano
derecha extendida y descansando sobre la izquierda y según Cesáreo de Arles,
las mujeres lo recibían en la mano cubierta con un velo.
Otra
buena fuente (nunca mejor dicho) es el contenido de la web
que
trabaja sobre un estudio del P.Cleofé Sánchez Montealegre “Liturgia bautismal y
San Ildefonso”, por lo que sigue el De cognititone Baptismi. Sacamos algunas
notas, aunque se puede consultar la web. Así, respecto a la apertura de la
fuente, dice San Ildefonso …”se viene a la fuente como al Mar Rojo, para que los que habían sido esclavos en Egipto del
príncipe Faraón fabricando ladrillos con barro y ligeras pajas, esto es, los
que se adherían al mundo bajo las órdenes del diablo en las acciones
terrenas…puedan llegar cuanto antes a su propia liberación bajo la capitanía de Cristo, como un nuevo Moisés.”
Recita
luego el exorcismo sobre el agua, que omitimos aquí, y una invocación sobre el
poder del agua (antídoto de la manzana) y vuelve a citar a Moisés haciendo
surgir el agua de la roca con su vara para abolir el poder del maldito.
Viene
luego las renuncias y la profesión de fé mediante el interrogatorio.
Culmina
en el Bautismo y su fórmula trinitaria.
Lo
sigue la crismación, una vez secado, “obrando el Espíritu de modo invisible la
unción del alma por medio de la unción visible del cuerpo”.
Sigue
la imposición de manos. Se pide sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza,
piedad, temor de Dios…pasando por los dones del Espíritu Santo.
Ahora
se imponen las túnicas blancas a los recién ingresados “que últimamente ha sido
reemplazada por el velo en la cabeza”.
Hace
una glosa del Padre Nuestro que se recita y luego se procede a la Comunión.
Otro
de los textos que hemos manejado es “El
rito hispano-visigótico o mozárabe: del ordo tradicional al canon romano” de
Rafael Sanchez Domingo, quien cita el concilio de Coyanza de 1050 como punto de
origen del cambio de rito, que se materializa en el de Burgos de 1080. Pensamos
que ese tiempo de cambio puede haber inspirado la materialización en la pila
del “viejo” rito bautismal mozárabe-visigótico. El Liber Comicus y el Liber
Misticus habían reflejado esa liturgia. En otra entrada de este blog, creo que
referida a la pervivencia de los fueros viejos, se comentó la tenaz resistencia
de los clérigos castellanos a la nueva forma, quizás porque se ligaba la
liturgia a las leyes civiles. Dice Sánchez: “Debido a la oposición del clero y
del pueblo a esta innovación, se celebraron algunos actos simbólicos, como un
torneo en el que dos caballeros defendían al rito hispano uno y el otro al
romano. El apego de parte de las mujeres de la familia real leonesa a este rito
hizo que la real basílica de san Isidoro de León conservara el privilegio de
seguir celebrando algunas ceremonias a la antigua usanza”.
Ya
contamos la anécdota de la quema de códices en un juicio de Dios u ordalía, con
el rey empujando con el pie al viejo hacia las llamas naciendo el dicho “Allá
van leyes do quieren reyes”. No es descartable que la propia infanta Urraca,
paladina de ese viejo rito hubiera encargado la pila como testimonio del
privilegio otorgado.
El
estudioso analiza el Liber Ordinum, que contenía “el ritual del bautismo,
unción de enfermos, sepultura y matrimonio…”.
Pila inglesa de West Haddon con el bautismo de Cristo sin paloma ni Dextera, Cristo en una tina y San Juan con un libro |
Hay
otro largo estudio titulado “Baptisterios
paleocristianos de Hispania” de D.Domingo Iturgaiz, O.P. que aunque se
centra en los primeros siglos, aclara algunos simbolismos: los tres escalones
de descenso en la piscina bautismal aluden a las renuncias del bautizando y los
tres de subida a las confesiones de fe, que se manifiestan en el rito,
siguiendo lo escrito por San Isidoro.
Su
sucesor, San Ildefonso también escribió abundantes textos, pasando luego a
otras obras, como el Anonimo Emeritense. en la ciudad de Mérida, en donde había
ya edificio para baptisterio, adjunto a la basílica y decorado con pinturas.
“Igualmente alude a una procesión que desde la iglesia de Santa María se
dirigía al baptisterio de San Juan…”
El
estudio hace un recorrido por la arquitectura basilical hispana, deteniéndose
en San Juan de Baños, en Palencia.
En
el apartado dedicado al espacio bautismal también nos remite al Liber Ordinum,
y cómo era el baptisterio lugar dedicado a san Juan. Explica cómo el Sábado
Santo era llamado Sábado sitientes. “Tal denominación se desprende de la misma
ceremonia. En el ordo babtizandi in vigilia Paschae la rúbrica manda que
después de la lectura de la lección tercera “omnes sitientes, venite ad aquas”
se proceda a la procesión hacia el
baptisterio.
El
autor comenta que “parece que este sacramento se administrara como caminando:
Ante la puerta de la iglesia, en el interior, yendo hacia el baptisterio, ante
la puerta del baptisterio, en el interior del baptisterio” sin que ello
implique compartimentos distintos, aunque si hubiera espacio suficiente, sí
sería posible. Y cita una descripción sobre el baptisterio croata de Salona, en
cuya piscina cruciforme se les sometía a la triple inmersión. “Una vez recibido
el sacramento, se les confería la unción
delante de la cátedra desde la cual el obispo presidía la ceremonia. Terminado
el rito, el bautizado y confirmado pasaba a través del pórtico externo a la
basílica para recibir la Eucaristía.”
Detalle de una esquina de la pila de West Haddon con las cabezas monstruosas de sentido apotropaico.A la izda. parte del Domingo de Ramos |
Y
sigue : “Este ordo babtizandi supone una procesión
hacia el baptisterio, que debía iniciarse lógicamente en el interior de la
iglesia al concluirse el rito de la
bendición del cirio pascual…Terminada la procesión el obispo pronuncia la
oración y comienza la administración del bautismo ordenadamente.”
Es
un trabajo más bien dirigido a los arqueólogos, con mucha información.
los
expertos Utrero Agudo y Murillo Fragero analizan profundamente todos los
aspectos constructivos de San Isidoro de león, plagado de gráficos y diagramas.
Un trabajo arqueológico muy valioso, en el que incluso se evalúan los tímpanos
de las portadas y su posible evolución, aunque la pila queda al margen del
trabajo, como es de esperar.
Por
otro lado, ya citamos la web de la Junta de Castilla y León con el texto en PDF
del Antifonario de León. Como tiene muchas explicaciones en latin, lo dejaremos
a estudio de interesados en esta web
Concretamente
en la pag.126 se describe la ceremonia del ORDO
SABBATO IN VIGILIA PASCHAE en la que se mencionan
muchos movimientos con las luces y las velas, bendición de cirios,etc. Entre
las preces se cita el peregrinaje en el desierto tras el paso del mar y a los
tres hebreos en el horno de la historia de Daniel. Y puestos los niños a la
derecha y las niñas a la izquierda, se recita una antífona (pag.130) que se
inicia con el consabido Vicit leo…y se termina igual, con frecuentes
referencias a Moisés y Egipto.
Termina
el Liber con una cita al A.T. con Aarón, Moisés, Abraham, etc. pero no
encontramos la mención que sería la clave de la inscripción. Consideramos que
queda pendiente localizar el origen del texto inscrito en la pila con alusiones a
Egipto, María, José, Zacarías, etc. que sin tener relación directa con las
figuras esculpidas, (a nuestro parecer) ha de tener sentido con la ceremonia del Bautismo. Seguiremos buscando.
Hay otro texto importante que no hemos citado: Se trata de la "Historia del rito mozárabe y toledano" del P.Germán Prado, accesible en internet. En su página 106 al relatar la pervivencia del rito Toledano (como pasó con la Reforma Gregoriana, una cosa es lo que se decrete en un concilio y otra muy distinta es desarraigar una costumbre del agrado del pueblo) dice al comentar la Semana Santa: "El sábado Santo nos explica el porqué de la serpientre de que habla el misal mozárabe impreso, y de que ni se acuerdan los manuscritos de puro rito mozárabe. En la procesión se manda que "primo praecedat coluber, cum una candela trium ramorum extincta, quam unus puer portabit. Et accendantur tres rami candelae serpentis de novo igne. Post istum, pergat unus lector deferens serpentem" He aquí la seerpiente misteriorsa reproducida aún hoy en muchos báculos pastorales y cuyo origen parece ser irlandés y muy antiguo."
ResponderEliminarLa pregunta, a la vista de las fotos que mostramos de esa procesión, es si en la base de las antorchas, o la cruceta de los que vean ahí una cruz, pudiera haber estado en cada una de ellas una pequeña serpiente. Casualmente, todoa las tallas donde debería verse una serpiente han sido golpeadas (tan solo parece distinguirse algo en la primera) y ya es raro que en algunos casos la rotura no parece casual. Con lo accesible que está y habrá estado por siglos, la visión de una serpiente siempre despierta los "bajos" instintos de los cristianos viejos. Puede ser casualidad que la decoración inferior de esa cara es un adorno serpentiforme. Sigamos buscando.