REPASO AL PARAÍSO
Hacíamos una propuesta en
nuestra entrada anterior, en el sentido de que probablemente se cometió un
error al rotular los tituli del capitel de la Caída en San Quirce
(probablemente derivado del relato del Paraíso en los dos capiteles del
crucero en Frómista). No somos partidarios de pensar en errores de los
comitentes, que meditaban mucho las cosas antes de llevarlas a la piedra, como
opinamos en el estudio de la pila del Panteón Real de San Isidoro de León.
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Capitel con leyenda y Dios (Cristo) "en modo" Creación pero con los pecadores cubriéndose "en modo" Reprensión |
Pero aquí es la única
forma de hacer legible lo inscrito en el capitel del Pecado Original que
preside el crucero de la iglesia para –a nuestro juicio- servir de apoyo a la
liturgia cuaresmal. Trataron ante todo de centrar la comisión del Pecado
(septuagésima y Exultet) para esa liturgia. Completaron el ciclo esculpiendo en
el lado izquierdo a Dios con nimbo crucífero –que habitualmente porta Cristo- y
bendiciendo, lo que supone una incongruencia con el gesto de los Pecadores, que
se cubren con las manos, avergonzados. Si además Dios –Cristo- porta en la mano
una cruz y bendice a ambos, no puede ser una Reprensión. Y la Expulsión aparece
al otro lado. Así que, pese al gesto de Adán y Eva cubriéndose, escribieron
CREATOR OMNIUM, para adecuar el relato al Génesis, haciendo que las figuras avergonzadas
de Adán y Eva en la Reprensión, se convirtieran al trasladarlas a la fachada y
separadas, en la Creación de Adán y Eva.
Es decir, una vez copiada
esta escena que tiene elementos de Frómista y ha podido repetirse en Silos o en
otro templo hoy desaparecido, se adapta a lo que se quiere contar y se rotula
como si fuera la Creación. Pero lo representado es la Reprensión, lo dicen los
expertos por unanimidad. Tan sólo Rico Camps detecta la falta de acomodo y lo cuestiona.
Pero al no relacionarlo con la liturgia pascual, tampoco hace casus belli del
tema. El gesto divino no es Reprensión, pero tampoco es de Creación. Es que es
el gesto de Frómista donde Cristo aparece como alternativa a Adán en el canto
del Exultet.
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El único canecillo dañado
quizás deliberadamente es
el de la falsa Creación.can nº 2 |
El error parece dispersarse
al descomponer las figuras del capitel y trasladarlas a la fachada. Aislado el
Dios Creador, encaja bien en su gesto de bendecir con el rótulo, aunque mal con
la cruz en la mano y peor con los destinatarios de su bendición. Lo resuelve la
inscripción.
Pero al llegar al can nº
2, que hoy no tiene texto y cuyas figuras son las únicas deformadas de todo el
friso (¿resultado de detectar la incongruencia?), resulta más sencillo entender
que se trata de la Creación, considerando que el taparse el sexo es un gesto
“tópico” o casto. Y aquí ya no hay unanimidad: unos leen “confusión” (entiendo
que por pecar), otros "reprensión", otros "creación". Para mantener el “hilo” narrativo, se
interpreta como Creación, pese al gesto de Adán y Eva. En muchos casos, la
creación representada es la de Adán solo; por ejemplo, en Platerías, en un
relieve. Allí hemos mostrado, siguiendo al doctor Martínez de Aguirre, que en
un capitel adyacente no hay –como
parece- una escena de la Expulsión del Paraíso, sino la necesidad de la caridad
como dispone la Epístola de Santiago (ver en este blog la entrada de 6/3/17
“Capiteles de San Martín de Frómista”).
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Relieve de Platerías con la Creación de Adán y al lado la obligación de socorrer |
MAIESTAS
Queda sin tratar en
esta breve relación un capitel que forma este conjunto del crucero y que
pensamos puede tener que ver con la figura judicial de la femme aux serpents y
el hombre que se relacionan con leones, adecuado a los juramentos en los
juicios de Dios. La pequeña figura que sostiene un león en el capitel de la
Lujuria pudiera referirse al alma que se condena como consecuencia del perjurio
tanto del hombre como de la mujer. Ya
hemos comentado que puede tener conexión con la ordalía doble que acompaña a la
agresión sexual del friso de la portada. Y ahora vamos a ver el pendant de la
lujuria en el interior de San Quirce.
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Capitel de la Maiestas. A su derecha los leones rampantes y arriba la Reprensión de Dios a Cain |
Pues bien, ese pendant es
el capitel que representa el juicio de Dios con la presencia de la Maiestas
Domini, el Cristo nimbado cuya mandorla sujetan dos ángeles. La inscripción: DE
SEDE MA(IESTATIS), según Pérez de Urgel y Whitehill. Precisamente al lado se
encuentra el capitel con dos leones simétricos rampantes, que nos evocan la forma
de ejecutarse esos juicios: “inter leones”. Cristo con peinado y ropaje
clerical bendice y lleva un libro
cerrado en la otra mano. Todos los personajes van descalzos. En el
cimacio dos cabezas monstruosas vomitan roleos. Pensamos que ambos (femme aux
serpents y maiestas cerrando el arco) enmarcan el lugar de la ceremonia de juicios
que pudieran haberse realizado en el templo y que se solventaban luego en el exterior
con el combate judicial, tal como muestran las metopas. Hemos realizado
propuestas similares en entradas anteriores de este blog referidas a otros
templos, como el de San Pedro de la Rua en Navarra (ver entradas de Febrero de
2018 en este blog sobre “Espectáculo judicial en Estella”).
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Los ángeles sujetan la mandorla. El ropaje divino puede aludir al monje que dirigía la ceremonia |
En la portada de la
iglesia de Biota, hemos comentado en fecha 31/7/17 lo insólito de la presencia
de un Pantocrator con el Tetramorfos, “perdido” entre los capiteles de su
portada que muestran seres mitológicos, combates y personajes sentados
dialogando. El Cristo pantocrátor se sujeta la túnica haciendo un gurruño como
el que suponemos juez en la portada del mismo autor en Santiago de Agüero (ver
entrada de 1/7/17). En ambos casos proponemos la puerta de los templos como
lugar de juicios de Dios.
La presencia de esta iconografía en San Quirce
nos conduce a deducir que el uso de las iglesias en el siglo XII para celebrar
y dirimir mediante ordalías los pleitos judiciales que conllevaran juramento,
debía ser más frecuente de lo que podemos pensar, especialmente por los delitos que
carecían de testigos, como las agresiones sexuales o las violaciones, siguiendo
la pista iniciada por Beatriz Mariño, que habla de toma de juramentos en
templos en el norte de Palencia antes de apelar al juicio de Dios, como
estudiamos al principio de este blog.
En su trabajo el profesor
Hernando Garrido menciona esta iconografía del Pantocrator: “…Pero las cabelleras de los ángeles y la de
Cristo, a modo de gorros, pueden relacionarse más bien con algunos capiteles de
Jaca y Frómista, así como el tema está probablemente inspirado en otro de San
Isidoro de León, en el que se lee igualmente: BENEDICAT NOS DOMINVS DE SEDE
MAJESTATIS. Esta frase “in sede maiestatis” aplicada al Señor bendiciendo sobre
su trono, procede del Evangelio según san Mateo 19,20, pero también en el libro
del Apocalipsis se hace alusión a Dios con estas palabras “supra sedem sedens”
(4.2) “sedens super tronum” 4.9; 5.1; 6.16)”.
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Extraordinario capitel a la entrada de San Isidoro de Leóm con la leyenda que cita el Dr.Hernando Garrido |
Esta erudita observación
nos parece que confirma nuestra propuesta de que tanto la Maiestas como su
pendant “judicial” de la femme aux serpents, enmarcaban el lugar, la sede de los juicios de Dios en San
Quirce y otros templos con iconografía similar.
Como esto ya lo hemos ido
tratando en sucesivas entradas de este blog en la línea de identificar escenas
relativas a estas ordalías y las ceremonias consiguientes, remitimos al
paciente lector o lectora a esas propuestas publicadas con sus referencias. En
los comentarios de la entrada dedicada a la Ordalía de esta portada de fecha 19
de Julio pasado hemos añadido la observación de Moralejo, que vió claras las
metopas de la agresión sexual con los lidiatores y la lucta, que no ha sido recogido por otros estudiosos.
LOS CAPITELES DEL ABSIDE
Del ábside vamos a
detenernos tan sólo en los dos figurados, de esculturas claramente inferiores y
anteriores al resto de la iconografía del templo y cuyo significado no está claro
para los estudiosos (ni para nosotros).
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Lateral del mono macho retocado.A la derecha un extraño símbolo con dos bolitas unidas |
El más sencillo parece
ser el de los simios enmaromados. Las descripciones de los primeros estudiosos
será mejor no tenerlas en cuenta. Sólo Hernando lo describe leve pero
acertadamente (Boto no lo trata) y en la EdR igualmente describen “dos simios
con soga al cuello y mostrando los genitales”. Poco podemos aportar salvo que
parece haberse tenido intención clara de diferenciarlos como macho y hembra. Si
entendemos que tiene sentido negativo, de condena, parece lógico “difundirlo” a
ambos sexos. Obviamente el macho ha sido retocado. El detalle decorativo tras
las figuras pudiera contener cierta aviesa tendencia: el macho de dientes
tiburoneros, con dos bolas unidas y la hembra boquiabierta, con lo que parece
una flor.
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Lateral de la mona hembra con lo que parece una flor tras su cabeza |
En ventanas de Frómista
(también capado) y en Loarre y otros varios lugares castellanos encontramos
monos enmaromados, motivo que nos parece recordar estudió Moralejo. También la
Auvernia francesa es pródiga en esa figura negativa.
Esperanza Aragonés
estudia la figura del simio (interesante el dato de que “simio” viene de
similitudo, es decir, igual al humano, por no meternos en honduras teológicas:
simia Dei) en su magnífico estudio de “La imagen del mal en el románico
navarro”, citando los de Platerías, activos diablos-monos tentadores de Cristo,
o varios templos navarros, como modelo de pecados: Unx, Estella, etc.
Quizás
aquí en San Quirce, tengan sentido sexual. Pero me parece que en Jaca (lo cita
Moralejo en el trabajo de Aragonés) hay más monos de los que cuentan porque a
veces sus cabezas parecen de león o de humano. El de la cara sur del ábside es
el que más se aproxima a éstos, con la soga amarrada a una piedra que en
cualquier momento nos precipitará la monada encima. El lazo arriba es una
siniestra coincidencia.
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Canecillo de Jaca |
Me gusta especialmente el diminuto y discreto mono de
Santa María de Uncastillo, donde hay “de todo”. Aunque como buen diablo se
distrae (y no actúa) tratando de desenredar un simple lazo, sus insinuados
atributos le han hecho reo de perder las piernas por el interés de los
energúmenos en destapar tal misterio.
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Mono de Sta.María de Uncastillo, quizás caganer |
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Señalados en el ábside junto a la ventana que sustituye al óculo |
Bien, pasemos finalmente
al otro capitel “difícil”. Las descripciones de los expertos también son
dispares. Diodoro Saiz de la Roma, siempre pensando “en lo suyo”, ve en la cara
derecha a un hombre con hábito clerical con un báculo, cuando la foto demuestra que es un hombre desnudo
con una lanza. Dice: “lleva un báculo e
impone las manos sobre la cabeza a otro hombre que se halla inclinado con los
brazos cruzados y amarrado por el diablo con una cadena al cuello, la cual se rompe
en el acto de la imposición de manos. Todo ello es símbolo del Bautismo. En la
segunda (escena) a la izquierda, vemos una figura diabólica a la cual dos
hombres sujetan, el uno por las patas y el otro por el cuello, con una cadena.
Representa la actitud del hombre liberado.”
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Lateral con la "imposición de manos" que dice Saiz de la Roma. También puede ser otro diablo |
La descripción de Pérez
de Urbel y Whitehill “canta” mucho al inspirarse en el anterior. Más extensa,
ve la cadena rota (que por la foto vemos que efectivamente se ha roto pero no
por milagro, sino por accidente; es decir, que estaba esculpida sin romper) y
hace la misma alusión al Bautismo, el diablo, la gracia y la imposición de
manos. Y la otra cara representa “al demonio convertido en una fiera y a dos
hombres que juegan con él. De tirano que era, el demonio se convierte en
juguete cristiano”, mensaje que seguramente reconforta a las almas piadosas,
pero que no deja de ser una lectura sesgada e interesada.
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Lateral con la captura del cuadrúpedo con una soga |
Lo que podemos comprobar
con bastante fiabilidad gracias a las fotos de Ina es que el personaje que
cruza los brazos agachado (¿resignado o púdico?) es una mujer, lleva barbuquejo
y encajaría con el sentido judicial en torno a la mujer que parece dominar en
el templo.
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Cabeza femenina con barbuquejo |
Hernando Garrido, por su
parte, evidencia en su análisis que ha sido inspirado por los anteriores y por
Pérez Carmona. Por su parte, Rico Camps y Boto no se detienen en este capitel,
puesto que su trabajo gira en torno a la portada.
Finalmente la EdR hace la
descripción más acertada, eludiendo la interpretación: “una enigmática escena es la que ofrece la siguiente cesta. En la cara
izquierda vemos a un hombre sentado de perfil sujetando con sus manos una
cuerda con la que agarra por el cuello a un cuadrúpedo que con su cuerpo llena
el ángulo superior del capitel y al que a su vez otro hombre sentado en la base
del mismo, agarra por las extremidades. La cara frontal la ocupa un hombre
desnudo en pie y de perfil, sujetando con sus manos una cuerda que rodea el
cuello de otro ser humano que ocupa el ángulo derecho. Este adopta una actitud
resignada, con los brazos cruzados sobre el tórax, mientras una última figura
situada en la cara derecha parece custodiarlo”. Esta descripción de la profesora
Ilardia nos parece más acertada, salvando la condición femenina del personaje
“resignado”.
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Escena central con el personaje coronado y quizás entronizado sujetando a la dama con la soga (¿un diablo?) |
Consultando las fotos de
Ina y las nuestras, entendemos que se representa una ceremonia que puede ser un
exorcismo o condena, ya que la figura central de tamaño superior al
resto y con una especie de tiara o corona, sujeta amarrada a la mujer, (se ha
partido accidentalmente la soga desde la mano hasta el cuello de la dama) a la que efectivamente el varón desnudo lateral
parece colocar la mano sobre la cabeza, mientras empuña una lanza o un cetro. Pero
si se quería representar al diablo, se le han esculpido facciones demasiado
humanas y correctas. Tampoco parece adecuado que el oficiante que realiza la
supuesta imposición de manos esté desnudo. Puede ser otro diablo.
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Las figuras aparecen raspadas al haber tenido delante algún retablo |
La otra escena más bien
parece de caza o de sacrificio animal. No vemos razón para pensar que el
cuadrúpedo es el diablo Los humanos sujetan al cuadrúpedo, pero no lo matan.
Lo
adecuado sería tener sentido relacionado con el juicio que se plasmó en los
capiteles cercanos, con la condena femenina y el intento de salvación, pero mejor
que cada cual lea lo que le parezca, dentro de lo que “toca”. Poner a todos los
protagonistas desnudos no parece aludir a un hecho real. Una de las misiones de
las abadías medievales del entorno de Silos era la liberación de cautivos, pero
la desnudez de todos los protagonistas hace pensar en temas más espirituales, por
eso lo de la amenaza demoníaca. Pero no vemos nada que lo identifique ni lo relacione con
la otra escena que aparenta ser de captura. El “gigante” que dicen los
estudiosos parece estar apoyado en una especie de trono. Si quien impone la
mano en la cabeza de la mujer es un personaje positivo, no debería aparecer
desnudo. Quizás la cacería adjunto aluda a la manera en que la dama se ha dejado capturar de la misma forma por los diablos.
Pudiera entenderse que al igual que el cuadrúpedo es esclavizado por los humanos, la dama ha sido capturada y sometida por los diablos, con todo el margen que permite el capitel y el ámbito de su representación.
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Llegados aquí, no era
nuestro objetivo pasar a la portada norte, pero vemos algunos temas dignos de
discusión, por lo que intentaremos terminar este pequeño estudio en la próxima
y última entrada.
CANES DEL ABSIDE
Los canes del ábside, una
vez más, son una mezcla de perros guardianes, monstruos y figuras obscenas, lo
que procede para preservar el templo. Veamos una muestra, que cualquiera que se
acerque a San Quirce lo ha de conseguir. Discrepamos en la identificación que
hizo Pérez Carmona, luego repetido por otros investigadores, comparando un can
mostrando un coito con el del museo de Burgos. Creemos que no hay comparación,
si es que se refiere a éste, y no hay otro que se le parezca. La erosión y el
musgo se prestan a mucha imaginación.
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Museo de Burgos.Coito |
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El can central es lo que pudiera parecerse, sin ser igual |
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Canes como canes (uno asomando la lengua al diablo) |
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En el centro lo que parece la exhibicionista que no ha de faltar |
Por cierto, siglos más
tarde se construye la torre en la que se colocan las gárgolas, todas con
figuras terroríficas, puro apotropaismo.
Las imágenes más próximas en todos los sentidos de monos enmaromados están en la sala capitular del claustro de Silos. Diana Olivares publicó un trabajo referido a los simios de la escultura románica en la provincia de Soria, en el que entiende que derivan de Silos, e incluso de Loarre, y tras ser considerados “caricaturas humanas” o imagen del diablo, acabaron haciendo que los pecadores, víctimas del Diablo, adquirieran esa imagen simiesca.
ResponderEliminarLa presencia original de esos monos amarrados precisamente en la sala capitular de Silos es poco compatible con la imagen demoníaca, aunque Perez de Urbel propuso que fuera ejemplo para los monjes que pecaran. Que es imagen del pecador, sea lego o monje, parece no ofrecer dudas.
En un interesante trabajo de la conocida investigadora Dra. Therese Martin titulado “Crouching Crossbowmen in Early Twelfth-Century Sculpture: A Nasty, and Short (-lived) Iconography” en Gesta 2015, como su título indica, hace un recorrido por la enigmática figura del ballestero que tensa su arco con los pies, estudiando el entorno en el que se esculpe y la corta vida de su figuración, a principios del XII. Sorprende uno de los motivos en que funda su propuesta, pues en un canecillo en una perdida ermita burgalesa de Momediano aparece claramente la alusión fálica del venablo que tensa el sujeto. Los demás casos son más dudosos, aunque en el burgalés menciona un dicho que pudiera inspirar el tema de la tentación (nosotros seguimos pensando que el saber popular inspiraba más imágenes de las que nos cuentan). El caso es que el refrán al que alude “La femme est un arc, l’homme est la flèche, le diable tend la corde” pudiera reflejar lo esculpido. En nuestra modesta opinión, el valioso trabajo lo conduce hacia la masturbación porque entiende que alude a ambos sexos, cuando realmente creemos pudiera aludir a un tema que hemos visto luego reproducido en más lugares y precisamente en el mismo San Quirce, en su portada: la agresión sexual del varón. Es que además propone como ejemplo el capitel de los monos enmaromados que vemos aquí, que ni tienen ballesta ni se masturban. No obstante, la investigación localiza entre Santiago y Saint Sernin varios ejemplos con alusión sexual y quizás el más bello es el de San Isidoro de León, con un diablo en el lateral dirigiéndose a una de las desnudas mujeres rodeadas de serpientes, que parecen sujetos de la agresividad sexual masculina. Algo de eso vimos (sin ballesteros) en la entrada de “Escenas sexuales en capiteles sepulvedanos”.
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