El capitel de la Orestíada ( y III)
Respecto al aspecto físico
de la figura ocupada hoy por una fémina, nos permitimos mostrar detalle de la
zona destruida que creemos –en opinión contrastada con algunos grandes
especialistas- que tiene altas probabilidades de haber contenido anatomía
masculina.
Vista actual de la reproducción del capitel en San Martín de Frómista |
Acercando la cámara a la zona en discusión, creemos que, pese a la sañuda destrucción, nunca habría tenido el original la anatomía que le puso el copista, inhabitual en el románico , pero es que además la protuberancia que conserva la talla original, pese al daño, demuestra más bulto genital, tanto que aún proyecta sombra. Si hubiera habido hembra, la transición en la ingle sería más suave, no habría sombra. Las marcas del escoplo son manifiestas.
El uso del puñal en el
crimen nos ayuda a sostener la tesis que venimos exponiendo para el mensaje del
capitel, alejándonos del protagonismo de los personajes del Génesis y
acercándose más a los tiempos medievales. Un hombre desnudo acometiendo con un
cuchillo a un semejante mientras otro yace a sus pies, ante los gestos de
terror y dolor de varios testigos, dirige el pensamiento hacia un crimen
ritual, una venganza obligada, bien conocida en la memoria medieval y
fácilmente identificable.
El profesor Prado-Vilar
realiza un recorrido visual por los capiteles relacionando el próximo –que es
el que describe realmente Bertaux- de las almas dominando las pasiones, que es
frecuente en la iconografía románica heredera de Frómista, como Santillana,
Castañeda y San Martin de Elines.
San Martín de Elines Cantabria |
Castañeda.Cantabria |
Sin embargo, y tal como
expondremos en una próxima entrada, creemos que los capiteles enfrentados en el
crucero de Frómista, con las conocidas escenas del Paraíso, no tienen relación con el
programa propuesto, ya que por la presencia de monjes en ambas escenas,
probablemente están reproduciendo un cántico recitado en la Pascua, con una
directa alusión al Pecado Original. Lo veremos.
No nos resistimos a
reproducir un párrafo ilustrativo del ambiente en que se concibe San Martín,
que escribe nuestro maestro, al considerar este capitel como la piedra angular
de su programa iconográfico: “Sin duda,
esta cita del sarcófago de Orestes en el lugar más visible de esta iglesia en
el periodo que sigue a la celebración del concilio de Husillos hubo de
responder a un entramado de circunstancias más complejo que una mera atracción
estética. El capitel debió ser concebido intencionalmente como un “lieu de
mémoire” a través del cual se evocaba el recuerdo de su modelo, no sólo
artísticamente, sino también desde el punto de vista iconográfico e histórico.
Como he argumentado anteriormente, las condiciones que empujaron a Alfonso VI a
convocar este concilio y curia regia eran extremadamente graves. La unidad y la
estabilidad del reino se habían visto seriamente amenazadas por la insurgencia
política de los magnates gallegos y por las agitaciones en el marco de la
Iglesia, principalmente la resistencia de algunos obispos a adoptar el rito
romano y el avance de la influencia cluniacense…Para los asistentes a un
concilio dominado por estos temas, la imaginería del sarcófago debió
resultar no sólo cautivadora por su
virtuosismo formal sino también extremadamente sugerente por su significado
iconográfico. En este contexto eclesiástico, la combinación de escenas que
evocan un crimen familiar alternando con otras de ofrendas y sacrificio, podría
fácilmente traer a la memoria la historia de Caín y Abel –compárese la escena
de Atenea en el juicio del Areópago con la de las ofrendas de Cain y Abel en el
capitel de Moutiers Saint-Jean. La desnudez de las figuras, en vez de
referirlas a la Antigüedad clásica, habría contribuído a su identificación como
personajes del Génesis.”
De ahí que el artículo
recuerde las palabras de Moralejo, señalando la secuencia programática del
templo, con el crucero (escenas del Génesis) la entrada septentrional con
lecciones morales (la zorra y el cuervo, el avaro) “y el arco interno de la
portada meridional, usada como acceso de los monjes, que está decorado con dos
capiteles que resaltan la censura
eclesiástica de la violencia civil”. Eso lo hemos mostrado anteriormente.
También Prado-Vilar, lejos de otras alusiones, entiende que el capitel que
antes llamamos “de la concordia” el nº 31, “expresa, de un modo más claro, el papel central de la Iglesia en la
resolución de conflictos y la consecución de armonía social”. Nada dice del
personaje desnudo, aunque entiende que haya una ceremonia nupcial (eso veía
G.Guinea) o alternativamente, un tratado de paz. Nosotros hemos propuesto, con
relación a Platerías, que pudiera tratarse del mandato de la caridad.
Proponemos finalmente, con todo el
respeto y admiración por los grandes maestros que nos enseñan a entender esa
iconografía, que en San Martín se ha comenzado a proponer desde el ábside un
programa iconográfico que, como ellos señalan, incide en denunciar las viejas
leyes, por otro lado tan queridas por los castellanos de la época, denuncias
que vienen apoyadas por la Iglesia, contra la venganza legítima por crímenes
familiares (no hay más que ver la legislación de la época, cómo se trataba de
manera especial la persecución y muerte de los crímenes en el ámbito familiar)
y en consecuencia se insiste en ese recordatorio a la entrada de los monjes al templo,
a través de los capiteles 19 y 31, con el conflicto y la concordia y una
condena directa en la parte frecuentada por el pueblo, de las ordalías y
juicios de Dios en el capitel nº 12.
Todos los párrafos en
negrita.subrayados o destacados, son nuestros.
Aunque se trate de otro capitel que no tenga que ver con la resolución de conflictos y armonía social, seguro que a Fredinandus le encantará este artículo sino lo ha visto ya: http://saludyromanico.blogspot.com/2018/05/la-cibeles-romanica-y-sus-leones.html Abrazines
ResponderEliminarHola, Baruk. Naturalmente he leído el trabajo y los comentarios de ilustres investigadores (sana envidia, si es que la in-vidia puede ser sana, como dicen mis maestros del mal de ojo).
ResponderEliminarPero no comparto esa lectura. Y aunque el capitel de la Orestiada se inspire en una escena clásica, en mi opinión se ha tomado el modelo para emitir un mensaje cristiano, como he propuesto aquí. Sin embargo, en SyR se propone a la diosa Cibeles como si los cluniacenses estuvieran encantados de poner una diosa pagana ¿para qué? ¿para bendecir los campos?
Tengo hace tiempo una versión muy diferente del capitel, de mi gran amigo recientemente fallecido y mentor de algunas de las entradas de este blog, Juan Ramón Ugarte, al que comenté también mi desacuerdo con su lectura. Se titula "Judá y Tamar" por lo que verás que dista mucha de la diosa pagana. Pero tampoco estoy de acuerdo. Y por cierto, algunos investigadores han propuesto algún sentido a ese capitel, como García Guinea, pero es mejor -al parecer- escuchar a los que no leen.
A propósito de leer, en el último número publicado de la revista Gesta (Spring 2018) se reinterpreta de nuevo un capitel de Frómista en el artículo "Justice, Conflict and Dispute Resolution in Romanesque Art: The Ecclesiastical Message in Spain". Toca repetidamente el tema de las ordalías que hemos ido presentando en este blog, así que son todos viejos conocidos.
De todos modos, gracias por opinar en este desolado desierto de los aficionados al románico.
Bienhallado Ferdinandus. Te paso un enlace por si después de leer a los ilustres investigadores te queda algún ratito para escuchar a los que no leen. Quizá te diviertas y todo. Abrazines https://saludyromanico.blogspot.com/2019/10/el-unicornio-que-nunca-existio.html
EliminarSaludos, Baruk. Lo primero alegrarme infinitamente de que esteis en la "lucha" porque desde Enero era mucho tiempo de silencio y me preocupaba. No todos los días repaso las respuestas, pero hoy acerté. Como el coronel, "ya tengo quien me escriba". Gracias por acordarte. Precisamente sois de los pocos que leeis y me alegro que hayais trabajado sobre el magnífico estudio de Morais, que no dejó "piedra sin remover" en ese capitel. Y por otro lado seguimos sin dotarlo de "agentividad". El repaso al artículo de Morais y a mis fotos, me ha permitido establecer, creo que sin duda, que el bicho -como decís- es una serpiente; no hay más que ver las que hay en el Panteón y especialmente la femme aux serpents, todas con collar. Así que eso, aclarado. Pero lo del unicornio se convierte en una cuestión icono-fotográfica y como vuestra propuesta no contiene conclusión para identificar la escena, seguimos igual.
EliminarSeguramente conocerás que en este blog he hecho una larga propuesta de lectura de algunos capiteles del Panteón en sentido salvífico, bautismal, aunque compatibles con el funerario. La pila me daba pié para esa idea. Por tanto, ya no pensamos en pez sino en serpiente. Al margen del magnífico estudio de Morais, quizás ayude a verle sentido no como alusivo a función funeraria, sino bautismal. Al otro lado de la columna, las aves bebiendo de la crátera dan más idea de bautismo-comunión (ceremonias consecutivas) que de difuntos.
Algo similar ocurre con Daniel, cuya oración "salva me ex ore leonis..." se recitaba tanto en bautismo como en entierro.
Desde el punto de vista estrictamente iconográfico sigo pensando en unicornio porque no veo superpuesta la cabeza del cuadrúpedo sobre el rabo de la serpiente, ya que ésta entra en la boca del bicho con dientes, como para que al final el unicornio no muerda nada. También Morais contempla el hecho de la perspectiva cuando habla de posible doble cuerno al estar de perfil. Creo que en el románico rara vez veremos esos efectos ópticos.
Quizás dar con la clave de la utilidad de vuestro argumento en el sentido de que no es unicornio sino cuadrúpedo (quizás león) que devora una serpiente que se le escapa, puesto que aparece por detrás, ayudaría, pero seguimos en "modo idiota", je,je. El claro manejo que hacen los humanos (a mi me parecen monjes) de ambos bichos, pudiera verse mejor si se contempla como ceremonia bautismal y no funeraria. Pero ya sabéis que "peso" poco.
Observa que Morais cita en su trabajo al Fisiólogo y la acción purificadora del unicornio sobre las aguas envenenadas por la serpiente, de sencilla lectura bautismal, como cita Seehausen. En la página 33 de su estudio Morais destaca el texto correcto del Salmo 22 que primero citó como "cuernos de toros salvajes" para el capitel de Daniel y finalmente el texto de la Vulgata dice: "Salva me ex ore leonis; et a cornibus unicornium humilitatem meam" y así aparece sorprendentemente en el Salterio de Stuttgart.
En cualquier caso, mejor que siga abierta la polémica, que siempre enriquece. Abrazos.
Se dice que cada uno se inspira en los monstruos que viven en su interior y a los de aquí, como siempre, lo que les importa es el academicismo. Ay, Fredinandus, Fredinandus, creo que no has comprendido bien el escrito -y eso que es cortito y está bien clarito- No se trata de si estamos o no igual sobre el significado del capitel (que no lo estamos), sino que el estado de idiotez viene por los prejuicios establecidos, esa es la conclusión final del artículo. Aquel que no quiere enterarse de esto, está ciego como el padre de Tobías a la espera que alguien le restriegue la hiel de pez o lo que es lo mismo, cegado por los propios prejuicios de los que hablábamos y como tal, así responde. Punto fin
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