Las portadas como reflejo de la vida alrededor

Hemos ido viendo en las entradas de los meses anteriores, cómo en muchas ocasiones, las portadas románicas reflejan acontecimientos sociales y religiosos que se desarrollaban frente y debajo de ellas. Es paradigmática la de Santa María de Uncastillo, en cuyas arquivoltas aparecen personajes y escenas identificables como espejo del mercado que se celebraba en la plaza. Hemos visto cómo en el norte de Palencia, más primitivo, sus portadas registran situaciones de impacto social y que ensalzaban el papel de la iglesia local, no sólo como lugar de culto y de consagración de los actos sociales, sino de celebración de juicios y batallas judiciales, como estudió Beatriz Mariño y más superficialmente el mismo Moralejo, (Perazancas, Arenillas, Moarves, Santiago de Carrión.etc). Esas escenas se perciben en el norte de Burgos (Escalada) y las vemos desplazarse, siempre con el tema del espectáculo que suponía un juicio y su resolución, por ejemplo en Larraona (Navarra), que también hemos expuesto. Ahora proponemos que también en Aragón, y en la iglesia de Santiago de Agüero, como hemos presentado, tengamos un combate judicial.
Podría extrapolarse esa percepción a muchas otras portadas, llegando incluso a las monumentales francesas (Beaulieu, Conques, Autun…) en las que predomina el relato del Juicio Final. En la idea que propugnamos que la portada sea un espejo de lo que se desarrolla a sus pies, una representación monumental del Juicio Final, con los condenados y los salvados, los pecados y sus castigos, sería el marco adecuado a los procesos judiciales bajo esas portadas.
portado Juicio Final Beaulieu (France) (de la wiki)

 Primero fueron las ordalías, que contaron en origen con la colaboración de la Iglesia y a partir de 1215, ésta se desentendió de su apoyo, pero los poderes civiles mantuvieron las ceremonias y los juicios en la puerta del templo, que hacía las funciones de sede judicial. No se puede dudar que hasta hace muy poco la presencia de crucifijos en los juzgados, el juramento sobre el Evangelio y otros detalles marcaban la vida judicial.
En un interesantísimo libro titulado “Images de la Justice” -Ensayo sobre la iconografía judicial desde la Edad Media a la edad clásica- del jurista americano Robert Jacob, repleto de datos valiosos sobre los procedimientos judiciales, se dice que “la justicia es en sí mismo un espectáculo”. No hay más que ver el éxito de los juicios en la TV. Y el morbo continúa con el cumplimento de las sentencias, especialmente en la Edad Media, que se hacían en la plaza pública. No será difícil relacionar la presencia de Salomón en algún capitel con lo que se celebrara delante. Lo mismo ocurre con la frecuente imagen de Daniel, en el que confluyen las dos condiciones: como inocente injustamente acusado y salvado por intervención divina, y también como Juez, en el episodio de Susana y los viejos. Tal es el caso de la portada de Yermo, en donde bajo el tímpano de la lucha del Bien contra el Mal, aparece el Daniel injustamente castigado y a su lado, el castigo a los que conspiraron contra él.
Capiteles de Yermo (Cantabria) con la condena de Daniel y el castigo a los conspiradores

 Para rematar, enfrente aparece una imagen de la Tregua de Dios, de la que sospechamos que no sólo figura como recordatorio del mensaje eclesiástico, sino para señalar, frente a la puerta, el lugar donde se tenían que juzgar los incumplimientos de ese mandato a los caballeros, con duras penas.
La imagen del Dios-Juez o Cristo como juez está presente en esas grandes portadas. “Es posible que esa fuera, en origen, una simple transposición de la decoración de las portadas de las iglesias. La escena más representada en ella es el Juicio Final. Cuando el tribunal se sentaba allí, en esos porches impresionantes de los que tantos ejemplos ha guardado Europa, se constituían en una representación de la justicia divina escatologica. Esa decoración se conservó cuando se construyeron, a partir del siglo XIII los edificios adecuados para juzgar, en los que no faltaban pinturas, esculturas e imágenes alusivas al sometimiento a la justicia divina", señala Jacob. En las ordenanzas alemanas de final de la E.M. se advertía que los jueces deben “estar sentados sobre la silla de justicia como un león rugiendo, cruzando la pierna derecha sobre la izquierda… teniendo sobre su cabeza al Dios del Juicio Final”.
Más tarde pasaremos a analizar la portada de San Miguel de Biota, ya que su evidente relación con Santiago de Agüero nos obliga a detenernos en ella y anticipamos algo que debería habernos sorprendido a nosotros y quienes la han estudiado: la inusitada inclusión entre sus capiteles de algo tan sagrado y destacable como un Pantócrator con el Tetramorfos, que el mismo maestro resalta en otras portadas en el tímpano, lugar mucho más acorde a la dignidad de lo representado y no mezclado con músicos y saltimbanquis.
El jurista, en el libro que tiene más de 250 páginas, utiliza como base documental las abundantes miniaturas que aparecen en dos libros medievales: El Decreto de Graciano y El Espejo de los Sajones. Para quienes tengan ganas y tiempo (muchas horas rastreando esas imágenes) sugiero utilizar el término  Sachsenspiegel   que es la traducción alemana del Espejo de Sajones, y que se conserva, del siglo XIV en la Herzog August Library alemana Wolfenbüttel. En esta web se puede además aprovechar para ver un valioso trabajo en torno al trato de la mujer en la sociedad medieval. El original fue escrito hacia 1220 basado en documentos anteriores. 
En esta dirección: http://dca.lib.tufts.edu/features/law/books/
hay buena información e imágenes, además de la biblioteca alemana mencionada (consultas en alemán o en latín, ufff).
Entre los abundantes ejemplos de obras de arte que maneja el autor, figura la famosa leyenda del juicio de Trajano y otra menos conocida, la de Herkembald, base ambas de un cuadro desaparecido del pintor flamenco Van der Weyden, en los que se ensalza la justicia hasta extremos inusitados. Como habíamos dicho en entrada anterior, el juramento era un “sacramento”.
También estudia un díptico inacabado para un trabajo de cuatro tablas del holandés Dirk Bouts con la leyenda del emperador Othon III, como prueba de lo irrecuperable de un error judicial, quizás el juicio precipitado.
Tenemos las imágenes en el Museo de Bellas Artes de Bruselas y la historia la cuenta el jurista yanqui: La emperatriz, esposa de Othon III, enamorada de un conde de la corte, es rechazada por éste, que se mantiene fiel a su esposa. Pero la emperatriz se venga acusándole falsamente de haber intentado violarla.
Dirk Bouts 1475,Museo Bellas Artes Bruselas. La ejecución del inocente (wiki)

Furioso, el emperador lo hace ejecutar, lo que se muestra con gran dramatismo en el primer panel. La viuda aparece de blanco al fondo. Tras la tapia, un juez observa con la vara en la mano.
Inmediatamente la esposa pide probar la inocencia de su marido por la prueba del hierro candente, como vemos en el segundo panel, de la que saldría sin daño. Aparece portando la cabeza de su esposo injustamente ejecutado, con las brasas a los pies, y el hierro al rojo en la mano, y al fondo aparece el final de la historia: al conocer el emperador la culpabilidad de su esposa, no duda en llevarla a la hoguera por perjura. 
2º panel.Dirk bouts.Museo Bellas Artes Bruselas.Ordalía de la viuda del inocente.(wiki)

Naturalmente la leyenda se atribuye a un tiempo anterior, pero nos sirve para comprobar la pervivencia del impacto de las ordalías en Europa y el temor de la Iglesia en apoyar esas prácticas cuyas resoluciones erróneas no tenían remedio.”Pretender dictar a Dios las condiciones del ejercicio de la justicia –dice el autor- era tentar, provocar por orgullo al milagro como el diablo lo había hecho con Cristo en el desierto”.
Pero nos hemos desviado de nuestro interés en mostrar imágenes que relacionen las portadas con los juicios. Por ello, retomamos el texto de Robert Jacob “Images de la Justice” que dice en su pag. 94: “En el curso de la historia, el atrio de las iglesias y sus porches de entrada acogieron regularmente los tribunales seculares. Aportaban un suelo sagrado, no plenamente dedicado al culto como el interior del santuario, pero tampoco totalmente profano: uno de esos espacios de sacralidad intermedia donde la justicia encontraba su acomodo. Ofrecían también la imagen del Juicio Final, el motivo más frecuentemente representado en el tímpano de las portadas, sujetando la justicia de los hombres a la de Dios”, como la audiencia de la señoría de Kermaria, ubicada exactamente encima de la capilla de Kermaria, en Côtes dÁrmor.
Entre las cosas interesantes que relata, cita la presencia de “bocas de la veritá” en diversas ciudad italiana, como ya hemos comentado respecto a Roma, pero añade un matiz más actual: también se les llamaba “bocas de la denuncia” porque servían para delatar con anonimato .
Pero hemos de mostrar ahora una magnífica miniatura en que apoya su texto el jurista Jacob. Tomemos sus palabras: "En el curso del procedimiento, el momento principal era la administración de la prueba. De ella dependía el resultado del proceso. La iconografía medieval ha conservado un buen número de representaciones de pruebas irracionales. Una de las mejores es del Espejo de los Sajones. Al final, este libro fué utilizado por el Papa en 1374 para condenarlas. Las imágenes del margen muestran bien el papel de los cojuradores." (Estos eran personas próximas que juraran la inocencia, no en el delito que se juzgaba, sino que acreditaban con su testimonio la honradez del reo sin por ello aparecer como testigos en el caso concreto).
Miniatura del Espejo de los Sajones de la Biblioteca Herzog August de Wolfenbüttel ms.Agu.3.1. fol 19v

Aparece arriba el juramento ante las reliquias de los santos, debajo el duelo de caballeros y más abajo la elección de los menos nobles, entre el combate judicial a pie y la ordalía del agua caliente, o el hierro al rojo, seguido por el destierro del caballero infiel y terminando con la protección judicial de las viudas.

detalle

No era nuestra intención este desvío, ya que tratamos de aportar literatura jurídica del entorno de Aragón, pero pienso que es interesante esta visión europea de las mismas pruebas a que se sometía a los hispanos.

Comentarios

Entradas populares