HOMBRES O MUJERES EN EL MAESTRO DE BIOTA
Sobre las portadas que estamos repasando, Marisa Melero en su trabajo
para relacionar las obras aragonesas con los distintos talleres emparentados
con San Juan de la Peña, denomina a esta escultura como “el taller
de Biota”, origen de un trío de talleres, todos ellos a finales del XII o
comienzos del XIII. En su opinión, es en Biota donde se originan los talleres
que pasando por Santiago, El Frago, Ejea y San Pedro de Huesca, acaban
trabajando en San Juan de la Peña.
Aunque
pueda parecer irrelevante a la hora de identificar el sexo de quien toca un
instrumento (en el románico deberíamos decir “género” mejor que sexo, a la
vista del contenido de muchos canecillos), el esfuerzo por identificar la
escena supuestamente amorosa de la portada sur de Biota, nos ha impulsado a consultar varias de las
versiones publicadas.
Capitel de la portada sur de Biota junto a un (o una) arpista |
Si vemos primero el fidulista de Santiago de Agüero, al no tener marcados los pechos, se le identifica como varón, excepto Omedes, quien dice que es hembra. Aprovechamos
la foto para mostrar una vez más que las manos de todos los personajes están
perfectamente talladas y sólo la bailarina muestra esos cortes en sus manos, en
las dos (cuando no tiene ninguna erosión en todo el cuerpo) que puede indicar
que lleva las manos plegadas y sobre los nudillos algún instrumento empuñado.
Capiteles de la portada de Santiago de Agüero. Las únicas manos anormales son de la bailarina con brazos en jarras |
En el claustro de Tudela aparece la figura de la bailarina
con tejoletas que, aunque fue obra de otro taller probablemente posterior, nos
indica que poner en las manos de las bailarinas algún instrumento “de
castañuelas” pudiera verse como algo adecuado.
Capitel del claustro de la catedral de Tudela con una bailarina manejando tejoletas |
Que los músicos sean varón o hembra puede no tener
importancia, pero sí para encontrar un sentido al capitel de los “entendedores”
de Biota. Así como en Santiago de Agüero no hay duda de que son dos varones
quienes conversan al otro lado de los luchadores a escudo y bastón porque ambos
tienen barba, los “conversadores” de Biota
son vistos como varón y hembra por García Lloret y en la ficha de la
EdR, elaborada por Esther Lozano, en la que se propone que representa a un
varón que rechaza a una mujer, en tanto
que Omedes cree, como nosotros, que se trata de varones, sin especificar su
función. Este último aspecto invalidaría la propuesta de amor cortés, si bien
es cierto que aquí se acompaña de un
músico y no de luchadores. Y el aspecto del arpista no se diferencia en nada
del imberbe de la escena de la conversación.
Arpista (varón o hembra) de la portada sur de San Miguel de Biota a quien acompañan dos personajes |
También podemos proponer una gestualidad acorde con el músico
que acompaña a los dos personajes: se trataría de cantores esperando que
termine la afinación del arpa, de la misma manera que la bailarina “de los
guantes” aguarda en Santiago. Aquí el varón barbado estaría haciendo un gesto
tocando el hombro de su acompañante (sea varón o mujer) para advertirle que
está a punto de iniciar la música y darle “entrada” para el canto.
Veamos tres imágenes de los personajes de "sexo dudoso" en las portadas que estudiamos. A la izquierda el capitel de San Miguel de Biota junto al arpista. A la derecha, el (o la) fidulista de Santiago de Agüero y abajo el (o la) arpista que acompaña a los primeros de San Miguel de Biota. A veces los músicos eran representados como ciegos, tal como aparece en Santa María de Uncastillo, a nuestro parecer.
En
resumen, tan sólo el tímpano parece sugerir, con el pesaje de almas del patrono del templo, junto con el mensaje negativo de
algunos monstruos devoradores en los capiteles, que este no era lugar para
representaciones que luego veremos en el gótico como el amor cortés y por eso
pensamos que si no tiene relación con los juicios –el gesto parece demasiado
poco solemne- sí puede entenderse como secuencia del momento del canto acompañando al arpa.
Fidulista ciego en el interior de Santa María de Uncastillo |
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