PROTECTOR...DEL SANTO SEPULCRO DE JERUSALÉN (2ª PARTE)


Una de las interesantes sorpresas que nos depara recorrer la iglesia del Santo Sepulcro de la mano de buenos investigadores, es encontrar un precioso capitel a la entrada del pequeño y oscuro recinto rotulado como “Prisión de Cristo” en la parte de la iglesia ortodoxa griega de este venerado recinto. Se trata de “Daniel en el foso de los leones” en el que aparece asistido por Habacuc. Nada más apropiado que esta prefiguración de Cristo viviendo la misma condena (la muerte) de la que saldrán triunfantes.  Los videos de internet no lo enseñan (de hecho, alguno parece haber sido filmado en trance), pero hay algún trabajo muy interesante en el que se reflexiona sobre el sentimiento de la prisión como el del claustro; así se contempla en un artículo de Anthony Bale en la revista Speculum, bien construido.
Daniel entre los leones asistido por Habacuc en la capilla de la prisión de Cristo en el Santo Sepulcro
(Rockefeller Archeological Museum)

Sin tardar hemos informado al experto en esa figura, dr.Olañeta, quien nos ha resaltado la relación directa con Cristo, del que Daniel en el foso es prefiguración. En su tesis doctoral –en la que no se incluye este capitel, fuera del área estudiada- destaca la presencia de Daniel relacionada con la liturgia funeraria “Ordo commendationis animae”  y tal función pudiera desempeñar en un área sepulcral (tan frecuente en los sarcófagos)  aunque nos atrae más el apartado 1.3 de dicha tesis (pg.329) en donde se estudia a Daniel en el foso como símbolo de la Resurrección de Cristo. En cualquier caso, Cristo entre rejas o Cristo enterrado, la alusión de Daniel parece evidente. Analiza Olañeta en su tesis la vinculación de capiteles de Daniel con los de la Visitatio sepulchri, como en Autun o Châtillon-sur-Indre y el mismo formato de la planta del templo llevaría a construir el del Santo Cristo de Tomar por los caballeros templarios.
El ave a la izquierda de Daniel, quizás un halcón en referencia al rey Fulk (Rockefeller Arch.Museum)

Esperamos que en un futuro artículo el investigador estudie filiación y referencias de este capitel, que pudiera dar alguna clave de su origen y que ayudara a situar los escultores que intervienen en los dinteles que estudiamos. 
Es significativa la presencia de un ave de perfil en el capitel, ya que en algunos pocos casos Daniel viene acompañado de aves. Como puede verse en la foto del Rockefeller Archeologhical Museum de Jerusalem, el profeta muestra solo la cabeza y el arranque del manto, oculto su cuerpo tras unos mechones (pudieran ser llamas) que cubren todo el fondo del capitel, donde se muestra a los leones, que contamos seis, de diferentes tamaños. A la derecha “vuela” Habacuc portando el caldero y saludando. El ave aparece al otro lado.
Resulta sugerente una observación en la tesis “El arte cruzado en Palestina” a la que luego volveremos, sobre la miniatura jerosolimitana, en la que estudia el salterio de la Reina Melisenda que aparecerá también por este artículo. En su pag.364 y referido a las lujosas cubiertas de marfil de dicho salterio real, probablemente realizado en un taller local, se cuenta que “Existe también en esta cubierta un detalle que ha sido desentrañado con gran sutileza. Se trata de la presencia, en la banda superior, de un halcón que agacha la cabeza para contemplar las escenas. Lleva un rótulo en el que se lee: HERODIUS. La interpretación a la que nos referimos recoge la figura del halcón de los "Bestiarios" medievales en los que figura con el nombre de FULICA, deduciendo, indirectamente, que se refiere al Rey Fulk. Pensamos que pudo ser la representación de un halcón del Rey -tema de la caza noble existente en la Edad Media- con el que, indirectamente, también se aludía a Fulko”.
Contracubierta en marfil del salterio de la reina donde un halcón parece vigilar las obras de caridad de cada tondo
The British Library

Este detalle puede servir de base para hipotetizar que la razón de que esa misma ave, un halcón, también de perfil, esculpida en el capitel de Daniel pueda ser una alusión al rey Fulk. La cubierta del salterio, en delicado marfil, muestra escenas de la vida de David y la contraportada, las obras de misericordia, con el halcón “fulkiano” vigilando su seguimiento.
Los detalles de ese precioso salterio pueden disfrutarse en esta dirección de la B.L:

https://www.bl.uk/catalogues/illuminatedmanuscripts/record.asp?MSID=8095
Detalle del halcón en el capitel de Daniel en el Santo Sepulcro de Jerusalén(Rockef,Arch,Museum)

Aunque ahora nos centraremos en nuestro objetivo, que son los dinteles y será ese próximo trabajo el que nos aclare las posibilidades de datar y vincular el capitel con los dinteles.
Para no dejarnos nada, ofrecemos una imagen, también parcial de la lujosa cubierta del salterio, en donde aparecen escenas de la vida del rey David, desde su lucha contra el león (que lo asimila a la de Sansón) a su grupo musical, pasando por el inevitable Goliat. Los adornos con flores y aves sugieren la decoración habitual en el ámbito de Jerusalén.
Cubierta de marfil del salterio de la reina Melesinda con figuras de la vida del rey David en los tondos y con la psicomaquia en los entrelazos. (The British Library)



Como hemos anunciado, nos quedan por revisar dos estudios sobre estos dinteles: uno de Levi Yizhaq Rahmani: “The Eastern lintel of the Holy Sepulchre” que entra a considerar la posible relación entre ambos  y otro más extenso ya citado de Avital Heyman “Fulcher’s Bestiary at the door of the Holy Sepulchre” centrado en el oriental. Como en ambos trabajos se contempla la posible inspiración en códices de la época, tomaremos notas de otro breve  trabajo, esta vez de Cecily Hennessy “The Theodore Psalter and the Rebuilding of the Holy Sepulchre, Jerusalem”.
Rahmani comienza refutando un posible origen copto del dintel oriental para encontrar en Europa antecedentes, desde alguna puerta de madera nórdica a algo más probable por la facilidad de transporte como códices de origen británico, aunque no descarta una procedencia lombarda.
Vista parcial del dintel oriental, motivo de tantos estudios, con figuras enredadas entre la vegetación apuntando a su sexo (Rockefeller Archeol.Museum)

Para intentar encontrar un significado a cada figura enredada en esa liana interminable, apela a las conocidas referencias al Paraíso, el Arbol de la Vida y otros temas que hemos visto en muchas otras lecturas. Ver desnudos, hojas y animales fabulosos conduce inevitablemente a esa alusión, pese a que la imaginación pueda más que la fidelidad al Génesis. Los claros gestos de los humanos (insiste en que no son niños, sino adultos) apuntando a su sexo, que a nuestro entender están dirigiendo la mirada del espectador, con un asombroso trabajo de trépano, no parece apartarlo de su propuesta del Fruto Prohibido.
Asombroso trabajo de trépano para dejar exento el sexo del varón a donde apunta su índice (Rockefeller Archeol.Museum)

El principal ingrediente del dintel –dice- son las figuras, siete de ellas humanas. Repasa también cada una de las demás: el centauro con arco y flecha y bajo él, la arpía. Los dragones en los extremos han sido descritos como “calandres” o grifos por otros visitantes. Respecto al soporte de esas figuras, el entrelazo que los une, lo describe como de estilo “trepador” copiado de los libros iluminados de la época. Por esa razón, sitúa al ya mencionado antes Salterio de la Reina Melisenda, realizado pocos años antes de 1149 precisamente en Jerusalén, como fuente de inspiración de ambos dinteles. Las iniciales que vemos en muchos códices contienen esos juegos de enredaderas envolviendo figuras a las que tratan de encontrar significado más allá del sentido apotropaico que entendemos se dibujaba hasta la saciedad para dotar a las imágenes de suficiente “opacidad” y dificultad  como para atraer la mirada del diabólico o inadecuado observador y desactivar su mal de ojo haciéndole enredarse y centrarse en “resolver” el enigma allí encerrado, dejando a salvo el contenido. Así lo vió también Ruth Mellinkoff.
D mayúscula con un hombre y un perro enredados en el salterio de la reina.(The B.Library)

Con perdón por la inclusión de este comentario particular, que a fin de cuentas es lo que creemos se plasma en este dintel en la puerta de un sepulcro: figuras enigmáticas, atractivas, que atrapan nuestra mirada, dirigiendo nuestros ojos a donde señalan los dedos, para que nos quedemos “enredados” y renunciemos a entrar al recinto donde pudiéramos dañar las almas de los difuntos allí enterrados. 
Otro enigmático varón enredado en la interminable liana del dintel apotropaico del Santo Sepulcro
Rockefeller Archeological Museum

Entendemos que Rahmani sugiere un manuscrito iluminado, probablemente inglés, que a su vez se habría confeccionado con referencias bizantinas, como fuente de inspiración de este dintel oriental, por un artista toscano, según menciona Alan Borg. Quizás para refundir las distintas procedencias propuestas.
“Sería extraño –sigue Rahmani- que este dintel, colocado sobre una de las tres entradas al Santo Sepulcro en tiempos de las Cruzadas, no tuviera significado ni relación con su vecino” y como otros muchos estudiosos, intenta hallarlos:
El centauro, tan estudiado, con arco y flecha, signo de zodiaco, de valor negativo, símbolo del orgullo, la arrogancia y las pasiones desatadas. 
Centauro y arpía se revuelven junto con humanos y aves en el dintel.(Rockefeller Arch.Museum)

La arpía o sirena, símbolo de la perdición femenina, de las prostitutas, de la voluptuosidad.
El dragón, encarnación del diablo, que un anterior estudioso, de Vogüé, confundió por su moña o cuernos con un “caradrio” (tan manido por nosotros) que precisamente es símbolo de Cristo, por lo que la confusión aumentaba.
Las aves; para unos, palomas (Espíritu Santo, claro), para otros cuervos, devoradores de cadáveres, símbolo de la avaricia y en consecuencia de los judíos, (ya para más confusión ofendiendo a los antepasados en su propio territorio). No pensamos, a pesar de las reiteradas alusiones de la autora, que se aprovechara la iconografía del templo para humillar y denigrar a sus anteriores propietarios.
Un poco de aire fresco trae un trabajo de Kenaan-Kedar negando relato alguno y proponiendo lo que vemos: hombres desnudos y aves extraordinarias enredados en una larga cinta vegetal.
Sigue buscando simbolismo Rahmani: ahora los desnudos “que apuntan a su sexo, su gesto puede indicar “perdition urderground” (no soy capaz de traducir esa perdición de las partes bajeras) mientras el gesto extraño de su mano izquierda puede expresar desesperación”. La posición tumbada de dos de las figuras le recuerda a la Eva de Autun, también rodeada de zarcillos y hojas y a una figura del tímpano de Beaulieu.
Extraño ser humano (¿varón o hembra) aparece entre el mundo vegetal (Rockefeller Arch.Museum)

En fin. “Su desnudez, símbolo del pecado (¡) y la lascivia, es enfatizada por apuntar a sus órganos sexuales, dejando pocas dudas de que estamos ante el pecado de la carne…sus caras expresan sufrimiento”. Y busca un paralelismo con una pieza que hemos visto muchas veces y que para nosotros tiene un marcado sentido apotropaico: los laterales y trasera del Cristo de Fernando y Sancha en el MAN...”donde hombres desnudos representan el pecado y las almas sufrientes, luchando contra el mal condenados al sufrimiento eterno”. Si observara el mismo salterio del que estamos hablando, el de la reina Melisenda de Jerusalén, encontraría una imagen de un hombre totalmente desnudo que, sin embargo, ni representa el pecado ni nada parecido: se trata de Cristo recibiendo el Bautismo.
Bautismo de Cristo en el Salterio de la Reina.B.L.

Claro, si como dicen otros estudiosos, las diminutas figuras desnudas que se deslizan en los márgenes, aluden a la resurrección de los muertos, es porque se ve lo que se quiere ver. Pero algunos pecamos de herejía.
Sigamos y terminemos de asustarnos: las plantas. Aquí las relaciona con el Peredixion, símbolo de Cristo, según de Vogüé y más afinado en este estudio como reminiscencia del Arbol del Conocimiento. La cuestión es encontrarle un significado a todo.
Rahmani resume que el dintel en su totalidad debe ser visto como una representación simbólica del pecado del hombre, atrapado en las ramas del infierno y dirigido en todos los sentidos por la representación del mal. Contrasta con su dintel compañero que anima al hombre virtuoso a seguir los pasos del Señor. Una vez más hemos acabado en lo clásico: el Bien y el Mal. Resulta curioso cómo se ha de buscar un “significado”, un “símbolo” a las figuras que no identificamos, y no lo hacemos con las que relatan un episodio bíblico. Si las escenas bíblicas “son” imágenes tangibles, las escenas paganas, también, pero deberíamos fijaron en su “utilidad” antes que en su alegoría. Las historiadas tienen por finalidad, “están para” que identifiquemos un triunfo divino, para exaltar un episodio que conocemos, y las paganas están para que el espectador se sienta protegido, identifique elementos apotropaicos en el pórtico adyacente al de Cristo y sepa, vea la utilidad de las imágenes misteriosas, a veces obscenas, que atraen la mirada de los malvados, desactivándola. No son opuestas (el manido “bien”contra el “mal” expresión que a veces significa “no lo entiendo”) sino complementarias. Insistimos en el hecho de que ese dintel enmarca una puerta, que si alguna vez estuvo abierta como la adyacente, rápidamente se hizo cerrar. Rahmani cuenta que Saladino la hizo cerrar en 1187, apenas 40 años después de abrirse. ¿Por qué? Más aún, ¿por qué los musulmanes no destruyeron los dinteles? ¿qué vió Saladino en ese dintel para impedir su paso bajo él? ¿Por qué se han conformado durante siglos los peregrinos con pasar sólo bajo el dintel historiado?
Diminutas figuras obscenas y burlescas (como las de los códices) enmarcando el Cristo de León.(MAN)

Bien, volvamos a Rahmani para terminar su estudio. Comenta que el relieve pudiera ser duplicado de otro que habría en una tercera puerta, donde ahora está el campanario, y que no debe entenderse como un mero adorno. Estamos de acuerdo: tiene una utilidad, pero es “un ornamento sin delito”, es decir, no condena ni relata castigos como se quiere pretender ante estas figuras incomprensibles, sino que buscan atraer la mirada. Si recordamos las muchas figuras del claustro de Silos (otro recinto funerario, con el panteón de los Finojosa en su centro) podemos entender esa utilidad.
Figuras obscenas con función apotropaica para proteger la imagen sagrada del Crucificado (MAN)
Tenemos muchas otras imágenes, tanto del frente como de la trasera del marfil completamente cubiertas con el  mismo tema.
Rodeando los pies de Cristo figuras desnudas atraen nuestra mirada y nos sorprenden para desactivar nuestras malas miradas (MAN)
Las tres entradas y su decoración serían, según Rahmani: la que conducía a la puerta con un tímpano con relieve de racimos de vino y zarcillos , símbolo de Cristo y la Iglesia, arriba de las escaleras a la derecha, que lleva directamente al Calvario; la oeste con el dintel historiado “señalando las vías de la Virtud y la Gracia”, que conectan con la Rotonda interior y el lugar donde estaban las tumbas de los templarios (a la derecha), y finalmente el dintel este, el que estudiamos, “advirtiendo los caminos del pecado y la perdición” que conecta con la tumba de Adán. 
Precisamente sobre el ábside del coro aparecía un mosaico representando la Bajada a los infiernos de Cristo, rescatando a Adán del limbo, tal como aparece en el salterio de la reina Melisenda. Que el artículo comente que “los dinteles sobre las entradas aludían a los principales temas del interior de la iglesia” no lo entendemos. En nuestra opinión, el dintel oeste relata la historia de Cristo “antes” de su muerte (que para eso estamos en su Sepulcro) y en el interior se relatan episodios de “después”: bajada a los infiernos e incluso el Noli me Tangere que aparecería en el tímpano este. El propio lugar del Santo Sepulcro hace de enlace entre ambas situaciones.
Bajada a los infiernos recuperando a Adan en el salterio de la reina.(The British Library)
Deduce Rahmani que no sólo copistas trabajarían sobre el Salterio de la reina Melisenda, sino que probablemente artistas (escultores) se ocuparan de elaborar las imágenes del recinto. El dintel este, por tanto, bien puede haber sido el trabajo de artistas europeos inspirados en manuscritos depositados allí.
Centauros y humanos desnudos enredados en el follaje, similar a lo esculpido en el dintel de Jerusalén. Reverso de la cruz de D.Fernando y doña Sancha en el MAN
Antes de entrar a a estudiar el trabajo de Heyman, tomamos unos apuntes de la tesis doctoral de Concepción Moya Valdés “El arte cruzado en Palestina” de 2004. Dice en su pag.338 respecto a los dinteles .”Así como el izquierdo parece destinado a ese lugar concreto, el derecho tiene todo el aspecto de ser una pieza reutilizada sacada de un monumento musulmán, si tenemos en cuenta que por la cara que da al interior de la iglesia hay una decoración fatimita”. (No compartimos ese criterio: puede haberse labrado por un escultor cristiano sobre la cara libre de una pieza famitita).
Talla previa en el dintel oriental, que pudiera no tener relación con lo tallado después por los cruzados.(Rockefeller Archeological Museum)

 “Parece haber una secuencia iconográfica-temporal que va de la parte izquierda a la derecha, que observaron los cronistas Teodorico, Juan de Wirzburg y Focas. Comenzaba en Betania y acababa en Jerusalén, secuencia que hemos denominado "Peregrinación mística al Santo Sepulcro". La peregrinación de los grupos cristianos comenzaba en Betania; seguía a Betfagué -ambas ciudades cercanas a Jerusalén- para acabar en esta. La Vida pública de Jesús Ilegaba, por esos pasos, hasta el Santo Sepulcro donde se encontraban reunidos los lugares de la Pasión y Muerte de Cristo. Además se completaba la ruta mística en el tímpano izquierdo del portal donde había un mosaico, del que quedan unas pocas teselas sin importancia, quizá semejante al contiguo. EI dintel de la derecha -como hemos dicho- tiene decoración de zarcillos, figuras humanas y pájaros. También fue colocado después de la dedicación de la iglesia. Se atribuye a escultores de un taller musulmán de Jerusalén -cuyos lazos estilísticos ya subrayamos-, pero también se da como autor de esta obra a un desconocido escultor toscano. Un modelo podía ser el portal de la iglesia de San Leonardo in Frígido, en la Toscana, cuya portada, a su vez, derivaría de un sarcófago romano o paleocristiano. EI tema de la aparición de vides, hombres y pájaros picoteando uvas es muy frecuente en el arte paleocristiano. También en el arte inmediatamente posterior citándose el muy antiguo del "Árbol de la Vida" que se manifiesta en muchos lugares y en dos iglesias italianas: Santos Rufino y Cesidio, en Trasacco, y del Carmine en Celano de donde, posiblemente, lo recoge el anónimo escultor. Por ello pensamos que en un tímpano se aludía a Cristo como fuente de Vida; en el otro a Cristo Resucitado”.(No comprendemos si hay un error al hablar de tímpano cuando quiere decir “dintel” o que considera que realmente los tímpanos mostraban esos temas cuando vemos que contenían una Virgen con Niño y sólo el Noli me tangere alude a Cristo Resucitado).
Arpía enredada en el entrelazo con hojas de acanto (Rockef.Arch.Museum)

 “Recordamos que la iglesia del Santo Sepulcro se concibe como una iglesia de peregrinación -de ahí su doble portal que ha perdido su función- puesto que los peregrinos entraban por una, ingresando en el templo, recorriéndolo, y saliendo por la otra”.( Los datos cuentan que eso solo se hizo en los primeros 40 años).
“Podemos afirmar que la fachada del Santo Sepulcro resume la labor de escultores, arquitectos y mosaistas, que funden en un nuevo estilo las corrientes del arte romano, paleocristiano, bizantino, siriaco, armenio e islámico. Todos fueron reunidos por el rey Balduino III y la reina Melisenda que ejercieron de auténticos mecenas e impulsores de una obra grandiosa. La mayor parte del reconstruido templo parece haber sido terminado el dia de la dedicación -15 de julio de 1149- años después de la conquista de Jerusalén. “
…“Las tumbas de los Reyes estaban situadas en el Santo Sepulcro -como aparecen en dibujos hechos por viajeros- frente a la Capilla de Adán. Destrozadas por los turcos en 1244 se conservan algunas piezas en Museos de Jerusalén y de otras localidades, como hemos dicho”.
Interior de la puerta de acceso a la Capilla Franca con capiteles finamente trabajados y un tímpano repleto de pámpanos, racimos y hojas. Al tiempo que una tupida celosía, para evitar la entrada de malos espíritus, aludía a la Eucaristía, como sabemos. (Rockefeller Archeological Museum)

En la iglesia del Santo Sepulcro hay que mencionar el tímpano de ingreso a la Capilla del Calvario desde la Capilla Franca. EI tema representado es Eucarístico formado por motivos florales y vides. Es semejante al de la entrada a la Gruta de la Natividad, en Belén. Ambos derivan de placas de marfil bizantinas y éstas de mosaicos cristiano-primitivos (Basílica de Santa Constanza) y de mosaicos y sarcófagos paganos con putti vendimiando. En las dovelas se encuentran temas florales acompañados por círculos y losanges semejantes a los que se hallan en los frescos fatimitas de EI Cairo y en los mosaicos de la Roca".

Ahora ya nos falta solamente estudiar el trabajo de Heyman para tener una visión de las opiniones sobre este dintel. Enseguida lo haremos.

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