EXULTET. ¿El origen? CLUNY (1ª parte)
Retorno a Frómista.
A
lo largo del mes de Marzo de 2017 habíamos presentado en este blog una
propuesta en torno a la iconografía de
San Martín de Frómista, que ya veníamos desarrollando inicialmente sobre las
ordalías que creemos allí esculpidas.
También
hicimos una interpretación del capitel llamado “de la Orestiada” en relación a
la posible intención programática de la iconografía del templo. Aunque
“documentalmente” fundado por doña Mayor en 1066, pensamos, tras leer a
prestigiosos investigadores, que no es ese el edificio que hoy contemplamos,
sino uno posterior, de mucho mayor porte y con claras influencias cluniacenses,
que pudiera haber sido levantado, como propone el Dr. Prado-Vilar, en torno a 1090,
es decir, poco después del concilio de Husillos (1088). Otros investigadores
proponen fechas posteriores, como 1120-1130 quizás para encajar sus
interpretaciones iconográficas con sucesos memorables, que dudamos se
representen allí. No eran partidarios los monjes de aludir a hechos temporales
en los capiteles. Bien es cierto que en las abundantes donaciones de templos
castellanos a Cluny en esos tiempos, nunca aparece citado San Martín, que quizás pudiera estar siendo construido (demasiados años) o bien estaba fuera del
“mercadeo” de templos por tener especial protección real.
Sasrcófago de Husillos que inspira Frómista, hoy en el MAN. (foto de la web de Omedes romanicoaragones.com) |
La
iconografía que contiene San Martín, un mensaje de los monjes cluniacenses
apoyando la reforma gregoriana, y apostando por eliminar las disposiciones
judiciales y sociales anteriores, promoviendo la caridad y la concordia contra
las viejas leyes de la venganza y la justicia consuetudinaria, sólo pudo ser
concebida bajo los auspicios de una monarquía dispuesta a apoyar claramente la implantación de la reforma gregoriana, que tanto en lo judicial como en
lo eclesiástico, encontró fuerte resistencia en Castilla y León.
De ahí que viéramos en el famoso capitel una imagen impactante del dolor que producía la inevitable justicia vengativa del ojo por ojo, con testigos aterrados pero impotentes. El sarcófago de Husillos inspiró la escena que –pensamos- no necesita leerse como evocación o alusión a episodios bíblicos, ni con personajes oníricos como conciencia del crimen, sino tomando literalmente la tragedia mitológica, que no representa otra cosa sino una venganza “legítima” contra los asesinos de Agamenón, padre de Orestes, ante personajes (familiares y testigos) que nada pueden hacer contra la “legitimidad” del crimen vengativo.
Pero los no ilustrados, aún sin conocer la mitología, verían que la lectura literal del capitel transmite también la condena de esas conductas “legales”, honorables y hasta legítimas aunque brutales: un hombre acuchilla a otro ante personas aterradas, mientras parecen surgir alrededor personajes blandiendo serpientes en una atmósfera de venganza. Los nuevos modos que ahora se impulsan desde la reforma introducen la caridad, el perdón y en todo caso la justicia sin venganza como alternativa a viejos códigos y basado en las enseñanzas del Evangelio. En otros capiteles se refuerza esa doctrina con el mandato de la Caridad. Ese era el sentido general que le da el citado estudioso, “centering on the themes of family crime and sacrifice “, que personaliza en la muerte de Caín por Abel. Como habíamos apuntado, el profesor Prado-Vilar propone que “Frómista presenta modelos bíblicos y morales que condenan la violencia fratricida y presentan a la Iglesia como el agente encargado de convertir la disensión en concordia”.
Moderna visión del capitel destruido que aparece hoy en San Martín con figuraciones imaginadas |
De ahí que viéramos en el famoso capitel una imagen impactante del dolor que producía la inevitable justicia vengativa del ojo por ojo, con testigos aterrados pero impotentes. El sarcófago de Husillos inspiró la escena que –pensamos- no necesita leerse como evocación o alusión a episodios bíblicos, ni con personajes oníricos como conciencia del crimen, sino tomando literalmente la tragedia mitológica, que no representa otra cosa sino una venganza “legítima” contra los asesinos de Agamenón, padre de Orestes, ante personajes (familiares y testigos) que nada pueden hacer contra la “legitimidad” del crimen vengativo.
Pero los no ilustrados, aún sin conocer la mitología, verían que la lectura literal del capitel transmite también la condena de esas conductas “legales”, honorables y hasta legítimas aunque brutales: un hombre acuchilla a otro ante personas aterradas, mientras parecen surgir alrededor personajes blandiendo serpientes en una atmósfera de venganza. Los nuevos modos que ahora se impulsan desde la reforma introducen la caridad, el perdón y en todo caso la justicia sin venganza como alternativa a viejos códigos y basado en las enseñanzas del Evangelio. En otros capiteles se refuerza esa doctrina con el mandato de la Caridad. Ese era el sentido general que le da el citado estudioso, “centering on the themes of family crime and sacrifice “, que personaliza en la muerte de Caín por Abel. Como habíamos apuntado, el profesor Prado-Vilar propone que “Frómista presenta modelos bíblicos y morales que condenan la violencia fratricida y presentan a la Iglesia como el agente encargado de convertir la disensión en concordia”.
Aún hoy está
pendiente de implantar esa enseñanza en la vida cotidiana de los cristianos: no
hay más que ir a la misa del domingo en cualquier pueblo para comprobar que no
se aprovecha el mandato de “darse la paz” para la reconciliación, y los vecinos
que “no se llevan” se colocan separados; cumplir el mandamiento de ir a misa no
significa llevar a la práctica el mandato evangélico del perdón y la
reconciliación. Hasta ahí podíamos llegar…Eso de poner la otra mejilla se queda
en la pura teoría… Al menos hemos desterrado la violencia.
Capitel original destruido. Hoy en el Museo Arq.de Palencia |
Y pedimos perdón
por extendernos en este capitel, pero es que su enseñanza nos parece
inagotable. Vemos que unos monjes reformadores llegan a un reino hispano
invitados por un amigo íntimo de su abad Hugo de Semour para aplicar la
reforma, una nueva manera de entender la vida (y no sólo la liturgia, como a
veces nos cuentan). Se encuentran con leyes de tiempos visigodos, que suponen
un sufrimiento para la población, incluso para los más nobles (venganzas de
honor, desafíos, rieptos, ordalías,
etc). Al concilio de Husillos en 1088 asiste algún obispo francés. El arzobispo
de Toledo es cluniacense. El Papa Urbano
II también, como lo fuera su antecesor Gregorio VII. Está documentada la
presencia de obispos hispanos en Cluny y a la inversa. Y durante el concilio ocurre el enfrentamiento con Diego Peláez
que llega encadenado. Existe una gran tensión.
Si poco después se decide reconstruir San
Martín, se implementa un mensaje en esa nueva línea para superar el pasado
turbulento. En la cabecera se esculpe un capitel extraordinario con figuras
clásicas, copiadas del sarcófago. Los entendidos conocen la historia y el
sarcófago les brinda el relato: una venganza dinástica, con adulterios,
personajes despreciables (Egisto) una víctima que tampoco era trigo limpio
(Agamenón), Electra que intriga con su hermano la venganza…pasiones humanas en
personajes mitológicos. Venganzas por defender el honor familiar. Ese tema les
viene bien. No necesitan interpretación. Lo que narran es lo que sucede en la
vida real. Es con lo que hay que acabar. Puede ser significativo el hecho de situar el capitel junto al altar, frente al crucero, quizás la zona ocupada por nobles y reyes en los oficios, porque el mensaje es más para ellos que para el pueblo llano.
La representación de la tragedia permite una lectura literal, que nos conduce a la alegórica: un crimen tribal en el contexto de las relaciones familiares y ancestrales. De ahí se deduce la enseñanza moral: no se deben mantener las viejas leyes sanguinarias del ojo por ojo que trae gravísimas consecuencias para las familias, y se culmina con la lectura anagógica: la práctica del Evangelio nos debe hacer desterrar esas leyes para implantar las de la concordia y la justicia sin venganza.
La representación de la tragedia permite una lectura literal, que nos conduce a la alegórica: un crimen tribal en el contexto de las relaciones familiares y ancestrales. De ahí se deduce la enseñanza moral: no se deben mantener las viejas leyes sanguinarias del ojo por ojo que trae gravísimas consecuencias para las familias, y se culmina con la lectura anagógica: la práctica del Evangelio nos debe hacer desterrar esas leyes para implantar las de la concordia y la justicia sin venganza.
Pudiera ser algo
más que una coincidencia, como luego veremos, que en los famosos capiteles de
la girola de Cluny se esculpen, entre otros temas, las virtudes teologales, en donde además de
destacar la Caridad sobre las otras, se añade una cuarta para completar las
caras de la cesta y eligieron, precisamente, la Justicia. Probablemente inspirado
por el santo abad Hugo de Semour.
Importante foto del capitel poco antes de ser picado. De apuntes.Santanderlasalle.es que lo tomó de la colección Fontaneda |
Pero volviendo a
Frómista y Husillos, nos podríamos preguntar por qué se había esculpido ese
tema en la pieza original: un sarcófago. La explicación creo que viene por la
vía de legitimidad de los ancestros. No sólo se trata de un relato mitológico,
sino la expresión del respeto al linaje. Uno sabe poco o nada de estos temas,
pero creo que Orestes no tiene dudas en matar a Egisto, aunque sí muy serias
con su madre. Pero la venganza por el crimen de su padre puede más. Hay
interpretaciones de esta historia en el sentido de que es el cambio del
matriarcado al patriarcado. Electra da origen hasta a un complejo.
En
el “Saevum Facinus” que mencionamos, el autor aporta referencias que le
permiten la lectura de que la figura de Abel proviene de la nodriza, presente en
la venganza. La figura sale del suelo acusando al asesino de su crimen ante
Dios, tal como figura Abel en manuscritos iluminados,(MS Junius 11, fol.49) o en un capitel de Autun, ya que la sangre derramada toma la figura humana
reclamando por el crimen injusto.
Pero para no
extendernos, la razón de elegir esa historia en un sarcófago que acabó siendo
el sepulcro de un noble cristiano, habría de ser que en él se reclama el
derecho a defender el linaje contra usurpadores. El valor de la estirpe. La
legitimidad de derramar sangre por el honor de la saga. Decía nuestro maestro
Juan Ramón Ugarte que los personajes con serpientes son los brazos ejecutores
de la justicia divina. Evidentemente, en el relato mitológico son las Eríneas
las que acosan la conciencia de Orestes tras su crimen. Zeus suele aparecer con
el rayo justiciero en la mano, que puede entenderse como una serpiente.
Aún hoy hacemos
bromas cuando expresamos que nuestras mujeres e hijos forman la familia “su”
familia y los padres (varones) somos tan sólo “el elemento necesario”. El
matriarcado todavía vincula como elemento de protección del núcleo familiar,
madre e hijos, ante la autoridad
paterna.
Es manifiesta en
el sarcófago la presencia de un
idolillo a la derecha, un manes sobre el que caen los cortinajes, de gran significado porque
los manes eran los protectores de la familia, que aquí ha sido destrozada por
sucesivos crímenes.
Pero me estoy
metiendo en un terreno que lo menos que me puede deparar es hacer el ridículo,
así que opinar sobre este tema no debemos hacerlo si no es siguiendo a los
grandes profesores, que seguramente han estudiado cada detalle.
Perdón por la
dispersión. Sigamos:
En un magnífico
artículo de 2017 accesible en la web “románico aragonés” del amigo Omedes “The
Superstes Resurrection, the Survival of Antiquity, and the Poetics of the body
in romanesque Sculpture: Forms of change and Constancy of Antiquity in the
Iberian Peninsula 500-1500” el profesor
Prado-Vilar conecta sus estudios sobre los capiteles jaqueses del sátiro y de
la iglesia de Santiago con el de la Orestiada de Frómista, todos de indudable figuración
clásica y sentido resurreccional los jaqueses, para confirmar gráficamente la
propuesta de lectura del capitel basado en el sarcófago de Husillos con el
ajusticiamiento de Egisto y Clitemnestra por Orestes. Imprescindible resulta
releer una y otra vez su trabajo “Saevum Facinus”, convertido en un clásico.
Detalle del capitel previo a su rotura donde se aprecia la base del pene del personaje (del artículo del prf.Prado-Vilar) |
Este reciente trabajo incluye una detallada fotografía
del sexo de los protagonistas del capitel de Frómista antes de su destrucción
en la que marcamos la base rota del pene que hubiera tenido Egisto (o Abel),
irracionalmente convertido (quizás por el escultor Santiago Toledo) en una
aparatosa hembra que, por otro lado, nos permite entender que no era así en el
original, porque eso no se ve en el románico ni en los más llamativos
canecillos. La cuestión ya no ofrece dudas. Se trata de dos varones. Comentamos
en su momento la “venganza” del escultor sobre el lapicida de Frómista en un
capitel que precisamente describe una venganza. Lo que parece claro con la foto
aportada por el estudioso es que el capitel, bien antes o bien inmediatamente
después de puesto en el suelo, mostraba la rotura del pene del agredido, quizás
por ocupar la esquina y su morfología esculpida lo dejaba demasiado expuesto
para ser dañado accidentalmente. Luego, el energúmeno cometió días después su
lapicidio y en la reproducción moderna pudiera haberse excedido el escultor
para “dar taza y media” a quien se sintió ofendido hasta la agresión.
Detalle de la rotura citada en el capitel de la Orestiada original |
ADAN Y EVA
A
lo largo del mes de Marzo de 2017 nos centrábamos en los dos capiteles que ocupan
el eje de las ceremonias litúrgicas en la nave del templo: los de Adán y Eva, los
dos capiteles que hacen pendant frente al crucero, que podían ser vistos tanto
desde la nave como desde la posible galilea a los pies del templo, como sugiere
el profesor Senra. Todo el templo se convertía en un gran escenario en las
liturgias solemnes.
Recientemente,
en 2017 el Dr Senra Gabriel y Galán, que lleva varios años explorando y
documentando la iglesia de San Zoilo de Carrión, nos presenta nuevas e
interesantes propuestas, relaciona una vez más ésta con San Martín de Frómista
: “May the angels lead you into Paradise” : staging the Cluniac liturgy in
medieval Hispanic priories”, amablemente accesible en internet publicado por el
Journal of Medieval Iberian Studies”.
Nos
interesa especialmente el trabajo del historiador, viendo un paralelismo entre
Sahagún, San Zoilo y Frómista y con magnífica bibliografía, porque relaciona la
liturgia cluniacense con la distribución espacial del templo y aunque se centra
en San Zoilo, que contiene vestigios legibles, nosotros intentaremos
trasladarlos a Frómista, donde precisamente es la falta de esos vestigios el
único reproche que se puede hacer a Manuel Aníbal en la restauración tan
criticada de 1900. Hace un par de años el Dr. Gerardo Boto ilustró
magníficamente el “deambular” litúrgico bajo los capiteles de San Martín en una
visita del Coloquio Ars Medievalis. Lo había publicado en 2015: "Hitos visuales...en "La imagen en el edificio románico: espacios y discursos virtuales". Aguilar de Campoo.
Capitel de Frómista con el Pecado Original "cantado" en la liturgia monacal, que dirige un monje con báculo |
Ya
propusimos en dichas entradas de marzo de 2017 en este blog que lo efigiado en
esos capiteles del crucero no fueran “el Pecado Original y su consecuencia”
sino una representación casi literal de la ceremonia del canto del Exultet
(pura liturgia) en el domingo de Pascua, lo que justificaba algo que todavía
“no ven” los estudiosos: los laterales de los capiteles.
No
debemos ser nosotros, atribulados alumnos, quienes veamos al “rey desnudo” pero
resulta a veces clamoroso que los estudiosos despachen un capitel esculpido en
tres caras, con el sólo estudio de la central. Y en S.Martín es más claro. La
consecuencia suele ser la incapacidad de comprender lo esculpido. Nadie parece
plantearse alternativas a los “commonplaces and tired clichés” que dice el Dr.
Senra. Parece que la lectura del laborioso programa escultórico se limita a la
cara central, mientras que los laterales son “paisaje” y solo aquélla relata la
historia. Hasta Moralejo minimizó los laterales del capitel del acarreo,
convencido de que tenía que ver con labores del campo o de construcción.
Precisamente en San Martín los laterales están dando pistas de lo realmente relatado.
Por ejemplo, nadie o casi nadie habla de los laterales de “la zorra y el
cuervo”, con otras moralejas, ni se
detienen en ver la lujuria en el lateral del avaro junto a la entrada norte, o
en el caso que estamos, se encuentra “normal” que junto a Adan y Eva aparezcan
monjes y Cristo con nimbo.
Pues
bien; en el artículo citado del Dr. Senra, se mantiene la lectura de ambos
capiteles como “escenas del Paraiso” sin extrañarse de que se sitúe junto a
Adan y Eva con la serpiente y el árbol a dos monjes y en el pendant otros dos
monjes, uno con una cruz y otro con un libro, escoltando lo que se entiende
como “expulsión” cuando la acción la realiza Cristo y es preciso entonces hacer
una pirueta interpretativa en algo que es literal. Tal como hemos propuesto, se
trata de la plasmación del canto del Exultet en el Domingo de Resurrección, con
la “alabanza” al Pecado Original que condujo a la resurrección de Cristo. Es
decir, la acción la realizan los monjes y la alusión, el contenido de su
acción, es el canto del Exultet citando la caída en el Paraíso, representando a
los protagonistas del canto : Cristo y
los protoplastas.
Capitel de Frómista con la presentación de Cristo resucitado como alternativa al pecado de Adán y Eva |
Habíamos
apoyado esta propuesta no sólo en la propia iconografía de ambos capiteles,
sino en la información existente del uso del Exultet en la liturgia
cluniacense, que lo había tomado de Italia, a través de los benedictinos de
Montecasino.
Ahora,
tratando de documentar una investigación (que es mucho decir) en torno a otra
ordalía en Borgoña, hemos encontrado el posible “eslabón perdido”, el origen
del uso de esa liturgia en la casa madre de todas las abadías cluniacenses : en
Cluny. También allí Cristo “expulsa” anormalmente a los primeros padres del
Paraíso, pero es porque el mismo modelo se trasplantó a Frómista: la alusión a
Cristo como alternativa a Adán en el canto del Exultet. Aún hay descripciones
académicas del capitel borgoñón donde se describe la figura nimbada como “ángel
que expulsa”.
Capitel de Cluny con Adán y Eva tras el pecado ante Cristo como alternativa. (foto de la web www.latribunedelart.com) |
( La web que nos permite amablemente el uso de su magnífica colección de fotografías realiza un completísimo estudio de los capiteles cluniacenses y aunque no compartimos sus interpretaciones, éstas son el resultado de un profundo estudio filosófico-moral.)
Pero
veamos primero, como solemos, lo que dicen los expertos, que nuestra
insignificante opinión irá al final.
El
profesor Senra documenta el artículo que usamos con mucha información
histórica. Es muy sugerente su propuesta de que en San Zoilo (y quizás en San
Martín) hubiera altares con culto a María Magdalena igual que a los pies se
dedicara un espacio a San Miguel. Cuenta cómo con el apoyo de la monarquía
leonesa, “Cluny actuó a través de sus tradiciones litúrgicas como una poderosa
fuente de diseminación de la cultura gregoriana”. Así, tras la conquista de
Toledo por Alfonso VI en 1085 el primer arzobispo fue Bernardo de la Sauvetet,
un monje de Cluny. Al parecer no fueron muchos, sino pocos pero muy importantes los monjes
exportados a España por Cluny, y se caracterizaban más por sus obras de
misericordia, caridad y acogida que por sus predicaciones. Probablemente su
modo de vida ejemplar era la mejor forma de ser admitidos por los fieles.
Corrige el autor la idea generalizada de la existencia de un “estilo
cluniacense” cuando no es así. Nosotros compartimos esa idea, ya que para los
monjes lo importante era el mensaje, el contenido, y no el modo, lo modelos para
contarlo. No venían a imponer un modelo escultórico sino una doctrina.
Naturalmente
–seguimos con el Dr.Senra- es Sahagún con quien compara la arquitectura de San
Zoilo, y la importancia del canto y la liturgia para magnificar sus
performances inspiradas en Cluny. En esa línea, destaca las ceremonias de
evocación de la Resurrección de Cristo, la fiesta cumbre cristiana, para lo que
propone el uso de las galileas, que ya había situado en San Zoilo desde su
estudio del acceso a la planta superior. También en Frómista hubo de haberla, a
juzgar por sus propuestas, pese a la pérdida de los testimonios arqueológicos.
El profesor vincula esas liturgias a la presencia de enterramientos nobiliarios
en ese entorno, y nosotros en la propuesta que hicimos, jugábamos con la liturgia
pascual también con recorrido procesional, y relacionado con las ceremonias
rituales estacionales, aunque no dejaría de potenciar su significado el
homenaje a las tumbas nobiliarias que se encontraban en la procesión, por hallarse
los rememorados ya en la gloria de Dios. Lo que parece tener sentido es que el
Cristo que aparece en San Martín al otro lado de Adán como alternativa apuntada
por los monjes del lateral, es el Cristo resucitado, el protagonista
del canto que lo acompañaba, el Exultet. Las galileas en dos pisos a los pies
del templo, que se remontan al prerrománico, “tenían uso funcional, entre las
más importantes como estación en la liturgia procesional y cobijar a laicos y
monjes a través de la iglesia”. El Dr. Senra encontró indicios de una posible
galería en Frómista en la parte baja del muro norte, donde no fueron
sustituidos los bloques originales en la restauración de 1900.
Propone
el estudioso la posible existencia de altares, como decimos, a Maria Magdalena,
muy reverenciada en Cluny, San Benito (fundador) y a la Santa Cruz, que
sugiere ubicada en el crucero, exactamente donde se cruzan las líneas de norte
a sur y este a oeste, que se señalaba especialmente en las ceremonias de
consagración del templo en la antífona “in medio ecclesiae”. Es posible que si
no de manera fija, sí se colocara una cruz en la ceremonia pascual en el
crucero de San Martín, dado el sentido de los capiteles que citamos. No
obstante, la lectura de Senra sigue siendo “la Tentación y la Expulsión”, como
si los monjes de los capiteles fueran parte del paisaje paradisíaco. Ya comentamos en las
entradas citadas, que desde la galilea de San Martín se podía seguir esa ceremonia
del Exultet, que ahora hemos encontrado –creemos- en Cluny en el deambulatorio.
Deambulatorio y girola de Cluny III según un grabado del siglo XVIII con los 8 + 2 capiteles conservados |
“No obstante -prosigue Senra- la exacta
función de estas tribunas no está clara, aparte del obvio propósito de ser un
espacio privilegiado para observar la liturgia y ser observada por los
participantes desde abajo”. A nuestro entender, en Frómista se “activaba” la
resurrección de Cristo en la ceremonia del crucero en la nave, con encendido de
lámparas, cantos, vestimenta excepcional, etc., y los participantes
“exultantes” alababan al Cristo resucitado, alter ego del Adán caído con la
llegada de la muerte que supuso su Pecado Original : “¡Oh, felix culpa, quae
talem ac tantum meruit habere Redemptorem¡”
entonaban todos leyendo el texto mostrado por un monje, como el que
aparece con un libro en las manos vuelto hace los lectores en el capitel de San
Martín. Seguía luego la procesión hacia la galilea, quizás pasando junto a los
sepulcros de los que ya gozaban de la Gloria (en Frómista fueron eliminados en
la restauración), subiendo a la galilea para ver elevarse a Cristo hacia el
cielo. Fin de la performance.
Lateral "invisible" del capitel de Frómista con el libro del Exultet |
¿Sería
así en Cluny? Al menos un capitel, que
esperamos poder desentrañar enseguida, nos va a mostrar la misma escena de San
Martín de Frómista.
Terminemos
el estudio de Senra: Aquí sí que amplía el foco de atención hacia los espacios templarios
y tal como los investigadores están demostrando, hasta los claustros y otros
espacios comunales formaban parte de los recorridos litúrgicos como coordenadas
rituales. Así menciona que en Cluny, una pequeña iglesia dedicada a Maria
“jugaba un decisivo rol tanto en los ritos funerarios por la muerte de los
monjes, como primera estación en la diaria procesión siguiendo maitines y
vísperas”, en base a los apuntes de Conant, quien luego nos guiará más a fondo
en Cluny.
Era
un entorno donde se impresionaba a los asistentes con una “exhibición
ornamental de obras de arte portátiles (ahora totalmente perdidos) y música
sagrada combinada para crear un modelo extraordinariamente atractivo de piedad”,
concluye Senra.
Eso es lo que pretendemos ver en Frómista con la ceremonia del Exultet.
Nos
hemos entretenido mucho en este preludio y debemos entrar en materia, que Cluny
tiene algo más que ruinas.
CLUNY
Cuando
vamos como turista a visitar Cluny nos centramos en los famosos ocho capiteles
de los tonos musicales, los ríos del Paraiso, los vientos, las virtudes, y
cuantas variadas y seguramente ciertas interpretaciones han recibido. Sin
embargo, estos ocho capiteles, colocados a una altura de unos 9 metros del
suelo, formaban junto con otros dos de distinto formato, pero que estaban
juntos, un conjunto que tenía sentido y ahora se ha perdido al separar en
distinto recinto los dos grupos. En el museo Ochier conservan esos dos
capiteles “ajenos” porque no tienen que ver –aparentemente- ni con el formato
ni el contenido de los otros ocho. Son bíblicos : Adán y Eva y el Sacrificio de
Isaac.
Los tiempos previos a la Pascua según el blog liturgialatina.blogspot.com.es |
Ya cuando escribimos los artículos del Exultet en este blog, incluíamos
un grabado muy significativo mostrando los tiempos de la Pascua, en cuya
búsqueda nos ayudó nuestro amigo Ugarte (q.e.p.d.) aunque finalmente
discrepamos, porque él pensaba que mi vinculación de los capiteles del Paraíso
con el Exultet era un error, pues creía él que su conexión debería ser con la
septuagésima, como señala el grabado. Ahora veremos otras pistas en uno u otro
sentido. Los dos capiteles bíblicos hoy “descontextualizados” en el museo
Ochier eran el inicio y el final de la colección de los otros ocho famosos, tal
como veremos en los diagramas de los expertos. Esa es la conexión con Frómista:
en ambos lugares la Caída del Paraiso estaba relacionada con la liturgia
cantada de la Pascua.
Los claustros de San Cugat del Vallés y de San Pere de
Rodas (hoy en París) tienen esos tres capiteles que pudieran marcar los tiempos
pascuales: la Caída, el Diluvio y el sacrificio de Isaac. Conocemos Sant Cugat,
donde están consecutivos, marcando los tiempos que anteceden a la Pascua. Tomemos la descripción de la Dra. Inma Lorés que ha realizado la ficha de Sant Cugat para la EdR:
Es en el ángulo sureste precisamente frente a la portada de la iglesia por donde los monjes salian al claustro después de los rezos y los oficios, donde se encuentran las primeras escenas del Antiguo Testamento, siempre en los capiteles de la parte interior de la galería. El primer capitel adosado al pilar y de manera excepcional puesto que el resto de temas biblicos se encuentran en capiteles exentos, contiene una imagen de Daniel entre los leones. Siguen tres capiteles con escenas de Adan y Eva, Noé y Abraham, mucho más sintetizadas que en el claustro de Girona puesto que allí se despliegan por los relieves de dos de los pilares de la galeria de la iglesia. En el primero la creación de Adán, el pecado, la reprobación de Dios y la condena al trabajo ocupan cada una de las caras Las escenas de la construcción del arca y del Diluvio y la de los hijos de Noé cubriendo la desnudez de su padre que yace en la viña, se concentran en el siguiente capitel...
Es decir, que están concentrados porque forman parte de una misma liturgia.
Capitel de la reprensión de Adan y Eva en el claustro de Sant Cugat del Vallés |
Pero
hay una sutil e importante diferencia en las representaciones que estudiamos.
En Cluny, y en Frómista como posible copia, es claramente Cristo reconocido por
su nimbo crucífero quien aparece –como decimos- no expulsando a Adán y Eva,
sino como alternativa, como nuevo Adán salvador tras su resurrección. A nuestro
juicio, es la imagen que inspira el Exultet.
Capitel de Noé junto al anterior en el claustro de Sant Cugat del Vallés como lugar de la ceremonia de la Sexagésima |
Sin
embargo, en San Cugat y San Pere (relacionado con éste) la escena de la
expulsión no muestra a Cristo nimbado, por lo que puede ser interpretado como que
es Dios quien lleva adelante el acto. Pero aquí sí que están esculpìdos y
consecutivos (al menos en San Cugat) los tres “tiempos” de la liturgia previa:
Quinquagésima, Sexagésima y Septuagésima, es decir, Sacrificio de Isaac,
Diluvio y Pecado Original, por lo que esa sutil diferencia debe conducirnos - y
más estando en claustros y no en la iglesia- a que eran puntos de celebración litúrgica de
esas ceremonias previas a la Pascua y no la del Exultet.
El cuadro que muestra el mencionado blog liturgialatina.blogspot.com en febrero de 2017 señala esos tiempos y sus figuras:
Durante esta temporada de Septuagesima, la Iglesia permanece especialmente sobre las tres primeras figuras que hemos nombrado en la tabla anterior. Allí vemos la caída de Adán que resulta en un pecado original y sus consecuencias funestas (Septuagesima); la malicia de los hombres, el pecado actual y el diluvio que fue su castigo (Sexagesima); y finalmente los sacrificios de Abraham y Melquisedec (Quinquagesima), que anunciaban el sacrificio que Dios requería de su propio Hijo como una satisfacción por los pecados de toda la raza humana.
La temporada de la Septuagesima siempre comienza con la novena semana antes de la Pascua e incluye tres domingos llamados respectivamente Septuagesima, Sexagesima y Quinquagesima. Estos nombres que fueron tomados del sistema numérico de la época, denotan una serie de diez días (decenas) que se remontan al inicio de la Cuaresma, que en latín se conoce como Cuadragesima. [Como los intervalos entre estos domingos solo constan de siete días, es evidente que este nombre no debe tomarse en un sentido estrictamente aritmético; pero mientras que Quadragesima llega exactamente el último día de la 4ª decena antes de la Pascua, Quinquagesima (47 días) cae dentro de la 5ª decena, Sexagesima (54 días) dentro de la 6ª,
Septuagésima (61 dias) dentro de la7ª.
Y ahora seguiremos con la visita a Cluny y sus capiteles supervivientes.
Capitel del Sacrificio de Isaac en Sant Cugat. Los tres consecutivos en un ángulo del claustro |
El cuadro que muestra el mencionado blog liturgialatina.blogspot.com en febrero de 2017 señala esos tiempos y sus figuras:
Domingos |
||
Septuagésima
|
Historia de Adan
|
Cristo el nuevo Adan
|
Sexagésima
|
Historia de Noe
|
Cristo el verdadero Noe
|
quincuagésima
|
Historia de Abraham
|
Cristo el verdadero Abraham
|
Primer domingo de Cuaresma
|
(El pensamiento de Isaac es
reemplazado por el de Cuaresma). |
Cristo en el desierto
|
Segundo domingo de Cuaresma
|
Historia de Jacob
|
Cristo el verdadero Jacob
|
Tercer domingo de Cuaresma
|
Historia de Joseph
|
Cristo el verdadero Joseph
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Cuarto
domingo de cuaresma |
Historia de Moisés
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Cristo el verdadero Moisés
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Durante esta temporada de Septuagesima, la Iglesia permanece especialmente sobre las tres primeras figuras que hemos nombrado en la tabla anterior. Allí vemos la caída de Adán que resulta en un pecado original y sus consecuencias funestas (Septuagesima); la malicia de los hombres, el pecado actual y el diluvio que fue su castigo (Sexagesima); y finalmente los sacrificios de Abraham y Melquisedec (Quinquagesima), que anunciaban el sacrificio que Dios requería de su propio Hijo como una satisfacción por los pecados de toda la raza humana.
La temporada de la Septuagesima siempre comienza con la novena semana antes de la Pascua e incluye tres domingos llamados respectivamente Septuagesima, Sexagesima y Quinquagesima. Estos nombres que fueron tomados del sistema numérico de la época, denotan una serie de diez días (decenas) que se remontan al inicio de la Cuaresma, que en latín se conoce como Cuadragesima. [Como los intervalos entre estos domingos solo constan de siete días, es evidente que este nombre no debe tomarse en un sentido estrictamente aritmético; pero mientras que Quadragesima llega exactamente el último día de la 4ª decena antes de la Pascua, Quinquagesima (47 días) cae dentro de la 5ª decena, Sexagesima (54 días) dentro de la 6ª,
Septuagésima (61 dias) dentro de la7ª.
(fin de la cita del blog liturgialatina,blogspot.com)
Con
los datos recopilados puede proponerse que la presencia de Cristo con nimbo
crucífero en la Reprensión de Adán responde al himno del Exultet, punto
culminante de la liturgia resurreccional de la Pascua, esculpido en las naves o
girolas de Cluny y Frómista (y alguna más que pudiera encontrarse en las
iglesias de influencia cluniacense).
Por otro lado, la
presencia de Dios en esa misma temática de la Caída de Adán y Eva,
expulsándolos o reprendiéndolos, si está acompañada de escenas relativas al
Diluvio y al Sacrificio de Isaac (caso de los claustros catalanes de Sant Cugat
y probablemente el de Sant Pere de Rodas, hoy descontextualizado en Paris)
aluden a los tiempos pascuales, que se conmemorarían con su liturgia en los
claustros de los monasterios.Y ahora seguiremos con la visita a Cluny y sus capiteles supervivientes.
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