EXULTET; ¿el origen? CLUNY (4ª parte y final)

A vueltas con las abejas


Hemos fijado nuestra humilde postura en torno a los apicultores de Cluny repetidos en Vezelay, por una directa mención (más que alusión) en el texto del Exultet que proponemos ha inspirado los capiteles de Adán y Eva tanto en Frómista como en Cluny, en contra de lo publicado por muchos historiadores, empeñados una y otra vez en acercarse a Cluny en busca de alegorías pues sólo con ellas parece entenderse el oculto programa de la girola de Cluny.
Sin embargo, lo que vamos viendo no nos aparta de nuestra idea. Hemos logrado ahora encontrar por fin publicada una relación entre el Exultet y el capitel de los vientos ( apicultores en nuestra opinión), ya que seguimos viendo desmentidos que concluyen una vez más que si no se trata de los vientos, ha de ser alguna forma alegórica de una cuaternidad pero siempre descartando los apicultores. Ahora bien, veamos los argumentos que deberían hacernos desistir:
En un valioso artículo  titulado What does Prudentia Advise? On the subject of the Cluny Choir Capitals, de Peter Diemer, en Gesta XXVII 1988, relata la vicisitudes de lectura del capitel de “los vientos” dada por Porter, que mantuvo mucho tiempo su interpretación como apicultores. “Como Panofsky determinó en 1939 estos fuelles representan un tipo antiguo, documentado en otras descripciones, que fueron suplantados en el curso de la Edad Media por la forma hoy en uso. El número de hombres y sus ropajes en todo caso justifica su identificación como los cuatro vientos, un tema universal de cosmología tanto como los ríos del paraíso.”
El autor va repasando las teorías sobre esas lecturas, del Trivium y el Quadrivium, virtudes, Estaciones, etc. incluso combinados unos y otras. En la pag.166 dice “Otro estudioso, partiendo de la obsoleta interpretación como apicultores en el capitel de los cuatro vientos (E.Fernie Art History, V.1982.130-31) elaboró la siguiente cadena de razonamientos: de las abejas al cirio pascual y a los rollos del Exultet, donde la oración de los abejas es la referencia a su actividad conectada con la virginal concepción de Cristo por María. Conclusión: “la escena de apicultores del capitel de Cluny era probablemente entendida como representación de la Virgen”. Pero -prosigue- dejando a un lado el hecho de que los Rollos del Exultet son productos de una liturgia practicada en el sur de Italia y desconocida en Burgundia, cómo puede un capitel donde no es visible ni una simple abeja se puede entender como portador de un mensaje mariológico de ese modo? Se estaría inclinado a desear ese tipo de mensaje, quizás para ser encontrado allí, y no habría sido más apropiado una Anunciación?”

Apicultores del códice Barberini de la Biblioteca Vaticana de la web www.researchgate.net

Opinamos que el autor no se ha molestado en leer los textos del Exultet donde habría podido ver la insistente y reiterada mención a la obra de las abejas relacionada con la virginidad de María. Y encontramos realmente pueril pretender que se debieran haber esculpido abejitas volando en el capitel para dar verosimilitud a su sentido, cuando todos se empeñan en buscar alegorías y no literalidad, y más en figuras colocadas a casi diez metros del observador-cantor. Si unos hombres manipulan colmenas, ¿necesita ver volando las abejas? ¿Debería echar humo el fuelle que maneja el de Vezelay? Lo remata pretendiendo proponer  -tras cambiar los letreros de otros capiteles para amoldarlo a su lectura- la figura más adecuada: una Anunciación. 
De cualquier modo, ni siquiera el capitel debe ser tomado en el sentido mariológico, sino como representación visual del texto que era cantado en el Exultet, error en el que creo caen muchos al intentar ver alegoría donde hay literalidad. El Exultet ensalza la vida de las abejas, como modelo inspirador de la concepción inmaculada de María pero lo esculpido son literalmente personajes manejando colmenas. Es el texto lo que activa la alegoría.
Apicultor de Cluny de la web latribunedelart.com

El autor utiliza dos referencias a los rollos del Exultet como base de la idea,  que son el de Eric Fernie, en Art History V 1982 que acabamos de ver criticado y que no logramos localizar y el Romanesque Sculpture 112 de Hearn, pag. 113, con “la conclusión  de que el programa es mariológico”. Este punto lo encontramos en internet y tras debatir una vez más si hay letreros mal ubicados, si son las virtudes teologales, etc., Hearn señala: “El motivo del capitel con figuras dañadas que muestra aparentemente un apicultor ha sido identificado en base a la comparación con el similar capitel de Vezelay. Y ha sido señalado que las abejas estaban dibujadas en una especial clase de manuscrito, el rollo del Exultet, que era venerado en el poema litúrgico del Sábado Santo. Era adecuado –sigue-  porque producen la cera de la que se hace el cirio pascual. (Y cita a Banchereau “Travaux d’apiculture sur un chapiteau de Cluny”, Bulletin monumental LXXVII (1913, 403-411; Evans Cluniac Art,115. Cita la otra literatura en esta identificacion como buena en conexión con los rollos del Exultet. Aunque un rollo italiano del Exultet bien puede haber estado en Cluny, este simbolismo era bastante bien conocido sin que necesitaran ningún modelo visual.)

Y sigue el texto: “Pero las escenas del apicultor del capital de Cluny intentaba probablemente representar a la Virgen. La asociación es completa porque la creencia medieval adscribe la reproducción de las abejas a la partogénesis, por tanto similar a la virginidad de Maria. Tal interpretación del significado de la apicultura se armoniza con el probable significado del capitel de los cuatro ríos del Paraiso. Curiosamente, ninguno de los ocupados en discernir el programa iconográfico  ha incluido la observación de que los cuatro ríos tradicionalmente representan los evangelistas.” (ésto lo escribe en 1985 y hoy ya ha sido muy relacionado)…continúa haciendo otras reflexiones, para apuntar al final “los capiteles con alusiones alegóricas a la Virgen y los cuatro Evangelios, la apicultura y los cuatro ríos, pudieran formar una doble representación del significado del acceso a Dios por intercesión del conocimiento de la Escritura,” una más de las muchas teorías sobre estos capiteles. El autor comenta que los dos capiteles historiados del museo Ochier que deberían estar –a nuestro juicio- junto con los otros ocho, se deben a otra mano distinta del autor de los estudiados. Para nosotros es evidente que además de mano distinta, son de factura anterior a éstos, probablemente originarios de Cluny II y como hemos dicho, posibles inspiradores del ciclo derivado del canto del Exultet, con o sin rollo.
En resumen, las reticencias de Diemer apoyado en los trabajos de Fernie y Hearn tratando de negar la presencia de apicultores se debe probablemente a que no ha conocido el texto del Exultet, en el que casi la mitad del Himno incide en las abejas como modelo de vida virtuosa. Cierto es que salvo los dos capiteles con los tonos de la música claramente relacionados con el canto del Exultet, los otros sugieren figuras polivalentes, sin que veamos cita directa en el texto, aunque la vida virtuosa, la mención a la feracidad de la tierra, los cambios de estaciones, etc. pueden servir de guión del recorrido litúrgico en la ceremonia del Praeconium, quizás deliberadamente imprecisas porque se describen los textos de Exultets con partes modificables en cada ocasión solemne, adaptadas al año religioso; lógico porque la mención a las autoridades religiosas y civiles (como un memento) se debían adaptar a las del momento.
Pero antes de transcribir los párrafos del Exultet que tenemos pendientes hace tiempo, veamos algunos detalles de la web latribunedelart.com de Dominique Bonnet, que tan amablemente nos permite usar sus fotos.
Y de la misma forma que hemos estudiado de su mano el capitel de Adán y Eva de Cluny, vamos a ver el que pensamos cierra el ciclo: el sacrificio de Isaac, figuras de la septuagésima el primero y la quinquagésima el segundo.

 Sacrificio de Isaac.

En el capitel 9, dedicado al sacrificio de Isaac, comenta cómo Conant entendió que era el epílogo del recorrido por la girola, que habría comenzado con el Pecado Original. Pero su presencia no la relacionan con ninguna liturgia, intentando una complicada lectura en relación con los capiteles “modernos”, cuando nosotros proponemos que ambos capiteles aluden al ciclo de la precuaresma, al representar la septuagésima (Adán y Eva) y la quinquagésima (Isaac). Faltaría el Diluvio, salvo que se usara una variante de las muchas que sufrió esa liturgia, eliminando el Diluvio con la sexagésima.
Angel del sacrificio de Isaac (Cluny)
(www.latribunedelart.com)


Tras una detallada descripción del capitel, con un espléndido ángel, comenta cómo Verónika v.Büren mostró la importancia dada a la obra de San Ambrosio en la biblioteca de Cluny, en el momento de la construcción de la gran iglesia de San Hugo y el estudio de los capiteles del coro ha destacado su influencia en la iconografía cluniacense”, siendo precisamente San Ambrosio quien escribió tratados sobre estos personajes bíblicos. Y no olvidemos que a este santo se le atribuye la creación del Exultet, aludiendo a las tres historias bíblicas. Pero además menciona Bonnet la existencia de otro texto de San Ambrosio “De paradiso” que “parece haber jugado un papel vital en las elecciones iconográficas de la decoración de la iglesia”.
Bonnet, siguiendo el estudio comparativo de San Ambrosio para enseñanza de sus monjes, contrapone las figuras de ambos capiteles: Adán y Eva como ejemplo de desobediencia y el de Abraham, todo lo contrario, modelo para la vida monástica, abandonando la vida secular anterior y aceptando la obediencia y la humildad.
El posterior intento de Bonnet de vincular estas escenas veterotestamentarias con los capiteles de la girola, como “el movimiento vital” por el impulso del Espíritu, se queda por encima de nuestro burdo entendimiento. A todo atribuye explicación y sentido en su lectura, hasta la inclinación de los árboles, de las hojas, sus formas, frutos, etc. Se puede leer pausadamente en la citada web. Como se hacen repetidas referencias a Juan Escoto y otros intelectuales a los que no vemos relación con su significado, lo dejamos a criterio del lector o lectora.

https://www.latribunedelart.com/proposition-de-lecture-des-chapiteaux-de-cluny-9-abraham
El ángel lleva un libro y señala al Cordero
(la tribune de l'art)

Destaca el libro que porta el ángel en la mano que, aunque evidentemente refleja su vinculación bíblica, consideramos es un elemento innecesario e incluso ajeno al texto sagrado, por lo que intuimos pudiera servir de indicación a la parte de la liturgia prepascual que debían entonar los monjes de la abadía al llegar a su altura. Al señalar con su mano derecha hacia el cordero pudiera estar marcando la parte del texto a cantar. Sí que es notable la posición del cordero –como destaca el autor- en un lugar inusitado, el que corresponde a la Dextera, por lo que se entiende claramente la alusión al Cordero Místico como alternativa al sacrificado Isaac, en un original juego de sustituciones.






Cáliz bajo Isaac (la tribune de l'art.com)

También es una clara alusión eucarística el cáliz que aparece junto a Isaac, que nos transmite –a nosotros al menos- que los comitentes tenían más interés en dar sentido alegórico a las esculturas que seguir con fidelidad  los textos en que se inspiran, con la manifiesta intención de que los monjes entendieran el significado. En ese sentido nos encanta sentirnos como unos legos más, recién llegados a la grandiosa abadía y asimilando sus enseñanzas.
Resto del Cordero místico en el sacrificio de Isaac (La tribune de l'art)


(Asumimos tener una cierta alergia a toda cita a Escoto Eriúgena, el neoplatonismo y la metafísica o el origen irlandés del románico para entender un capitel, por empacho sobrevenido tiempo ha en esos foros del Señor, aunque, por supuesto, respetamos los serios estudios del autor de la web que citamos.)

El pecado original. Capitel 1.

Del conjunto de diez capiteles en estudio de la girola de Cluny, aparece uno con iconografía clásica, hojas de acanto, quizás inspirado en uno romano, que no sigue “el guión” de los otros siete y mucho menos la temática veterotestamentaria de la pareja que finalmente se propone abrían y cerraban el ciclo, tanto por su contenido como por su tallaje solo en tres caras, lo que indica que estaban adosados a una puerta o muro, probablemente el arco de acceso al interior del altar desde la girola. Solo los otros ocho estaban exentos y de ellos, el que citamos parece un “comodín” como si hubiera servido para marcar una pausa en un recorrido litúrgico. Hoy, por su carácter anormal, aparece colocado en el arranque de los ocho “no bíblicos” aunque creemos que sin más razón que no saber dónde le toca estar.
Vamos a tratar de seguir el detallado estudio de Dominique Bonnet Saint-Georges en la web de la que tomamos su valiosa colección de fotos, para disfrutar de su contemplación.
Señala en su estudio que la investigadora Veronika von Büren inventarió la biblioteca de Cluny, en la que había textos de San Ambrosio (posible autor de los himnos del Exultet) incluso con varios ejemplares repetidos. Uno de esos libros era “De paradiso”, ya que el santo escritor utilizó la Creación y la imagen del Paraiso en el Génesis para sus estudios. Precisamente veremos que el Exultet es un canto a la creación de Dios al “exultarse” ante la apoteosis de la Resurrección de Cristo, llegando –como ya hemos visto- a bendecir hasta el Pecado Original, sin el cual no se habría realizado la Redención.
Cristo en Cluny (www.latribunedelart.com)

El trabajo de Bonnet interpreta la presencia de quien creemos es Cristo : ”en la cara principal está el “paseo” de Dios al atardecer. Dios, en la persona de Cristo, parado en el centro…” que es la lectura que en el mejor de los casos también encontramos para Frómista, pero ninguna como proponemos. No estamos de acuerdo en ese casi sacrílego travestismo. No hay razón para que Dios “se vista” de Cristo para expulsar o reconvenir a Adán y Eva. Sin embargo, siguiendo el momento cumbre del canto del Exultet, ha de ser Cristo quien se muestre como nuevo Adán tras el pecado original, siguiendo el texto citado: Oh¡ felix culpa….,como volveremos a ver al tratar el himno del Exultet.
El autor analiza los conceptos del Eriugena sobre la naturaleza masculina y femenina que eludimos para no provocar un incendio “de género”. Ayuda al filósofo la ya conocida misoginia de San Pablo: la cabeza de la mujer es el hombre y Cristo la de éste. La mujer no alcanza ni a cefalófora.
Sí que identifica el estudioso la secuencialidad de las escenas, ya que tanto Eva como la serpiente (y puede que Adán) están mordiendo la fruta, en una representación tan del gusto románico de enlazar varias escenas consecutivas.
A pesar del gesto de Cristo dirigido a los protoplastas con el dedo levantado, no está expulsando ni interrogando ni reprendiendo, a nuestro juicio. Se presenta como alternativa a los pecadores, porque es el Cristo resucitado al que alude el canto central del Exultet. Ni siquiera puede ser relacionado con el Descenso a los infiernos del Cristo resucitado para recuperar a Adán. En Frómista quizás se refuerza la alusión a la parte del canto poniendo en manos de Cristo un libro “fuera de guión” del mismo modo que en Cluny el ángel del Sacrificio de Isaac porta otro extemporáneo libro, quizás marcando en ambos a los monjes el momento de la lectura del texto litúrgico. En Frómista es tan fuerte el interés de crear un paralelismo entre Cristo y Adán, que ambos figuran, sin aparente necesidad compositiva, con las piernas flexionadas a uno y otro lado del árbol.
De nuevo creemos poco acertado apelar a los textos de Escoto, que puede ser referencia por sus conocimientos filosóficos y teológicos pero no para ilustrar la iconografía románica. Así menciona el artículo que “La elección de Cristo en lugar del Dios Creador está de acuerdo con las tradiciones iconográficas: Dios Padre no puede ser representado, porque la esencia divina nunca se puede conocer en sí misma” (dice el Eriúgena en el Periphyseon). No hay más que ver cualquier Biblia o un Beato para ver representado a Dios, precisamente en el Paraíso, vistiendo a ambos, en la creación de Eva, etc.
Es de destacar que en Vézelay, que copia modelos de Cluny, los capiteles de Adán y Eva y del sacrificio de Isaac hacen pendant en un arco de la nave.

El capitel vegetal y el del paraíso. Número 3.

Actualmente en sexta posición. El autor propone que fuera en séptima por su relación con el de la música, intercambiándose, de modo que los cuatro primeros tonos se situarían antes y no después del Paraiso, mientras que los cuatro últimos tonos irían al final, en la octava. La explicación vendrá tras estudiar el único “clásico”, el capitel corintio.
La falta de figuras humanas y abundancia vegetal es terreno abonado para hacer muchas especulaciones teológicas y filosóficas. Tomemos simplemente un pie de foto que dice “El capitel vegetal, imagen de la humanidad comprometida con la materia, en la multiplicidad y en la temporalidad”, tan alejado de nuestra visión.
Capitel vegetal de Cluny
 (www.latribunedelart.com)

Esto nos pone en relación con los dos capiteles vegetales también diferentes del Panteón de los Reyes de San Isidoro de León y sus múltiples lecturas. Se puede llegar a hacer literatura sublime. No es lo nuestro. Tampoco el uso de la numerología para tratar de ilustrar su entendimiento.
Finalmente observa el autor que Conant había situado en su esquema este capitel como inicio antes de la inclusión de los dos bíblicos. Podía haberlo puesto al final. El caso es que no casa con el significado posible de los otros, pero no se puede descartar su colocación, como decimos, para hacer una pausa en el recorrido litúrgico, no sabemos dónde, por su falta de significado. No encajaría con ningún texto a cantar.
Bonnet, como decimos, propone ubicarlo entre los dos capiteles de los tonos de la música: los cuatro primeros enmarcados en mandorlas con inscripciones y los otros cuatro rodeados al centro por una tira a modo de mantel, también con inscripciones. Esta diferencia de formato sugiere al autor separarlos mediante el capitel  vegetal, un “paraíso cluniacense”. La explicación, basada en principio en San Ambrosio y poco terrenal, podría funcionar, pero como ya hemos dicho, precisamente los capiteles de la música son los que mayor utilidad tienen en una liturgia cantada como el Exultet, también obra de San Ambrosio, pero mucho más “visible”.

Los cuatro ríos

Nos interesa resaltar el comentario de Bonnet “los ríos del Paraiso…estaban y aun están hoy, presentes en la liturgia, y la bendición del agua durante la Vigilia Pascual siempre está acompañada por un rocío cuádruple hacia los cuatro puntos cardinales, un gesto simbólico que reproduce su imagen”.
Rios del Paraiso (www.latribunedelart.com)

Como bien señala, enmarcando las figuras de los ríos, el  capitel está poblado de árboles distintos: la higuera, la vid, el manzano, y sus frutos. A todo ello hace alusión directa el contenido del Exultet. El cuarto puede ser un olivo o un almendro. Descubrimos aquí que la posible mención a Noé que buscábamos, sólo se refiere al olivo como símbolo del Diluvio, así que no nos sirve como elemento de la sexagésima.

El segundo capitel de la música. El nº 4.

Bonnet considera que el capitel primero de la música describe la creación hasta la muerte física y la resurrección de Cristo y por tanto el capitel vegetal haría de separación con éste segundo capitel de la música. Como hemos señalado, éste se distingue por la banda central que entorna el capitel “redondo” con inscripciones. Como nosotros pretendemos que su narración tiene que ver con la liturgia del Exultet, intentaremos encontrar en ese texto una explicación, ya que los textos propuestos del Eriúgena no nos aclaran su iconografía. El fuerte deterioro de sus figuras solo ha permitido conservar las partes más protegidas, como los pies de los personajes. Las inscripciones, como ya hemos descrito, relacionan los cuatro últimos tonos con la humillación de los soberbios y la ayuda de los dones espirituales para lograr la beatitud. Pretender relacionar esos mensajes con el resultado del Pecado Original  no deja de ser una fácil tentación, pero no encontramos en el texto del Exultet nada relacionado con ello, aunque alguna figura de los famosos capiteles puedan aludir a ello.
 Uno se pregunta cómo habrían de leer los monjes esos textos (las mandorlas y esta banda) colocados a nueve metros de altura e iluminados con velas y tiene que apelar a esa idea genérica de que “sabían” que aquello estaba allí escrito porque los textos que portaban en la liturgia decía lo mismo, aunque no pudieran leer el capitel. Ocurre como las caras esculpidas pero no visibles en los capiteles: el tallista había cumplido el encargo del programa iconográfico y aunque finalmente no se viera alguna cara, “sabía” el comitente que allí se contaba “lo que había que contar” para dar sentido y realidad al capitel, aunque quedara no visible una parte del relato. Eso ocurre, por ejemplo, en Jaca, donde la imposibilidad de ver alguna cara no deja incompleta la narración de la historia esculpida en el capitel.
Tonos de la música (2º capitel musical) Cluny,con la banda
(www.latribunedelart. com)



La ubicación de los  músicos en torno a ese “mantel” que recorre el capitel, como si estuvieran tocando su música en un banquete místico evoca el posterior capitel auvernés de la Ultima Cena con el apostolado entornando otro famoso capitel circular de Saint Austremoine.
Ultima Cena de St.Austremoine en Issoire (Auvernie)

El estudioso analiza profundamente tanto la postura como la orientación de los personajes del capitel, como el quinto tono que aparece caminando hacia el octavo, dando la espalda al sexto, que está sentado con un instrumento musical de cuerda sobre la cinta. Hay que recordar que el tercer tono, el que alude a la resurrección de Cristo en el capitel anterior porta una lira de seis cuerdas en la mandorla.
Que el séptimo tono sea el del Espíritu Santo y sus dones, que son siete, permite hacer una sencilla relación, quizás porque el Exultet eleva su alabanza desde la naturaleza hasta la gracia de Dios en el intelecto humano. La figura que lo encarna –como todas, sin cabeza-  sentada, parece tener un instrumento pequeño, quizás una flauta, cuyo viento evoca el soplo del Espíritu Santo, aunque otros ven un arpa, instrumento con más sentido litúrgico que la flauta.
El octavo y final también aparece sentado, pero no conserva nada de la parte superior a la leyenda, que permite hipotetizar que no porta nada, es contemplativo, tal como es el estado de beatitud de los bienaventurados.

Capitel 6. Pimavera

También en mandorlas con inscripciones, como el primero de la música. El texto habla de flores y olores, pero también de virtudes (prudencia). Muy debatidas, hay conformidad en ver la Primavera y el Verano entre las cuatro figuras. Las otras dos serían la prudencia duplicada, lo que lleva a confusión. Nuevamente la figura de la Primavera lleva un gran libro o pizarra, quizás señalando la referencia al texto a leer. Texto y figura aquí si coinciden.
Para el verano, el lema “El falso corte de las espigas que secó el caluroso verano” y es otra posible joven que da la espalda a la primavera, envuelta en una ceñida y plisada túnica. La pérdida de lo que llevaba nos induce a pensar en espigas cortadas con una hoz.
Las estaciones en mandorlas "clásicas"
(www.latribunedelart.com)

La cara de “una de las Prudencias” muestra un personaje con un pequeño látigo. “La Prudencia nos enseña qué hacer” y un resto sugiera que azotara a un niño al pie. La otra Prudencia lleva un vestido de cota de malla y pudiera haber llevado algún objeto, además de una capa. Lo razonable es pensar que no hay dos Prudencias. La proximidad de las estaciones a estas dobles Prudencia debería hacerse replantear su significado, más cuando, como señala Bonnet, Primavera y una Prudencia parecen llevar una extraña manga en un brazo que sugiere de nuevo a los apicultores que se mencionan en el texto del Exultet tan repetidamente. Ayuda en la idea el hecho de proteger sus pies con botas.
La inscripción pintada y no inscrita que tiene una de las Prudencias, que parece indicar una posterior identificación, añade más confusión a su lectura, que no pretendemos realizar, sino que nuestro interés se centra en intentar relacionar la iconografía con el canto del Exultet, que esperamos afrontar en breve. Como hemos señalado, Biay las relaciona con las artes que se enseñaban en el monasterio: Filosofía, Gramática, Retórica y Dialéctica.
Tercer tono musical del primer capitel de los tonos
(www.latribunedelart.com)

No encontramos adecuado intentar identificar al músico del tercer tono del primer capitel de la música, rodeado por la leyenda alusiva a la Resurrección de Cristo, como el mismo Cristo, puesto que todas estas alegorías no encarnan a ningún personaje concreto, a pesar de que la leyenda mencione tal resurrección.

El Exultet

Hemos de entrar en materia en torno al Exultet, basándonos en el extraordinario estudio de Forrest Kelly de 1995. Un Exultet es un texto que contiene liturgia, ceremonia, oraciones, música y procesión. Es un texto representado con música en un específico momento de la liturgia, se cante o no exhibiendo un rollo, que no es elemento esencial pero con gran valor iconográfico por sus ilustraciones. (Entre los estudiosos que se han ocupado del tema aparece Dorothy Glass, tan presente en los estudios del arte románico).
Básicamente usados en las ceremonias de la vigilia de Pascua, “su función era proveer el texto usado por el diácono para la bendición del cirio Pascual en dicha vigilia. La parte del rollo indispensable para la ceremonias no es la imagen; son las palabras y la música usadas por el diácono para recitar su intervención”. La procesión Lumen Christi seguía a la ceremonia.
La inclusión de figuras a veces ajenas al relato, como reyes y antepasados, se justifica por el mismo texto del Exultet y sus invocaciones. No hace tantos años en el memento de la Misa se invocaba no sólo al obispo sino a autoridades civiles. En los rollos era más importante la palabra que la escritura, quizás porque iba acompañada de música.  Consagración de nuevos clérigos, exorcismos y ceremonias de coronación eran temas –quizás por la extensión y solemnidad de esos “espectáculos”- motivos de uso de los rollos, como se puede ver en algunos procedentes de fuera de Italia. “Un rollo es también usado para el Exultet en la vigilia de Pascua: et unus subdiaconus ebdomadarius debet portare rotulum similiter indutus alba, et debet tenere ipsum rotulum ante diaconum, donec legerit, et benedixerit ceram et ignem dicendo sic: Exultet iam…” (Beroldus ordinal).Codex Metropolitanus Liturgia milanesa..(pg.27 Forrest Kelly).
El autor reitera la supervivencia de la liturgia ambrosiana. “En el curso del siglo XI, los más viejos rollos son reemplazados por nuevos o reescritos, con el texto del Exultet en Franco-Romano, una importación del norte; este texto representa el esfuerzo de la reforma carolingia corrompida por la obstinación gálica y su adopción como parte de una creciente tendencia hacia la unificación en la iglesia, reconociendo al tiempo la primacía de la liturgia de Roma”.
Exultet de la B.L. MS 30.337 de 1075/1080
con el texto invertido y marcado para cantar
con imágenes del Noli me Tangere y Adán y Eva

Sacamos algunas frases del Exultet :
Prólogo (común a las tres liturgias: Beneventina, Milanesa y franco romana):
Exultet iam angelica turba celorum (alegrémonos ahora, angelical coro de los cielos)…luz radiante…sonidos de la trompeta de salvación…esplendor de la luz…fin de la oscuridad…esplendor maravilloso de esta luz…elegido entre los sacerdotes para encender esta vela…

Prefacio (con algunas diferencias, tomamos la Franco-romana):
(agradecen su obra a Dios)…Realmente eres el creador de todas las cosas, completo en ti mismo, que mientras duermes en el mundo a través del vientre de una virgen igual que las abejas que conciben y dan a luz por la boca, con un casto cuerpo, no por el loco deseo de copular, preservan su virginidad, se alegran con la progenie, son madres intocadas generando hijos sin conocer esposos.
 Usan las flores como esposos, generan por las flores y con las flores construyen sus hogares, alcanzan riquezas, con las flores fabrican cera, Oh admirable ardor de las abejas, por su trabajo común logran un enjambre pacífico mientras trabajan creando una sustancia única. Oh invisible destreza, primero construyen sus cimientos para luego llenar las celdas con la miel, Oh espléndido ejemplo de virginidad, que no daña el dueño para enriquecerse, ellas obtienen el premio y lo logran sin pecado, roban la superficie de las flores sin daño…
 Pero entre las cosas que creemos, déjanos proclamar el favor de esta vela, cuyo olor es dulce, y encanta su llama, su finura no exuda mal olor, sino la más feliz dulzura que no es tintada por extraños colores, sino iluminada por el Espiritu Santo…y si alguien levanta esta vela contra la ráfaga de viento, contra el soplo del huracán, danos, Señor, especial refugio, sé un muro de fé contra el enemigo…(invocan a Cristo ) con todo el esfuerzo de corazón y mente y con la ayuda de la voz…que por nosotros reparaste la deuda de Adán contigo, Padre eterno, y con tu sagrada sangre lavaste la deuda del pecado original….esta fiesta pascual con la muerte del verdadero cordero y cuya sangre …(se recuerda luego la noche en que los hijos de Israel  fueron conducidos al Mar Rojo guiados por la columna de luz)…Esta noche en que Cristo destruye el vínculo con la muerte y asciende desde el infierno…te has dignado tener piedad de nosotros, inestimable favor de caridad que nos redimes con el sacrificio de tu Hijo…(se habla de ternura y caridad)
O certe necessarium Adae peccatum quod Christi norte deletum est, O felix culpa que talem ac tantum meruit habere redemtorem…(Oh, verdaderamente necesario pecado de Adán, que es cancelado por la muerte de Cristo, Oh, feliz culpa que mereció tanto tener redención). Repetimos este texto porque creemos es fundamental para apoyar la iconografía de ambas iglesias cluniacenses: Cluny y Frómista.
(siguen bendiciones a esta santa noche en que Cristo resucitó : y la noche brillará como el día y será luz en mi ceguera).
Y repite de nuevo la mención a las abejas, ofrecen las velas que portan los sacerdotes…producto del trabajo de las abejas…llama que se divide en partes compuestas por la cera fabricada por las abejas, que es la sustancia de esta preciosa lámpara….La abeja supera las otras cosas de los hombres, y a pesar de la pequeñez de su cuerpo, destila prodigioso conocimiento de su pequeño cuerpo, delgado de fuerza pero lleno de fuerza en su habilidad…explora los cambios de las estaciones, en invierno deposita el fruto helado…(sigue una larga y minuciosa descripción del proceso apícola vinculando el trabajo (celdas, panales, etc.,  y las estaciones, a lo que pueden aludir los capiteles), convertir flores en cera, el néctar de las flores en miel, moldean a los recién nacidos con la boca…Oh, verdaderamente maravillosa abeja, cuyo sexo no es violado por el macho, ni destrozado por el alumbramiento,ni sus hijos destruyen su castidad…(y sigue, como es de esperar, la comparación con la virginidad de María con recurso de nuevo a olores y dulzura).
Se pide protección para los clérigos, devotos, pueblo y cita el nombre de obispo,etc. Recuerda también al emperador, príncipe.etc.
Un apicultor recoge la cera de las colmenas. Del Exultet de la British Library MS 30337

Cita Forrest Kelly la procesión original en Jerusalén del siglo VII, con tres vueltas alrededor de la iglesia con un candelabro triple “La imitación de la costumbre de Jerusalén…es conocida en la mayoría de las liturgias latinas: Antigua de España, Milanesa y beneventina”. “En el siglo IV la práctica de bendición del cirio pascual era conocida en el norte de Italia, en España y presumiblemente en otros lugares, pero no en Roma, donde se introdujo más tarde.”
La referencia a las abejas se remonta a Virgilio y sus Geórgicas. En el año 633 el concilio de Toledo registró que el cirio pascual era usado en unas iglesias y en otras no, pero recomendaba su práctica.
Como parte de la ceremonia del Praecomium Paschale se verá luego en muchos documentos, con la constante referencia a flores, abejas, cera, etc.
Cuando el investigador se refiere a “Old Spanish liturgy” cita el antifonario de León, del siglo X, con la bendición de la “lucerne ante altare” y de las “cerei”, donde de nuevo se habla de la cera hecha por las abejas cuya virginidad se alaba. “El autor de los textos, que puede incluso haber sido San Isidoro, parece haberse inspirado tanto en el texto milanés como en el de Enodius” dice Kelly.
Al analizar origen y difusión del Exultet beneventino (que fue posteriormente adaptado al galo-romano) dice el estudioso: “El autor del Exultet beneventino debió adaptarlo de fuentes similares en un periodo en el que este prefacio aún estaba en uso y circulación: si viajó a España via sur de la Galia para ser recibido y adaptado en el siglo VI o VII, serviría para datarlo, copiado de la misma fuente romana.”…”La conexión es o directamente entre España y el sur de Italia (más probable Verona via Roma) o via de algún texto romano para el Sábado santo hoy perdido”.
Como hemos comentado, hay dos pasajes que en algunas versiones han sido omitidas: la referencia al pecado de Adán (que como hemos dicho escandalizó al abad Hugo, por su alabanza) y precisamente la insistente cita de la vida de las abejas (suponemos que la parte sexual) . Solo en el rollo de Bari aparece la rosa de los vientos, con Cristo en el centro.
Descenso de Cristo a los Infiernos y Paso del Mar Rojo
(Exultet de la B.Library MS 30337)
El texto está invertido para ser leído y cantado con sus marcas por el diácono mientras los asistentes ven las imágenes

La transición del texto del Exultet beneventino al franco romano es visto  como parte de la reforma gregoriana, de la que Desiderio y Montecasino eran ardientes defensores.
El Exultet no siempre se materializaba en rollos, antes al contrario, aparece en misales y evangeliarios, especialmente porque era un canto para el diácono. Esto es lo que pudiéramos entender en Frómista. El más antiguo Exultet es Vat.lat.9820 hecho para un monasterio y luego ampliamente reproducido. Era propiedad del obispo, como signo de status, aunque usado por diáconos y subdiáconos, ya que el obispo solo presidía pero no actuaba. En el Barberino aparece al lado del Papa. El propietario no tenía por qué ser el usuario. No eran para instruir sino para lucir e ilustrar la recitación de la liturgia con imágenes.
Kelly comenta (pag.202) que las imágenes del Exultet serían del tamaño de un monitor de TV, no podría ser visto a distancia, menos con la luz de las velas, sino sólo por los más cercanos, pero se hacía coincidir con el encendido de las velas en el Praecomium Paschale, lo que significa que en un momento dado se podría distinguir sobre la penumbra previa.
Origen: Guglielmo Cavallo gran especialista, situa el origen en la tradición bizantina, pero su uso en Occidente comienza en Milán (S.Ambrosio), a través de los sacramentarios. Los rollos han sido usados ampliamente en Milán y en Europa latina. En el sur de Italia cerca de sedes arzobispales. En ningún otro sitio en Europa era cantado regularmente con el rollo, excepto Milan y sur de Italia, es decir, la liturgia lombarda. Los beneventinos han sobrevivido por la belleza de sus ilustraciones. Los milaneses carecen de ilustraciones.
En “Le Rouleau d’Exultet de la bibliothèque Casanatense” de Ernest Langlois se analiza las láminas de este rollo, entre las que se cita la presencia de abejas en relación a la virginidad de María.
En un artículo titulado “The vetus ítala text of the Exultet” publicado en la revista The Journal of Theological Studies por H.M.Bannister se comenta las diferencias entre el texto Romano, como el Gregoriano, con la fórmula gelasiana, y el Exultet mozárabe y ambrosiano para la bendición del cirio pascual “in laude quadam cerei”, atribuyendo a S.Agustín su versificación luego pasada a métrica mozárabe.
(largo texto en latin con menciones constantes a abejas, cera, miel, etc.)


Resumen
Magnífica composición de latribunedelart.com (foto Dominique Bonnet Saint Georges


No era nuestro propósito más que buscar una relación entre los dos capiteles de Frómista en los que vemos una representación gráfica de los monjes celebrando la liturgia del Exultet, con los protagonistas y los aludidos en el canto : Adán y Eva y Cristo, comparado con los capiteles de Cluny, quizás el origen de la representación iconográfica del Exultet, en donde aparece un capitel con la escena del Paraíso –aquí son monjes acompañando- y otra del sacrificio de Isaac, que pudiera tener relación con una fase del ciclo pascual. 
Sin embargo, al pretender desentrañar el ámbito iconográfico que ha quedado en Cluny, hemos de tener en cuenta los capiteles posteriores a estos dos, que formaron finalmente un conjunto en Cluny III pero creemos que aprovechando los dos de Cluny II, en fechas de muy posible contacto del abad Hugo con el rey Alfonso VI y sus viajes a España. Esto nos ha llevado a revisar la identificación del capitel “de los vientos” en donde encontramos que las figuras que manejan panales y soplillos tienen una manifiesta relación con el texto del Exultet que menciona doblemente la labor apícola buscando una relación con la virginidad de María que posiblemente se perdió más tarde, al haberse eliminado del texto del Exultet tanto la oración de las abejas como la cita al “bendito pecado original” tan escandaloso. 
La reflexión queda ahí, seguramente superándonos.


Comentarios

  1. En un tocho de más de mil páginas accesible en internet y escrito por el Abad de Solesmes, Gueranguer, publicado en 1956 en Burgos bajo el patrocinio de la abadía de Silos y titulado “El año litúrgico” se detallan ritos, oraciones y toda la parafernalia de esta liturgia: Septuagésima, Cuaresma y Pasión.
    Como hemos expuesto, la Septuagésima utiliza la descripción bíblica del Pecado Original.
    Desmenuza el texto las homilías adecuadas a cada día de la semana de esa septuagésima con un discurso que no soportaría una feminista un minuto (pecado de Eva), para entrar luego en el domingo de sexagésima, en donde, como hemos indicado, es la historia de Noé y el diluvio el protagonista. El evangelio de este tiempo es el del sembrador. Y los sermones en esa línea, acaban describiendo las invasiones sarracenas como un nuevo “diluvio” para los pecadores hispanos. Finaliza citando a Abraham, por lo que enlaza así con el siguiente periodo que es la quinquagésima, con el Sacrificio de Isaac como tema central, que lo convierte en prefiguración de la muerte de Cristo que se va a celebrar en la inmediata Pascua. El Evangelio adecuado es la curación del ciego. Se llega al miércoles de Ceniza en la quinquagésima que incluía antes la penitencia pública. La ceniza usada es el resultado de la quema de los ramos bendecidos el año anterior en el Domingo de Ramos.
    El autor hace un detallado estudio de la Cuaresma y su historia, los ayunos, penitencias, quiénes tenían dispensa, abstinencia de “lacticinios” y huevos y otras muchas disposiciones y sus orígenes. Suspensión de tribunales, prohibición de cazar y la implantación de la Tregua Domini. Entra a tratar toda la liturgia de la Pascua, pero lo que nos interesa aquí viene en la pag.674 y siguientes: La Vigilia Pascual, noche multitudinaria en la que además se bautizaba a los catecúmenos, tras la bendición de fuego nuevo y la del cirio pascual. A tal fin, se han apagado todas las luces (incluso antiguamente los fieles apagaban el fuego de sus hogares que sólo se reavivaban con el fuego entregado en la iglesia). En la pag.683 se estudia “La procesión solemne y el pregón pascual”; El diácono se reviste ahora de la estola y dalmática blancas, toma el cirio pascual bendecido y penetra en la iglesia a oscuras, a la cabeza del cortejo…se van encendido cirios (obispo, etc) en varias “ostentaciones”.
    “Colocado el cirio pascual sobre un candelabro en medio del presbiterio, el diácono inciensa el libro puesto sobre el atril, rodea al cirio incensándolo por todas partes, vuelve al atrio y teniendo todos en sus manos las velas encendidas entona el Exsultet”…el sorprendente protagonismo del presbítero es interpretado por el autor como representación de “la Magdalena y las otras santas mujeres”. Una nota al pié comenta que el “Exsultet divina mysteria ha sido un enigma y un tormento para los intérpretes” por razones que ya hemos comentado aquí. ¡Oh ciertamente necesario pecado de Adán…Oh, feliz culpa por la que fue ocasión de recibir a tan grande Redentor…
    Termina la liturgia: Habiendo terminado el diácono esta oración, se quita la dalmática blanca, y una vez que se ha vuelto a revestir de la de color violeta, vuelve al lugar donde está el Pontífice. Entonces comienzan las profecías sacadas de los libros del A.T.
    Detalla el estudio minuciosamente la ceremonia del bautismo que se encajaba dentro de esta liturgia y cuya descripción avala nuestra propuesta de lectura de las caras de la pila del Panteón de San Isidoro de León, para rematar con un amplio santoral y sus misas adecuadas.





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