EXULTET; ¿el origen? CLUNY (4ª parte y final)
A vueltas con las abejas
Hemos
fijado nuestra humilde postura en torno a los apicultores de Cluny repetidos en
Vezelay, por una directa mención (más que alusión) en el texto del Exultet que
proponemos ha inspirado los capiteles de Adán y Eva tanto en Frómista como en
Cluny, en contra de lo publicado por muchos historiadores, empeñados una y otra
vez en acercarse a Cluny en busca de alegorías pues sólo con ellas parece
entenderse el oculto programa de la girola de Cluny.
Sin
embargo, lo que vamos viendo no nos aparta de nuestra idea. Hemos logrado ahora
encontrar por fin publicada una relación entre el Exultet y el capitel de los vientos ( apicultores en nuestra opinión), ya que seguimos viendo desmentidos que
concluyen una vez más que si no se trata de los vientos, ha de ser alguna forma
alegórica de una cuaternidad pero siempre descartando
los apicultores. Ahora bien, veamos los argumentos que deberían hacernos
desistir:
En
un valioso artículo titulado “What does Prudentia Advise? On the subject
of the Cluny Choir Capitals”, de Peter
Diemer, en Gesta XXVII 1988, relata
la vicisitudes de lectura del capitel de “los vientos” dada por Porter, que
mantuvo mucho tiempo su interpretación como apicultores. “Como Panofsky determinó en 1939 estos fuelles representan un tipo
antiguo, documentado en otras descripciones, que fueron suplantados en el curso
de la Edad Media por la forma hoy en uso. El número de hombres y sus ropajes en
todo caso justifica su identificación como los
cuatro vientos, un tema universal de cosmología tanto como los ríos del
paraíso.”
El
autor va repasando las teorías sobre esas lecturas, del Trivium y el
Quadrivium, virtudes, Estaciones, etc. incluso combinados unos y otras. En la
pag.166 dice “Otro estudioso, partiendo
de la obsoleta interpretación como apicultores en el capitel de los cuatro vientos
(E.Fernie Art History, V.1982.130-31)
elaboró la siguiente cadena de
razonamientos: de las abejas al cirio
pascual y a los rollos del Exultet, donde la oración de los abejas es la
referencia a su actividad conectada con la virginal concepción de Cristo por
María. Conclusión: “la escena de apicultores del capitel de Cluny era
probablemente entendida como representación de la Virgen”. Pero -prosigue- dejando a un lado el hecho de que los Rollos del Exultet son productos de una
liturgia practicada en el sur de Italia y desconocida en Burgundia, cómo puede
un capitel donde no es visible ni una simple abeja se puede entender como
portador de un mensaje mariológico de ese modo? Se estaría inclinado a desear
ese tipo de mensaje, quizás para ser encontrado allí, y no habría sido más
apropiado una Anunciación?”
Opinamos
que el autor no se ha molestado en leer los textos del Exultet donde habría
podido ver la insistente y reiterada mención a la obra de las abejas
relacionada con la virginidad de María. Y encontramos realmente pueril
pretender que se debieran haber esculpido abejitas volando en el capitel para
dar verosimilitud a su sentido, cuando todos se empeñan en buscar alegorías y
no literalidad, y más en figuras colocadas a casi diez metros del
observador-cantor. Si unos hombres manipulan colmenas, ¿necesita ver volando
las abejas? ¿Debería echar humo el fuelle que maneja el de Vezelay? Lo remata
pretendiendo proponer -tras cambiar los
letreros de otros capiteles para amoldarlo a su lectura- la figura más
adecuada: una Anunciación.
De
cualquier modo, ni siquiera el capitel debe ser tomado en el sentido
mariológico, sino como representación visual del texto que era cantado en el
Exultet, error en el que creo caen muchos al intentar ver alegoría donde hay literalidad.
El Exultet ensalza la vida de las abejas, como modelo inspirador de la
concepción inmaculada de María pero lo esculpido son literalmente personajes
manejando colmenas. Es el texto lo que activa la alegoría.
Apicultor de Cluny de la web latribunedelart.com |
El
autor utiliza dos referencias a los rollos del Exultet como base de la
idea, que son el de Eric Fernie, en Art
History V 1982 que acabamos de ver criticado y que no logramos localizar y el Romanesque Sculpture 112 de Hearn, pag. 113, con “la conclusión de que el programa es mariológico”. Este
punto lo encontramos en internet y tras debatir una vez más si hay letreros mal
ubicados, si son las virtudes teologales, etc., Hearn señala: “El motivo del capitel con figuras dañadas
que muestra aparentemente un apicultor ha sido identificado en base a la comparación
con el similar capitel de Vezelay. Y ha sido señalado que las
abejas
estaban dibujadas en una especial clase de manuscrito, el rollo del Exultet,
que era venerado en el poema litúrgico del Sábado Santo. Era adecuado –sigue- porque
producen la cera de la que se hace el cirio pascual. (Y cita a Banchereau “Travaux d’apiculture sur un
chapiteau de Cluny”, Bulletin monumental LXXVII (1913, 403-411; Evans
Cluniac Art,115. Cita la otra literatura en esta identificacion como buena en conexión
con los rollos del Exultet. Aunque un rollo italiano del Exultet bien
puede haber estado en Cluny, este simbolismo era bastante bien conocido sin que
necesitaran ningún modelo visual.)
Y
sigue el texto: “Pero las escenas del
apicultor del capital de Cluny intentaba probablemente representar a la Virgen.
La asociación es completa porque la creencia medieval adscribe la reproducción
de las abejas a la partogénesis, por
tanto similar a la virginidad de Maria. Tal interpretación del significado de
la apicultura se armoniza con el probable significado del capitel de los cuatro
ríos del Paraiso. Curiosamente, ninguno de los ocupados en discernir el
programa iconográfico ha incluido la observación
de que los cuatro ríos tradicionalmente representan los evangelistas.” (ésto
lo escribe en 1985 y hoy ya ha sido muy relacionado)…continúa haciendo otras
reflexiones, para apuntar al final “los capiteles
con alusiones alegóricas a la Virgen y los cuatro Evangelios, la apicultura y
los cuatro ríos, pudieran formar una doble representación del significado del
acceso a Dios por intercesión del conocimiento de la Escritura,” una más de
las muchas teorías sobre estos capiteles. El autor comenta que los dos
capiteles historiados del museo Ochier que deberían estar –a nuestro juicio-
junto con los otros ocho, se deben a otra mano distinta del autor de los
estudiados. Para nosotros es evidente que además de mano distinta, son de
factura anterior a éstos, probablemente originarios de Cluny II y como hemos
dicho, posibles inspiradores del ciclo derivado del canto del Exultet, con o
sin rollo.
La ubicación de los músicos en torno a ese “mantel” que recorre el capitel, como si estuvieran tocando su música en un banquete místico evoca el posterior capitel auvernés de la Ultima Cena con el apostolado entornando otro famoso capitel circular de Saint Austremoine.
Resumen
En
resumen, las reticencias de Diemer apoyado en los trabajos de Fernie y Hearn
tratando de negar la presencia de apicultores se debe probablemente a que no ha
conocido el texto del Exultet, en el que casi la mitad del Himno incide en las
abejas como modelo de vida virtuosa. Cierto es que salvo los dos capiteles con
los tonos de la música claramente relacionados con el canto del Exultet, los
otros sugieren figuras polivalentes, sin que veamos cita directa en el texto,
aunque la vida virtuosa, la mención a la feracidad de la tierra, los cambios de
estaciones, etc. pueden servir de guión del recorrido litúrgico en la ceremonia
del Praeconium, quizás deliberadamente imprecisas porque se describen los
textos de Exultets con partes modificables en cada ocasión solemne, adaptadas
al año religioso; lógico porque la mención a las autoridades religiosas y
civiles (como un memento) se debían adaptar a las del momento.
Pero
antes de transcribir los párrafos del Exultet que tenemos pendientes hace
tiempo, veamos algunos detalles de la web latribunedelart.com
de Dominique Bonnet, que tan amablemente nos permite usar sus fotos.
Y
de la misma forma que hemos estudiado de su mano el capitel de Adán y Eva de
Cluny, vamos a ver el que pensamos cierra el ciclo: el sacrificio de Isaac,
figuras de la septuagésima el primero y la quinquagésima el segundo.
Sacrificio
de Isaac.
En
el capitel 9, dedicado al sacrificio de Isaac, comenta cómo Conant entendió que
era el epílogo del recorrido por la girola, que habría comenzado con el Pecado
Original. Pero su presencia no la relacionan con ninguna liturgia, intentando
una complicada lectura en relación con los capiteles “modernos”, cuando
nosotros proponemos que ambos capiteles aluden al ciclo de la precuaresma, al
representar la septuagésima (Adán y Eva) y la quinquagésima (Isaac). Faltaría
el Diluvio, salvo que se usara una variante de las muchas que sufrió esa
liturgia, eliminando el Diluvio con la sexagésima.
Angel del sacrificio de Isaac (Cluny) (www.latribunedelart.com) |
Tras
una detallada descripción del capitel, con un espléndido ángel, comenta cómo
Verónika v.Büren “mostró la importancia dada a la obra de San Ambrosio en la biblioteca
de Cluny, en el momento de la construcción de la gran iglesia de San Hugo y el estudio
de los capiteles del coro ha destacado su influencia en la iconografía
cluniacense”, siendo
precisamente San Ambrosio quien escribió tratados sobre estos personajes
bíblicos. Y no olvidemos que a este santo se le atribuye la creación del
Exultet, aludiendo a las tres historias bíblicas. Pero además menciona Bonnet
la existencia de otro texto de San Ambrosio “De paradiso” que “parece
haber jugado un papel vital en las elecciones iconográficas de la decoración de
la iglesia”.
Bonnet,
siguiendo el estudio comparativo de San Ambrosio para enseñanza de sus monjes,
contrapone las figuras de ambos capiteles: Adán y Eva como ejemplo de
desobediencia y el de Abraham, todo lo contrario, modelo para la vida
monástica, abandonando la vida secular anterior y aceptando la obediencia y la
humildad.
El
posterior intento de Bonnet de vincular estas escenas veterotestamentarias con
los capiteles de la girola, como “el movimiento vital” por el impulso del
Espíritu, se queda por encima de nuestro burdo entendimiento. A todo atribuye
explicación y sentido en su lectura, hasta la inclinación de los árboles, de las hojas, sus
formas, frutos, etc. Se puede leer pausadamente en la citada web. Como se hacen
repetidas referencias a Juan Escoto y otros intelectuales a los que no vemos
relación con su significado, lo dejamos a criterio del lector o lectora.
https://www.latribunedelart.com/proposition-de-lecture-des-chapiteaux-de-cluny-9-abraham
El ángel lleva un libro y señala al Cordero (la tribune de l'art) |
Destaca
el libro que porta el ángel en la mano que, aunque evidentemente refleja su
vinculación bíblica, consideramos es un elemento innecesario e incluso ajeno al
texto sagrado, por lo que intuimos pudiera servir de indicación a la parte de la
liturgia prepascual que debían entonar los monjes de la abadía al llegar a su altura. Al señalar con
su mano derecha hacia el cordero pudiera estar marcando la parte del texto a
cantar. Sí que es notable la posición del cordero –como destaca el autor- en un
lugar inusitado, el que corresponde a la Dextera, por lo que se entiende
claramente la alusión al Cordero Místico como alternativa al sacrificado Isaac,
en un original juego de sustituciones.
Cáliz bajo Isaac (la tribune de l'art.com) |
También
es una clara alusión eucarística el cáliz que aparece junto a Isaac, que nos
transmite –a nosotros al menos- que los comitentes tenían más interés en dar
sentido alegórico a las esculturas que seguir con fidelidad los textos en que se inspiran, con la
manifiesta intención de que los monjes entendieran el significado. En ese
sentido nos encanta sentirnos como unos legos más, recién llegados a la
grandiosa abadía y asimilando sus enseñanzas.
Resto del Cordero místico en el sacrificio de Isaac (La tribune de l'art) |
(Asumimos
tener una cierta alergia a toda cita a Escoto Eriúgena, el neoplatonismo y la
metafísica o el origen irlandés del románico para entender un capitel, por
empacho sobrevenido tiempo ha en esos foros del Señor, aunque, por supuesto,
respetamos los serios estudios del autor de la web que citamos.)
El
pecado original. Capitel 1.
Del
conjunto de diez capiteles en estudio de la girola de Cluny, aparece uno con
iconografía clásica, hojas de acanto, quizás inspirado en uno romano, que no
sigue “el guión” de los otros siete y mucho menos la temática
veterotestamentaria de la pareja que finalmente se propone abrían y cerraban el
ciclo, tanto por su contenido como por su tallaje solo en tres caras, lo que
indica que estaban adosados a una puerta o muro, probablemente el arco de
acceso al interior del altar desde la girola. Solo los otros ocho estaban
exentos y de ellos, el que citamos parece un “comodín” como si hubiera servido
para marcar una pausa en un recorrido litúrgico. Hoy, por su carácter anormal,
aparece colocado en el arranque de los ocho “no bíblicos” aunque creemos que
sin más razón que no saber dónde le toca estar.
Vamos
a tratar de seguir el detallado estudio de Dominique Bonnet Saint-Georges en la
web de la que tomamos su valiosa colección de fotos, para disfrutar de su
contemplación.
Señala
en su estudio que la investigadora Veronika von Büren inventarió la biblioteca
de Cluny, en la que había textos de San
Ambrosio (posible autor de los himnos del Exultet) incluso con varios ejemplares repetidos. Uno de esos
libros era “De paradiso”, ya que el santo escritor utilizó la Creación y la
imagen del Paraiso en el Génesis para sus estudios. Precisamente veremos que el
Exultet es un canto a la creación de Dios al “exultarse” ante la apoteosis de
la Resurrección de Cristo, llegando –como ya hemos visto- a bendecir hasta el Pecado Original, sin el
cual no se habría realizado la Redención.
Cristo en Cluny (www.latribunedelart.com) |
El
trabajo de Bonnet interpreta la presencia de quien creemos es Cristo : ”en la cara principal está el “paseo” de
Dios al atardecer. Dios, en la persona de Cristo, parado en el centro…” que
es la lectura que en el mejor de los casos también encontramos para Frómista, pero
ninguna como proponemos. No estamos de acuerdo en ese casi sacrílego
travestismo. No hay razón para que Dios “se vista” de Cristo para expulsar o
reconvenir a Adán y Eva. Sin embargo, siguiendo el momento cumbre del canto del
Exultet, ha de ser Cristo quien se muestre como nuevo Adán tras el pecado
original, siguiendo el texto citado: Oh¡ felix culpa….,como volveremos a ver al
tratar el himno del Exultet.
El
autor analiza los conceptos del Eriugena sobre la naturaleza masculina y
femenina que eludimos para no provocar un incendio “de género”. Ayuda al
filósofo la ya conocida misoginia de San Pablo: la cabeza de la mujer es el
hombre y Cristo la de éste. La mujer no alcanza ni a cefalófora.
Sí
que identifica el estudioso la secuencialidad de las escenas, ya que tanto Eva
como la serpiente (y puede que Adán) están mordiendo la fruta, en una
representación tan del gusto románico de enlazar varias escenas consecutivas.
A
pesar del gesto de Cristo dirigido a los protoplastas con el dedo levantado, no
está expulsando ni interrogando ni reprendiendo, a nuestro juicio. Se presenta
como alternativa a los pecadores, porque es el Cristo resucitado al que alude
el canto central del Exultet. Ni siquiera puede ser relacionado con el Descenso
a los infiernos del Cristo resucitado para recuperar a Adán. En Frómista quizás
se refuerza la alusión a la parte del canto poniendo en manos de Cristo un
libro “fuera de guión” del mismo modo que en Cluny el ángel del Sacrificio de
Isaac porta otro extemporáneo libro, quizás marcando en ambos a los monjes el
momento de la lectura del texto litúrgico. En Frómista es tan fuerte el interés
de crear un paralelismo entre Cristo y Adán, que ambos figuran, sin aparente
necesidad compositiva, con las piernas flexionadas a uno y otro lado del árbol.
De
nuevo creemos poco acertado apelar a los textos de Escoto, que puede ser
referencia por sus conocimientos filosóficos y teológicos pero no para ilustrar
la iconografía románica. Así menciona el artículo que “La elección de Cristo en lugar del Dios Creador está de acuerdo con
las tradiciones iconográficas: Dios Padre no puede ser representado, porque la
esencia divina nunca se puede conocer en sí misma” (dice el Eriúgena en el
Periphyseon). No hay más que ver cualquier Biblia o un Beato para ver
representado a Dios, precisamente en el Paraíso, vistiendo a ambos, en la
creación de Eva, etc.
Es
de destacar que en Vézelay, que copia modelos de Cluny, los capiteles de Adán y
Eva y del sacrificio de Isaac hacen pendant en un arco de la nave.
El capitel vegetal y el del paraíso. Número 3.
Actualmente
en sexta posición. El autor propone que fuera en séptima por su relación con el
de la música, intercambiándose, de modo que los cuatro primeros tonos se
situarían antes y no después del Paraiso, mientras que los cuatro últimos tonos
irían al final, en la octava. La explicación vendrá tras estudiar el único
“clásico”, el capitel corintio.
La
falta de figuras humanas y abundancia vegetal es terreno abonado para hacer
muchas especulaciones teológicas y filosóficas. Tomemos simplemente un pie de
foto que dice “El capitel vegetal, imagen de la humanidad comprometida con la
materia, en la multiplicidad y en la temporalidad”, tan alejado de nuestra visión.
Capitel vegetal de Cluny (www.latribunedelart.com) |
Esto
nos pone en relación con los dos capiteles vegetales también diferentes del Panteón de
los Reyes de San Isidoro de León y sus múltiples lecturas. Se puede llegar a
hacer literatura sublime. No es lo nuestro. Tampoco el uso de la numerología
para tratar de ilustrar su entendimiento.
Finalmente
observa el autor que Conant había situado en su esquema este capitel como
inicio antes de la inclusión de los dos bíblicos. Podía haberlo puesto al
final. El caso es que no casa con el significado posible de los otros, pero no
se puede descartar su colocación, como decimos, para hacer una pausa en el
recorrido litúrgico, no sabemos dónde, por su falta de significado. No
encajaría con ningún texto a cantar.
Bonnet,
como decimos, propone ubicarlo entre los dos capiteles de los tonos de la
música: los cuatro primeros enmarcados en mandorlas con inscripciones y los
otros cuatro rodeados al centro por una tira a modo de mantel, también con
inscripciones. Esta diferencia de formato sugiere al autor separarlos mediante
el capitel vegetal, un “paraíso
cluniacense”. La explicación, basada en principio en San Ambrosio y poco
terrenal, podría funcionar, pero como ya hemos dicho, precisamente los
capiteles de la música son los que mayor utilidad tienen en una liturgia
cantada como el Exultet, también obra de San Ambrosio, pero mucho más
“visible”.
Los
cuatro ríos
Nos
interesa resaltar el comentario de Bonnet “los
ríos del Paraiso…estaban y aun están hoy, presentes en la liturgia, y la
bendición del agua durante la Vigilia Pascual siempre está acompañada por un
rocío cuádruple hacia los cuatro puntos cardinales, un gesto simbólico que
reproduce su imagen”.
Rios del Paraiso (www.latribunedelart.com) |
Como
bien señala, enmarcando las figuras de los ríos, el capitel está poblado de árboles distintos: la
higuera, la vid, el manzano, y sus frutos. A todo ello hace alusión directa el
contenido del Exultet. El cuarto puede ser un olivo o un almendro. Descubrimos
aquí que la posible mención a Noé que buscábamos, sólo se refiere al olivo como
símbolo del Diluvio, así que no nos sirve como elemento de la sexagésima.
El
segundo capitel de la música. El nº 4.
Bonnet
considera que el capitel primero de la música describe la creación hasta la
muerte física y la resurrección de Cristo y por tanto el capitel vegetal haría
de separación con éste segundo capitel de la música. Como hemos señalado, éste
se distingue por la banda central que entorna el capitel “redondo” con inscripciones.
Como nosotros pretendemos que su narración tiene que ver con la liturgia del
Exultet, intentaremos encontrar en ese texto una explicación, ya que los textos
propuestos del Eriúgena no nos aclaran su iconografía. El fuerte deterioro de
sus figuras solo ha permitido conservar las partes más protegidas, como los
pies de los personajes. Las inscripciones, como ya hemos descrito, relacionan
los cuatro últimos tonos con la humillación
de los soberbios y la ayuda de los dones
espirituales para lograr la beatitud. Pretender relacionar esos mensajes
con el resultado del Pecado Original no
deja de ser una fácil tentación, pero no encontramos en el texto del Exultet nada relacionado con ello, aunque alguna figura de los famosos capiteles puedan aludir a ello.
Uno se pregunta cómo habrían de leer los
monjes esos textos (las mandorlas y esta banda) colocados a nueve metros de
altura e iluminados con velas y tiene que apelar a esa idea genérica de que
“sabían” que aquello estaba allí escrito porque los textos que portaban en la
liturgia decía lo mismo, aunque no pudieran leer el capitel. Ocurre como las
caras esculpidas pero no visibles en los capiteles: el tallista había cumplido
el encargo del programa iconográfico y aunque finalmente no se viera alguna
cara, “sabía” el comitente que allí se contaba “lo que había que contar” para
dar sentido y realidad al capitel, aunque quedara no visible una parte del
relato. Eso ocurre, por ejemplo, en Jaca, donde la imposibilidad de ver alguna
cara no deja incompleta la narración de la historia esculpida en el capitel.
Tonos de la música (2º capitel musical) Cluny,con la banda (www.latribunedelart. com) |
La ubicación de los músicos en torno a ese “mantel” que recorre el capitel, como si estuvieran tocando su música en un banquete místico evoca el posterior capitel auvernés de la Ultima Cena con el apostolado entornando otro famoso capitel circular de Saint Austremoine.
Ultima Cena de St.Austremoine en Issoire (Auvernie) |
El
estudioso analiza profundamente tanto la postura como la orientación de los
personajes del capitel, como el quinto tono que aparece caminando hacia el octavo,
dando la espalda al sexto, que está sentado con un instrumento musical de
cuerda sobre la cinta. Hay que recordar que el tercer tono, el que alude a la
resurrección de Cristo en el capitel anterior porta una lira de seis cuerdas en
la mandorla.
Que
el séptimo tono sea el del Espíritu Santo y sus dones, que son siete, permite
hacer una sencilla relación, quizás porque el Exultet eleva su alabanza desde
la naturaleza hasta la gracia de Dios en el intelecto humano. La figura que lo
encarna –como todas, sin cabeza-
sentada, parece tener un instrumento pequeño, quizás una flauta, cuyo
viento evoca el soplo del Espíritu Santo, aunque otros ven un arpa, instrumento con más sentido litúrgico que la flauta.
El
octavo y final también aparece sentado, pero no conserva nada de la parte
superior a la leyenda, que permite hipotetizar que no porta nada, es
contemplativo, tal como es el estado de beatitud de los bienaventurados.
Capitel
6. Pimavera
También
en mandorlas con inscripciones, como el primero de la música. El texto habla de
flores y olores, pero también de
virtudes (prudencia). Muy debatidas, hay conformidad en ver la Primavera
y el Verano entre las cuatro figuras. Las otras dos serían la prudencia
duplicada, lo que lleva a confusión. Nuevamente la figura de la Primavera lleva
un gran libro o pizarra, quizás señalando la referencia al texto a leer. Texto
y figura aquí si coinciden.
Para
el verano, el lema “El falso corte de las espigas que secó el caluroso verano”
y es otra posible joven que da la espalda a la primavera, envuelta en una
ceñida y plisada túnica. La pérdida de lo que llevaba nos induce a pensar en
espigas cortadas con una hoz.
Las estaciones en mandorlas "clásicas" (www.latribunedelart.com) |
La
cara de “una de las Prudencias” muestra un personaje con un pequeño látigo. “La Prudencia nos enseña qué
hacer” y un resto sugiera que azotara a un niño al pie. La otra Prudencia lleva
un vestido de cota de malla y pudiera haber llevado algún objeto, además de una
capa. Lo razonable es pensar que no hay dos Prudencias. La proximidad de las
estaciones a estas dobles Prudencia debería hacerse replantear su significado,
más cuando, como señala Bonnet, Primavera y una Prudencia parecen llevar una
extraña manga en un brazo que sugiere de nuevo a los apicultores que se
mencionan en el texto del Exultet tan repetidamente. Ayuda en la idea el hecho
de proteger sus pies con botas.
La
inscripción pintada y no inscrita que tiene una de las Prudencias, que parece
indicar una posterior identificación, añade más confusión a su lectura, que no
pretendemos realizar, sino que nuestro interés se centra en intentar relacionar
la iconografía con el canto del Exultet, que esperamos afrontar en breve. Como
hemos señalado, Biay las relaciona con las artes que se enseñaban en el
monasterio: Filosofía, Gramática,
Retórica y Dialéctica.
Tercer tono musical del primer capitel de los tonos (www.latribunedelart.com) |
No
encontramos adecuado intentar identificar al músico del tercer tono del primer capitel de la música, rodeado
por la leyenda alusiva a la Resurrección de Cristo, como el mismo Cristo, puesto que todas estas
alegorías no encarnan a ningún personaje concreto, a pesar de que la leyenda
mencione tal resurrección.
El Exultet
Hemos
de entrar en materia en torno al Exultet, basándonos en el extraordinario
estudio de Forrest Kelly de 1995. Un Exultet es un texto que contiene liturgia,
ceremonia, oraciones, música y procesión. Es un texto representado con música
en un específico momento de la liturgia, se cante o no exhibiendo un rollo, que
no es elemento esencial pero con gran valor iconográfico por sus ilustraciones.
(Entre los estudiosos que se han ocupado del tema aparece Dorothy Glass, tan
presente en los estudios del arte románico).
Básicamente
usados en las ceremonias de la vigilia
de Pascua, “su función era proveer el texto usado por el diácono para la
bendición del cirio Pascual en dicha vigilia. La parte del rollo indispensable
para la ceremonias no es la imagen; son las palabras y la música usadas por el
diácono para recitar su intervención”. La procesión Lumen Christi seguía a la
ceremonia.
La
inclusión de figuras a veces ajenas al relato, como reyes y antepasados, se
justifica por el mismo texto del Exultet y sus invocaciones. No hace tantos
años en el memento de la Misa se invocaba no sólo al obispo sino a autoridades
civiles. En los rollos era más importante la palabra que la escritura, quizás
porque iba acompañada de música. Consagración de nuevos clérigos, exorcismos y
ceremonias de coronación eran temas –quizás por la extensión y solemnidad de
esos “espectáculos”- motivos de uso de los rollos, como se puede ver en algunos
procedentes de fuera de Italia. “Un rollo es también usado para el Exultet en
la vigilia de Pascua: et unus subdiaconus
ebdomadarius debet portare rotulum similiter indutus alba, et debet tenere
ipsum rotulum ante diaconum, donec legerit, et benedixerit ceram et ignem
dicendo sic: Exultet iam…” (Beroldus ordinal).Codex Metropolitanus Liturgia
milanesa..(pg.27 Forrest Kelly).
El
autor reitera la supervivencia de la liturgia ambrosiana. “En el curso del siglo XI, los más viejos rollos son reemplazados por
nuevos o reescritos, con el texto del Exultet en Franco-Romano, una importación del norte; este texto
representa el esfuerzo de la reforma carolingia corrompida por la obstinación
gálica y su adopción como parte de una creciente tendencia hacia la unificación
en la iglesia, reconociendo al tiempo la primacía de la liturgia de Roma”.
Exultet de la B.L. MS 30.337 de 1075/1080 con el texto invertido y marcado para cantar con imágenes del Noli me Tangere y Adán y Eva |
Sacamos
algunas frases del Exultet :
Prólogo
(común a las tres liturgias: Beneventina, Milanesa y franco romana):
Exultet iam angelica turba
celorum (alegrémonos ahora, angelical coro de los
cielos)…luz radiante…sonidos de la trompeta de salvación…esplendor de la
luz…fin de la oscuridad…esplendor maravilloso de esta luz…elegido entre los
sacerdotes para encender esta vela…
Prefacio
(con algunas diferencias, tomamos la Franco-romana):
(agradecen
su obra a Dios)…Realmente eres el creador de todas las cosas, completo en ti
mismo, que mientras duermes en el mundo a través del vientre de una virgen
igual que las abejas que conciben y dan a luz por la boca, con un casto cuerpo,
no por el loco deseo de copular, preservan su virginidad, se alegran con la
progenie, son madres intocadas generando hijos sin conocer esposos.
Usan las flores como esposos, generan por las
flores y con las flores construyen sus hogares, alcanzan riquezas, con las
flores fabrican cera, Oh admirable ardor de las abejas, por su trabajo común
logran un enjambre pacífico mientras trabajan creando una sustancia única. Oh
invisible destreza, primero construyen sus cimientos para luego llenar las
celdas con la miel, Oh espléndido ejemplo de virginidad, que no daña el dueño
para enriquecerse, ellas obtienen el premio y lo logran sin pecado, roban la superficie
de las flores sin daño…
Pero entre las cosas que creemos, déjanos
proclamar el favor de esta vela, cuyo olor es dulce, y encanta su llama, su
finura no exuda mal olor, sino la más feliz dulzura que no es tintada por
extraños colores, sino iluminada por el Espiritu Santo…y si alguien levanta
esta vela contra la ráfaga de viento, contra el soplo del huracán, danos,
Señor, especial refugio, sé un muro de fé contra el enemigo…(invocan a Cristo )
con todo el esfuerzo de corazón y mente y con la ayuda de la voz…que por
nosotros reparaste la deuda de Adán contigo, Padre eterno, y con tu sagrada
sangre lavaste la deuda del pecado original….esta fiesta pascual con la muerte
del verdadero cordero y cuya sangre …(se recuerda luego la noche en que los
hijos de Israel fueron conducidos al Mar
Rojo guiados por la columna de luz)…Esta noche en que Cristo destruye el
vínculo con la muerte y asciende desde el infierno…te has dignado tener piedad
de nosotros, inestimable favor de caridad que nos redimes con el sacrificio de
tu Hijo…(se habla de ternura y caridad)
O certe necessarium Adae
peccatum quod Christi norte deletum est, O felix culpa que talem ac tantum
meruit habere redemtorem…(Oh, verdaderamente
necesario pecado de Adán, que es cancelado por la muerte de Cristo, Oh, feliz
culpa que mereció tanto tener redención). Repetimos este texto porque creemos
es fundamental para apoyar la iconografía de ambas iglesias cluniacenses: Cluny
y Frómista.
(siguen
bendiciones a esta santa noche en que Cristo resucitó : y la noche brillará
como el día y será luz en mi ceguera).
Y
repite de nuevo la mención a las abejas, ofrecen las velas que portan los
sacerdotes…producto del trabajo de las abejas…llama
que se divide en partes compuestas por la cera
fabricada por las abejas, que es la sustancia de esta preciosa lámpara….La
abeja supera las otras cosas de los hombres, y a pesar de la pequeñez de su
cuerpo, destila prodigioso conocimiento de su pequeño cuerpo, delgado de fuerza
pero lleno de fuerza en su habilidad…explora los cambios de las estaciones, en invierno deposita el
fruto helado…(sigue una larga y minuciosa descripción del proceso apícola
vinculando el trabajo (celdas, panales, etc.,
y las estaciones, a lo que pueden aludir los capiteles), convertir flores en cera, el néctar de las
flores en miel, moldean a los recién nacidos con la boca…Oh, verdaderamente
maravillosa abeja, cuyo sexo no es
violado por el macho, ni destrozado por el alumbramiento,ni sus hijos destruyen
su castidad…(y sigue, como es de esperar, la comparación con la virginidad de
María con recurso de nuevo a olores y
dulzura).
Se
pide protección para los clérigos, devotos, pueblo y cita el nombre de
obispo,etc. Recuerda también al emperador, príncipe.etc.
Cita Forrest Kelly la procesión original en Jerusalén del siglo VII, con tres vueltas alrededor de
la iglesia con un candelabro triple “La imitación de la costumbre de
Jerusalén…es conocida en la mayoría de las liturgias latinas: Antigua de
España, Milanesa y beneventina”. “En el siglo IV la práctica de bendición del
cirio pascual era conocida en el norte de Italia, en España y presumiblemente en otros lugares, pero no en Roma, donde
se introdujo más tarde.”
La
referencia a las abejas se remonta a Virgilio y sus Geórgicas. En el año 633 el
concilio de Toledo registró que el cirio pascual era usado en unas iglesias y
en otras no, pero recomendaba su práctica.
Como
parte de la ceremonia del Praecomium Paschale se verá luego en muchos documentos,
con la constante referencia a flores, abejas, cera, etc.
Cuando
el investigador se refiere a “Old Spanish liturgy” cita el antifonario de León, del siglo X, con la bendición de la “lucerne
ante altare” y de las “cerei”, donde de nuevo se habla de la cera hecha por las
abejas cuya virginidad se alaba. “El autor de los textos, que puede incluso
haber sido San Isidoro, parece
haberse inspirado tanto en el texto milanés como en el de Enodius” dice Kelly.
Al
analizar origen y difusión del Exultet beneventino (que fue posteriormente adaptado
al galo-romano) dice el estudioso: “El autor del Exultet beneventino debió adaptarlo
de fuentes similares en un periodo en el que este prefacio aún estaba en uso y
circulación: si viajó a España via
sur de la Galia para ser recibido y adaptado en el siglo VI o VII, serviría
para datarlo, copiado de la misma fuente romana.”…”La conexión es o
directamente entre España y el sur
de Italia (más probable Verona via Roma) o via de algún texto romano para el
Sábado santo hoy perdido”.
Como
hemos comentado, hay dos pasajes que en algunas versiones han sido omitidas: la
referencia al pecado de Adán (que como hemos dicho escandalizó al abad Hugo,
por su alabanza) y precisamente la insistente cita de la vida de las abejas
(suponemos que la parte sexual) . Solo en el rollo de Bari aparece la rosa de los vientos, con Cristo en el
centro.
La
transición del texto del Exultet beneventino al franco romano es visto como parte de la reforma gregoriana, de la
que Desiderio y Montecasino eran ardientes defensores.
El
Exultet no siempre se materializaba en rollos, antes al contrario, aparece en
misales y evangeliarios, especialmente porque era un canto para el diácono.
Esto es lo que pudiéramos entender en Frómista. El más antiguo Exultet es Vat.lat.9820
hecho para un monasterio y luego ampliamente reproducido. Era propiedad del
obispo, como signo de status, aunque usado por diáconos y subdiáconos, ya que
el obispo solo presidía pero no actuaba. En el Barberino aparece al lado del
Papa. El propietario no tenía por qué ser el usuario. No eran para instruir
sino para lucir e ilustrar la recitación de la liturgia con imágenes.
Kelly
comenta (pag.202) que las imágenes del Exultet serían del tamaño de un monitor
de TV, no podría ser visto a distancia, menos con la luz de las velas, sino
sólo por los más cercanos, pero se hacía coincidir con el encendido de las
velas en el Praecomium Paschale, lo que significa que en un momento dado se podría
distinguir sobre la penumbra previa.
Origen:
Guglielmo Cavallo gran especialista, situa el origen en la tradición bizantina,
pero su uso en Occidente comienza en Milán (S.Ambrosio), a través de los
sacramentarios. Los rollos han sido usados ampliamente en Milán y en Europa
latina. En el sur de Italia cerca de sedes arzobispales. En ningún otro sitio
en Europa era cantado regularmente con el rollo, excepto Milan y sur de Italia,
es decir, la liturgia lombarda. Los beneventinos han sobrevivido por la belleza
de sus ilustraciones. Los milaneses carecen de ilustraciones.
En
“Le Rouleau d’Exultet de la bibliothèque Casanatense” de Ernest Langlois se
analiza las láminas de este rollo, entre las que se cita la presencia de abejas
en relación a la virginidad de María.
En
un artículo titulado “The vetus ítala text of the Exultet” publicado en la
revista The Journal of Theological Studies por H.M.Bannister se comenta las
diferencias entre el texto Romano, como el Gregoriano, con la fórmula
gelasiana, y el Exultet mozárabe y ambrosiano para la bendición del cirio
pascual “in laude quadam cerei”, atribuyendo a S.Agustín su versificación luego
pasada a métrica mozárabe.
(largo
texto en latin con menciones constantes a abejas, cera, miel, etc.)
Resumen
Magnífica composición de latribunedelart.com (foto Dominique Bonnet Saint Georges |
No
era nuestro propósito más que buscar una relación entre los dos capiteles de
Frómista en los que vemos una representación gráfica de los monjes celebrando
la liturgia del Exultet, con los protagonistas y los aludidos en el canto :
Adán y Eva y Cristo, comparado con los capiteles de Cluny, quizás el origen de
la representación iconográfica del Exultet, en donde aparece un capitel con la
escena del Paraíso –aquí son monjes acompañando- y otra del sacrificio de
Isaac, que pudiera tener relación con una fase del ciclo pascual.
Sin embargo, al
pretender desentrañar el ámbito iconográfico que ha quedado en Cluny, hemos de
tener en cuenta los capiteles posteriores a estos dos, que formaron finalmente
un conjunto en Cluny III pero creemos que aprovechando los dos de Cluny II, en
fechas de muy posible contacto del abad Hugo con el rey Alfonso VI y sus viajes
a España. Esto nos ha llevado a revisar la identificación del capitel “de los
vientos” en donde encontramos que las figuras que manejan panales y soplillos
tienen una manifiesta relación con el texto del Exultet que menciona doblemente
la labor apícola buscando una relación con la virginidad de María que
posiblemente se perdió más tarde, al haberse eliminado del texto del Exultet
tanto la oración de las abejas como la cita al “bendito pecado original” tan
escandaloso.
La reflexión queda ahí, seguramente superándonos.
En un tocho de más de mil páginas accesible en internet y escrito por el Abad de Solesmes, Gueranguer, publicado en 1956 en Burgos bajo el patrocinio de la abadía de Silos y titulado “El año litúrgico” se detallan ritos, oraciones y toda la parafernalia de esta liturgia: Septuagésima, Cuaresma y Pasión.
ResponderEliminarComo hemos expuesto, la Septuagésima utiliza la descripción bíblica del Pecado Original.
Desmenuza el texto las homilías adecuadas a cada día de la semana de esa septuagésima con un discurso que no soportaría una feminista un minuto (pecado de Eva), para entrar luego en el domingo de sexagésima, en donde, como hemos indicado, es la historia de Noé y el diluvio el protagonista. El evangelio de este tiempo es el del sembrador. Y los sermones en esa línea, acaban describiendo las invasiones sarracenas como un nuevo “diluvio” para los pecadores hispanos. Finaliza citando a Abraham, por lo que enlaza así con el siguiente periodo que es la quinquagésima, con el Sacrificio de Isaac como tema central, que lo convierte en prefiguración de la muerte de Cristo que se va a celebrar en la inmediata Pascua. El Evangelio adecuado es la curación del ciego. Se llega al miércoles de Ceniza en la quinquagésima que incluía antes la penitencia pública. La ceniza usada es el resultado de la quema de los ramos bendecidos el año anterior en el Domingo de Ramos.
El autor hace un detallado estudio de la Cuaresma y su historia, los ayunos, penitencias, quiénes tenían dispensa, abstinencia de “lacticinios” y huevos y otras muchas disposiciones y sus orígenes. Suspensión de tribunales, prohibición de cazar y la implantación de la Tregua Domini. Entra a tratar toda la liturgia de la Pascua, pero lo que nos interesa aquí viene en la pag.674 y siguientes: La Vigilia Pascual, noche multitudinaria en la que además se bautizaba a los catecúmenos, tras la bendición de fuego nuevo y la del cirio pascual. A tal fin, se han apagado todas las luces (incluso antiguamente los fieles apagaban el fuego de sus hogares que sólo se reavivaban con el fuego entregado en la iglesia). En la pag.683 se estudia “La procesión solemne y el pregón pascual”; El diácono se reviste ahora de la estola y dalmática blancas, toma el cirio pascual bendecido y penetra en la iglesia a oscuras, a la cabeza del cortejo…se van encendido cirios (obispo, etc) en varias “ostentaciones”.
“Colocado el cirio pascual sobre un candelabro en medio del presbiterio, el diácono inciensa el libro puesto sobre el atril, rodea al cirio incensándolo por todas partes, vuelve al atrio y teniendo todos en sus manos las velas encendidas entona el Exsultet”…el sorprendente protagonismo del presbítero es interpretado por el autor como representación de “la Magdalena y las otras santas mujeres”. Una nota al pié comenta que el “Exsultet divina mysteria ha sido un enigma y un tormento para los intérpretes” por razones que ya hemos comentado aquí. ¡Oh ciertamente necesario pecado de Adán…Oh, feliz culpa por la que fue ocasión de recibir a tan grande Redentor…
Termina la liturgia: Habiendo terminado el diácono esta oración, se quita la dalmática blanca, y una vez que se ha vuelto a revestir de la de color violeta, vuelve al lugar donde está el Pontífice. Entonces comienzan las profecías sacadas de los libros del A.T.
Detalla el estudio minuciosamente la ceremonia del bautismo que se encajaba dentro de esta liturgia y cuya descripción avala nuestra propuesta de lectura de las caras de la pila del Panteón de San Isidoro de León, para rematar con un amplio santoral y sus misas adecuadas.