SAN QUIRCE. La portada NORTE (7ª Y ULTIMA PARTE)


Para terminar este ligero estudio de San Quirce veremos su portada norte.
Mitad izqda.de la portada.De arriba a abajo: Apóstoles (a la izda. Pedro y Pablo), Arcángeles, Anunciación, Visitación y "fuera de marco" figuras paganas

En la fachada Norte de San Quirce de los Ausines se ha esculpido una rica portada con una variada serie de figuras que contrasta con la que hemos visto al Oeste. Su composición es una visión celestial, en la que la Virgen adquiere protagonismo sobre su arquivolta, escoltada en el relato por los otros intermediarios entre Dios y los monjes: los arcángeles y el propio Cristo con los Cuatro Vivientes difundiendo el Evangelio. Creemos que no está lejos la influencia de Silos y su portada, hoy en el Museo, con episodios de la vida de María protagonista en las epifanías de Cristo. Por encima, bajo el alero un apostolado que ocupa los doce canecillos, muy probablemente todo ello como modelo para la comunidad de monjes.  Si los canes de la portada occidental narraban el Génesis, para aleccionar a los laicos, ahora se apoya en el Nuevo Testamento para modelo de los monjes. La potenciación de la figura de la Virgen que vimos comenzada en Silos adquiere también en esta portada gran importancia. La escena de la Visitación ocupa el lugar central sobre las arquivoltas. A las escenas de la vida de María antes del parto, les escoltan los arcángeles y el Pantócrator.
Mitad derecha de la fachada con Apóstoles, Visitación y Tetramorfos.(ambas fotos de Ignacio Fernández)

Pero de nuevo encontramos imágenes de “protección” de esas figuras sagradas. Los úinicos elementos “paganos” aparecen colocados fuera de los marcos que muestran las escenas sagradas, son ajenos al relato. 
Se puede proponer que se percibe la llegada de la “cultura” cluniacense, con ánimo de implantar la reforma gregoriana y potenciar el perdón y la justicia moderna, superando los tremendos castigos -que se ve reflejado en los capiteles primitivos con la condena de la mujer lujuriosa, y los juicios- promoviendo la nueva doctrina que se muestra en esta cara norte, la de los monjes, con un canto a María como Madre de Cristo.
La iconografía del ábside pudiera ser de finales del siglo XI, lo más antiguo, mientras que la portada occidental sería de mediados del siglo XII, rematándose pocos años después esta portada norte, que ésta claramente dirigida a la comunidad religiosa, a diferencia de la occidental donde se aleccionaba a los fieles con imágenes chocantes para atender a sus gustos, aún con reminiscencias paganas.
Abrazo de María e Isabel.Tras ellas una inscripción.Foto Ina

En esta portada norte, la forma de los pliegues y su movimiento en las figuras talladas lo confieren un aire más avanzado que el resto. Abundan los descabezamientos de las figuras, lo que hacen sospechar alguna posible recomposición en las cabezas, por ejemplo, de María e Isabel. Lo que parece evidente es la insistencia de textos no sólo en las figuras sino también en los marcos, hoy casi ilegibles. No es descabelllado suponer una “siembra” de inscripciones posterior a la edificación, con el fin de aclarar lecturas y vincularlo a la liturgia. San Quirce es probablemente la iglesia románica hispana más rotulada. También la propia composición de las escenas despierta alguna duda, ya que lo normal sería que el conjunto que supone el Pantócrator y el Tetramorfos ocupara el centro de la fachada y sin embargo, el protagonismo de María con la Anunciación y la Visitación, lo ha desplazado a un lado. Si se comprueban los marcos de las escenas puede intuirse algún tipo de cambio de planes.
 Encaje forzado de los relieves en el centro de la fachada con la mujer que camina hacia Isabel y María con ¿un flabellum?



APOSTOLADO

El deterioro permite identificar sólo a algunos apóstoles. Tenemos que reflexionar que, al igual que se hizo en la portada occidental, en lugar de proteger el recinto por medio de los canecillos –que es lo habitual en el románico y así lo hicieron con el ábside- los elementos apotropaicos se han añadido de una manera llamativa en esa fachada con tres relieves y se han usado los canes para dar “catequesis”. En la portada occidental se cumplimentaba la protección mediante las escandalosas metopas, que impactaban a los laicos. Ahora en una entrada más sagrada, la protección se ha hecho con tres figuras colocadas de diferente manera que el resto del relato y que tienen aires paganos: El Sansón fortíssimo, el ballestero con alas y el centauro sagitario. No creemos que se pueda hablar de calendario o zodiaco. Quizás tuviera estos elementos la de Frómista. En Jaca descubrió Omedes los restos dispersos en el muro del ábside y en Santiago también aparecen intercalados entre personajes sagrados. El más completo está en la fachada de San Isidoro de León, con los signos del zodiaco.
Mitad del zodiaco de León (de la web de Omedes)

Dice Therese Martín: “El zodiaco hacía referencia a la buena ordenación del universo bajo Dios como gobernador celestial. Serafín Moralejo identificó la fuente iconográfica en las escrituras de Zenón de Verona, obispo del siglo IV, en las que daba una interpretación cristiana a la ciencia pagana de la astrología. El zodiaco isidoriano facilita un ejemplo de la manera en que la escultura románica iba dirigida a múltiples audiencias. Sólo un religioso erudito podía percibir el fondo patrístico de la imagen y es probable que la gran mayoría de los espectadores no captaran el sentido de los signos sin que se los explicara un clérigo de la colegiata. Pero aún sin comprender su significado, todos estarían abrumados ante la riqueza de las imágenes que separaran sus vidas diarias en el mundo profano del sagrado espacio interior.” 
Mitad derecha del zodiaco de León (foto de la web de Omedes)

Hemos resaltado en negrilla el comentario contradictorio con el párrafo anterior dirigido a “múltiples audiencias”. Los mensajes a la multitud debían ser claramente entendibles y es hoy cuando necesitan “intérprete”. El hombre medieval conocía el código para entender la utilidad de la imagen pagana en un templo cristiano, utilizando el mal para combatir al mal. Que haya habido que esperar a que Moralejo diera con la cita patrística aclaratoria, dice poco de la habilidad comunicadora de los comitentes. Ni siquiera los clérigos “lectores” conocerían seguramente los escritos de San Zeno.
Pero no dejamos de observar que precisamente en San Isidoro de León, donde decimos que está el más completo zodiaco románico, los signos son de distinto tamaño, orden y composición, que ha llevado a los especialistas a hablar de un zodiaco mitraico, por sus referencias anteriores; hasta se habla de los tiempos en que allí hubo un templo romano. Recuperar tallas de templos romanos anteriores para incrustarlos en la nueva iglesia románica lo hemos visto en otros enclaves, por ejemplo, en Sant’Antimo en la Toscana. 
Relieve recuperado de un templo romano en la abadía de Sant'Antimo en Toscana

Podemos citar variadas alegorías de los más eruditos estudiosos, pero –con todo respeto- una figura resulta ser alegoría cuando por su propia presencia no somos capaces de entender su sentido. Así, García Guinea ante el caganer de la ventana interior de Villanueva de la Nía, veía una alegoría del hombre que no puede despegarse del suelo, de su condición terrena. Pero los ojos de los rústicos como nosotros no entienden de alegoría que precisa explicación. Las sofisticadas alegorías surgen ante la incapacidad de entender algo concreto, como el sentido apotropaico que los laicos verían en las figuras negativas con toda naturalidad..
 Una gran estudiosa como Ruth Bartal publicó en Archivo Español de Arte de 1993 un valioso trabajo titulado “La coexistencia de los signos apotropaicos cristianos y paganos en las entradas de las iglesias románicas”, que ya hemos citado en otras ocasiones. Para no extendernos, dejaremos para próximas entradas los detalles de su análisis, centrado especialmente en las cabezas de animales. Citemos sólo algunos: “Los emblemas u objetos que aparecían a la entrada se destinaban a proteger y guardar la casa. La colocación de cabezas de animales a la entrada de las iglesias parece tener el mismo fin…Los tiradores de las puertas de bronce medievales con forma de cabeza de león sirvieron como símbolos apotropaicos (Mende)…
"Por otra parte hay bases para sospechar que los signos cristianos y paganos se presentaban en conjunto con la intención de que esta combinación pudiera atraer a la iglesia a los feligreses incultos que todavía practicaban cultos paganos". Y acaba citando a Gurevich: “Para la mayoría del pueblo la diferencia entre amuletos, que estaban estrictamente prohibidos por el clero, y las reliquias sagradas, no estaba muy clara…Lo mágico era admitido por la Iglesia dentro de sus prácticas y rituales y el límite que separaba lo mágico cristiano de lo que era condenado como maleficio era indeterminado y seguramente poco claro para los feligreses”
Efectivamente, añadimos; la gente es muy práctica y quiere eficacia en sus plegarias: si rezo a San Antonio, encuentro novio, si rezo a San Nicolás no me echan mal de ojo, si llevo un amuleto no me pongo enfermo. Y sigue Bartal: "Aún en un contexto cristiano la ambivalencia inherente a estas bestias (se refiere al significado de las cabezas animales) era conveniente para el clero, pues permitía representarlas junto a símbolos cristiano sin concretar su papel y significado”.
Nosotros pensamos que es una visión muy positiva de la formación del clero, que en muchos casos, especialmente en el mundo rural, eran tan supersticiosos como los feligreses.
Elementos paganos en la fachada de San Quirce.(Marcada la punta de la flecha sobre el cuerpo del ballestero).Foto Ina

Pero volvamos a los zodiacos o signos sueltos que decoran esas fachadas románicas. En León parecen incrustadas en la puerta del Cordero después de realizada la fachada. ¿Con qué finalidad? Pensamos, como solemos, que se trata de proteger el recinto y las figuras sagradas de su portada. Se me argumentará ¿y la otra, la del Perdón, no tiene protección “pagana”?  Sí, la tiene, pero a la manera en que la tienen la mayoría de las puertas románicas: con los canecillos que aparecen sobre esa portada. Y nos sorprenderá comprobar que a pesar de que algunos han sido destruidos (lo que suele advertirnos sobre su contenido inapropiado) aún conserva un posible caganer, una máscara y varios leones mostrando sus fauces abiertas. No dejará de haber “alegóricos” que vean al caganer como un atlante, lo que probablemente le ha permitido sobrevivir.
Mitad izqda.de los canes sobre la puerta del Perdón en S.Isidoro de León.
Caganer en un canecillo de León

La “justificación” habitual para ver un zodiaco en una fachada (Cristo como Cronocrátor, alegoría al Señor de los tiempos, o como propuso Moralejo, un texto alusivo del siglo IV, etc) no nos disipan las dudas de si no se pusieran como elementos paganos para lograr la huída de los malos espíritus que pudieran acosar los templos. Curioso que el ballestero de San Quirce parece tener alas (realmente es una vistosa capa que flota al viento que parece salir de su boca abierta en un rostro habitual para horrorizar a los diablos). Tras el centauro sagitario hay una grafía que no podemos leer.
De nuevo las excelentes fotos de Ina nos van a ilustrar.
Detalle de los canecillos apotropaicos

Otro grupo de canecillos sobre la puerta del Perdón. A la dcha.una máscara con cuernos.Al lado restos de sentido sexual
Todos los relieves con escenas bíblicas están puestos con marco rehundido en la fachada, excepto estos tres “paganos” que señalamos. No son dignos de enmarcar porque no son escenas sacras. Parece casi un apaño final para “proteger” esa fachada. El sillar en que se esculpe el centauro se ha quedado corto, hay un hueco hasta el siguiente y se ha rebajado el sillar inferior para darlo acomodo. La inscripción de Sansón ha “cristianizado” lo que era un signo del zodiaco (Leo) con intención apotropaica.
Ballestero rodeado de maldad en S.Isidoro de León


Si se me permite la “maldad”, ahora los canecillos con los Apóstoles tienen una función apotropaica añadida y no prevista: como también aquí se les puso el nombre identificativo y es tan difícil reconocerlos, el diablo se va a entretener intentando leer sus cartelas (como nosotros), lo que provocará que desista de acceder al recinto. Es broma, creo.

Intentemos ver más de lo que dicen los estudiosos: Comenzando a nuestra izquierda San Pedro con las llaves y la cartela ilegible encabeza el grupo. Contrasta San Pablo calvo a su lado, con la cartera PAU LUS. Aunque no es realmente un Apóstol, se le incluye como en Silos, como cabeza de la Iglesia.

Primeros canes de la portada Norte con Pedro y Pablo marcados.
 El siguiente no lleva cartela y sólo sobre la figura, en lo que podríamos llamar “cimacio” se lee CA. ¿San Lucas? Pues tampoco era estrictamente Apóstol, sino discípulo de San Pablo. 

Canecillos 3, 4 y 5. El nº 4, al centro, inscribe IAC, que sugiere Jacobo.
El nº 4 tiene cartela: IAC, así que ha de ser Santiago suponemos que el Mayor. Del 5 resulta indescifrable el signo superviviente. El sexto sí que tiene cartela y creemos que es TOMAS pero la duda de la primera letra que no parece T puede sugerir un IOAHNNES. (lo hemos identificado por error con Bartolomé).
Probable Tomás (mal rotulado como Bartolomé)

El nº 7 muestra algo con A y termina en S. Pudiera ser el otro IACOPUS, que sería el otro Santiago, el Menor. El octavo está muy deteriorado, mientras que el 9º tiene grabadas letras de arriba abajo en el costado donde parece verse una O y más abajo una V. El décimo está casi destruído y el undécimo aunque conserva el perfil no contiene inscripción. Finalmente, el último proclama decididamente que es Judas, pero no el malo, sino Tadeo, hermano de Santiago el Menor.
Cartela del último Apóstol: Judas

Tres últimos canes que solo identifican a Judas Tadeo al final











No hay duda de que estamos en una puerta más tardía, del segundo maestro, que agita los ropajes y esculpe muy finamente, quizás inspirado en Silos. La Visitación muestra dos rostros perfectos en un abrazo muy expresivo. Como hay que pronunciarse sobre la pequeña figura que las precede, que parece portar en alto una especie de flabellum (que a lo mejor es eso) y que también parece haber sido compuesta para otra medida, por lo que se le ha “calzado”, avanza hasta las santas primas, y que no parece tener precedente o no ha sido estudiado con suficiencia, nos parece ver en su interior un crismón, que serviría como portapaz en la composición que preside la portada: Anunciación y Visitación. A fin de cuentas, el crismón tiene presencia en todas las portadas importantes.
Visitación con criada.Tras las figuras una inscripción que no coincide con Visitatio.

Detalle del posible flabellum

A sus lados figuran los tres arcángeles y el Pantócrator con el Tetramorfos. De hecho,  como no podía ser menos, también este relieve contenía inscripción, hoy perdida, de la que sólo distinguimos una N y una T.

De nuevo las magníficas fotos de Ina nos ayudan. Y ¿qué dicen los textos?
Inscripción y propuesta para el crismón (foto Ignacio Fdez)













ARCÁNGELES

De los arcángeles, aparenta que sólo estaba previsto el “nicho” para uno: el que ocupa MICAEL (inscripción sobre la cabeza ausente) que alancea al DRACO. Los otros dos, que completan la trilogía de los que están más cerca de Dios, parecen decisión más tardía, quedando un hueco entre Gabriel y Miguel. RAPHAEL también tiene su leyenda. Son, como proponemos, mediadores ante Dios, como lo es la Virgen y el propio Cristo.
Detalle de los marcos y formato de los relieves de los arcángeles: Gabriel, Miguel y Rafael.(foto Ignacio Fdez.)

Las inscripciones sobre los arcángeles de izquierda a derecha los citan como GABRIEL, bendiciendo y con una cruz en la mano (a la manera divina de la otra portada), en medio MICAEL, de un tamaño no adecuado,  que pudiera haber sustituido al original del mismo tamaño que los otros, (ambos descabezados) y finalmente a la derecha el que creemos es Rafael, por los restos del título (RAPAEL) y porque lleva una vasija en la mano (no es un libro) que pudiera aludir a las vísceras del pez que sacó para Tobías, haciéndolo además patrono de los peregrinos, que no faltarían en San Quirce. Este además parece vestir una dalmática, haciéndole parte de la comunidad religiosa.
Arcángel Rafael.Nombre bajo la firma de
Ina,autor de la foto.

Respecto a las figuras paganas, parecen acertados Pérez de Urbel y Whitehill cuando observan la punta de la flecha que ha disparado el centauro sagitario sobre el pecho del ballestero que monta su arma al lado. Estas figuras junto con el Sansón fortísimo evocan mucho la iconografía del interior de San Isidoro de León, que no tienen nada que ver con el zodiaco. También estos autores citan la portada de Platerías como otro ejemplo de su ubicación. En efecto, si vemos el centauro sagitario de Platerías que ya ha disparado su flecha, ésta aparece atravesando el pecho de la sirena al otro lado de la arquivolta, donde puede haber otra flecha tras ella. Parece como si el escultor hubiera tomado un ejemplo (el sagitario) de Santiago y otro de San Isidoro (el ballestero que aparece en la columna interior). De su utilidad práctica nos remitimos a lo que venimos manteniendo: elementos paganos con la finalidad de proteger el edificio. Tanto en Platerías como aquí el centauro tenía inscripción que hoy no distinguimos. En todos los casos, están rodeando a personajes sagrados, dándoles protección.



Sagitario de Platerías (Santiago de Compostela)

Sirena de Platerías atravesada por la flecha al otro lado






















Por su parte Hernando relaciona los arcángeles con el marfil de la Caja de las Reliquias de San Juan Bautista y San Pelayo en San Isidoro de León. En la Anunciación señala que el arcángel lleva una vara en su mano izquierda, cosa que no alcanzamos a ver, pues al avanzar de perfil sólo vemos su mano derecha que bendice. María con las manos abiertas al frente en señal de aceptación tiene una clara cartela: NUNCIACION. Al extremo la Visitación es la mejor conservada.







Relieves de la Anunciación. El arcángel bendice pero no lleva bastón. María acepta.La cartera habla (foto Ina)
LAS PORTADAS DE SAN ISIDORO DE LEON

Al situarnos frente a las portadas de San Isidoro de León hemos observado un hecho llamativo que seguramente ha sido estudiado por los sabios investigadores:
La Puerta del Perdón es de formato más románico, puesto que se hizo en pleno siglo XII, algún tiempo después de la del Cordero, cuando se abren puertas en los extremos del transepto. Y siguiendo los cánones se decora con bello tímpano con imágenes de la Crucifixión, Resurrección y Ascensión. A ambos lados, como se hizo en Saint Sernin, figuras de los pilares de la Iglesia: San Pedro y San Pablo.
Portada del Perdón de S.Isidoro, siglo XII de formato clásico románico: la protección está en
las metopas, los capiteles y los canecillos que hemos visto (foto web de Omedes)

Todo ello debe ser protegido, y se hace como es debido: con canecillos que atraigan la mirada, ubicados encima del paño. No tenemos más que dar un repaso a lo que ha sobrevivido y aún podemos encontrar un posible caganer encabezando el desfile, seguido de varios leones, uno con sus fauces amenazadoras abiertas y culmina con una gran máscara. El formato de los otros sugiere algún contenido sexual. La propia puerta está protegida por sendas mochetas con monstruos (oso y león) vueltos hacia el exterior. Algunos opinan que atemorizan al peregrino, pero creemos que realmente no se pretende que el visitante quede amenazado, salvo que sea enemigo para ese lugar sagrado, para ahuyentar al diablo y sus consecuencias: aojadores, hechiceros y gente de mala ralea que van a hacer el mal a tan sagrado lugar. No sólo se colocan arriba, sino en los capiteles a la entrada, con arpías y diablos. Hasta un entrelazo para que se enrede el diablo, como es de rigor Más adentro, hasta el altar principal está custodiado por arpías al acecho. No acechan al cuerpo de Cristo, sino a los que pretender causar mal con la mirada u otros medios a la presencia divina, desde la entrada hasta el altar. Hasta la bella reja románica de la ventana superior parece atraer la mirada y evitar el paso.
León amenazante de S.Isidoro
sobre la puerta del Perdón

Ahora pasamos a la otra puerta, la del Cordero, anterior a ésta y que, sin embargo, carece de canecillos. Si los tuvo, pudo perderlos al hacer la terraza renacentista. Si no los tuvo, desde el principio pusieron ya el zodiaco. De cualquier manera, la protección para esta puerta, al carecer de canecillos se ha materializado en los relieves del zodiaco, que –a manera de canecillos- rematan la fachada. Tienen la misma misión: atraer la mirada, sorprender con un elemento no religioso, acompañado de mochetas con figuras amenazadoras –aquí con machos cabríos, precisamente con los cuernos con que se ahuyenta al diablo en cientos de iglesias románicas- y rematado  con capiteles con arpías y entrelazos. Mejor que una puerta blindada. El peregrino veía este despliegue de “seguridad” y se sentiría protegido. Al contrario de lo que se puede pensar, sólo los malos espíritus, diablos o quien llevaba mal de ojo o poseía algún poder demoníaco, era rechazado por esos avisos en la puerta, que confortaba a los buenos viajeros y visitantes. Y a las autoridades eclesiásticas no les podía molestar utilizar unas señales socialmente admitidas de que el mal se ahuyenta mostrando el propio mal. Camille, Gurevich, Christa Sutterlin, Deonna y algo Yarza dan esa información. Luego, Castiñeiras, Boto y otros buenos profesores han profundizado en ese sentido profiláctico de las figuras monstruosas y obscenas. Alesia Trivellone también ha publicado (Cahiers Cuxa 2008) en torno al valor apotropaico de cabeza humanas, de leones y elementos sexuales. El usuario no necesita guía para interpretar imágenes que lanzan un mensaje claro y directo, no necesitan intérprete.
Puerta del Cordero con protección en metopas, capiteles y...el zodiaco. No hay canes (foto web de Omedes)

Pero mejor si lo vemos en una próxima entrada, que debemos cerrar la visita a San Quirce.

CONCLUSION

A modo de conclusión, nos hemos esforzado en explicar el significado apotropaico de las ofensivas metopas de la portada occidental, para proteger el recinto. Al mismo tiempo, el comitente ha intercalado en el relato del Génesis una escena de agresión sexual (también vista por Moralejo) con los consiguientes modelos de duelos u ordalías, para aleccionar a los rústicos, lo que puede conducirnos al interior del templo donde se desarrollarían esos juicios con capiteles advirtiendo del riesgo de condena por falsos testimonios de la mujer lujuriosa o del varón culpable. El resto de la iconografía interior, además de reforzar ese sentido judicial, contienen las escenas necesarias para el culto de los monjes en la fiesta más importante del calendario litúrgico, que sería la Pascua, con las imágenes adecuadas a los tres pasos previos: el Diluvio, el Sacrificio de Isaac y el Pecado Original.
Tras comprobar el sentido apotropaico que conservan los canes del ábside, hemos analizado brevemente la portada Norte, de claro sentido apostólico para modelo de la comunidad religiosa, pero que no han dejado por ello de incluir tres elementos paganos a la manera que en los templos más valiosos (Santiago, San Isidoro, probablemente Frómista y los restos del zodiaco de Jaca) se incluyeron en sus frentes los “inadecuados” relieves paganos, aunque para algunos estudiosos eran alegoría del poder de Cristo sobre la Naturaleza. Es lo bueno que tiene el románico, que donde no vemos algo claro, siempre habrá una alegoría o una cita patrística que sólo entienden los eruditos, no los villanos que pululamos mirando sus figuras incomprensibles.
 
Pantócrator con Tetramorfos en la fachada de San Quirce (foto Ignacio Fernández)



Arriba cartela:Mateo. Abajo, Marcos



Abajo inscripc: Lucas



Detalle del Cristo en el Pantocrator. ¿Posible relación castellana?

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