APOTROPAIA : Asustar y hacer sonreir (y II)
LA DAMA DE LOS DADOS DE CIVRAY
Jones relaciona la Tosa de Milán y su gesto con una sheela, la de Egremont, que también lleva en la mano unas tijeras.con la misma finalidad de protección contra el mal.
Veíamos al comienzo de
nuestra última entrada (parte I) la explicación muy rebuscada de Testard para
encontrar relación con los relieves inferiores de la Porte Miégeville en
Toulouse a la dama que ocupa un canecillo mostrando lo que creemos una bulla o
amuleto en el cuello.
Hay otra iglesia famosa,
San Nicolás de Civray, tan admirada, que muestra también una nueva dama, en
esta ocasión con tres dados esculpidos a su lado, la llamada Dama de los dados,
que vemos en la foto de Joel Jalladeau. Misma función: atraer la mirada y despertar
la intriga, centrando en la figura el malévolo mal de ojo. Las adivinanzas,
juegos y acertijos eran “comida” para distraer a los diablos en los templos
románicos. La dama, como en Toulouse "sale" del muro y vuelve la cabeza para ser bien visible.
La dama de los dados en S.Nicolas de Civray (foto Joel Jalladeau) de http://jalladeauj.fr |
En un amplio estudio sobre “Les modillons de Saintonge et du Poitou comme manfestation de la culture
laïque”, la hebrea Nurith Kenaan-Kedar (quien firma con Marie-Héléne
Debiés, que siempre se nos olvida) ha hecho un intento de clasificación
sistemática por temas, motivos, etc. para encontrar un sentido a la abundante
iconografía de la región. Explora todas o casi todas las posibilidades, algunas
extrañas, con cierta insistencia en ver en los bustos humanos autoretratos de
los tallistas en el reino de los pecadores, a veces basada en que esos
personajes empuñan herramientas de talla y otras, ni siquiera. Cita a Crozet, que vió
estos motivos como “reflejos directos de la vida cotidiana”. Lo cierto es que
la autora tiene tendencia a ver en los rostros sentimientos que difícilmente
expresa la figura, no por sus gestos. Entiende que un modillón en Cahors con
una pareja amorosa tiene relación con un personaje haciendo muecas en el
siguiente, aunque no dice cuál es esa relación. Evidentemente no la relación
apotropaica, sino cualquiera otra. Y aunque sigue la tendencia a interpretar lo
que entiende como atlantes en sentido de castigo por sus pecados, admite que no
aparecen sufriendo pena alguna, pero igualmente señala sus pasiones carnales.
Destaca la arquivolta de St.Hilaire de Foussais en la que junto a las figuras de
personajes sagrados (Cristo, Evangelistas, Pedro, puede que Moisés, etc)
aparecen en mayor tamaño juglares, contorsionistas y acróbatas, es decir, todos
los pecadores. Como no lo lea en sentido apotropaico resultará difícil de
entender ese contraste, tal como vimos en la portada segoviana de El Alquité. Lo enseña
maravillosamente bien Joel Jalladeau, como siempre, en
Portada de St.Hilaire de Foussais en la que elementos festivos escoltan a figuras sagradas (foto Joel Jalladeau) |
Mujer expuesta al comienzo de la arquivolta (foto Jalladeauj) |
de donde vamos a pedir prestadas algunas imágenes que el autor ha elegido muy bien.
Lo comentaremos
brevemente: se suceden sin ruptura la mujer exhibicionista, músicos, saltimbanquis,
contorsionistas, sirenas, y en algunos casos se hace ocupar dos
sillares a una contorsionista juglaresca para no disminuir su tamaño. Un extraño cuadrúpedo parece ocultar un humano, escena que no comprendemos. En la
clave Cristo bendice junto a un ángel rodeado del Tetramofos. Al final, un gran
sapo. La tópica lectura de oposición de lo santo contra lo pecaminoso
pretendemos verlo de otra forma.
En la arquivolta sobre la cena quizás de
Lázaro o la Magdalena, nos interesa resaltar, entre varios animales una sheela-na-gig, que a
Joel no se le escapa nada.
Sheela en la arquivolta (foto Jalladeauj) |
. Encima de los relieves
con escenas del Evangelio en los nichos de la fachada, precisamente del que se
entiende el Noli me tangere (si lo fuere) dos modillones explícitamente
sexuales, uno dañado, exitifálico y el otro una espinaria “pata negra”. No me diga que también aquí, en las
arquivoltas volvemos a ver la “oposición entre el bien y el mal”, bendito
axioma que lo explica todo.
Sobre el nicho dos canecillos obscenos (foto jalladeauj) |
Se puede ver y
pormenorizar, (se ve pero no se toca) en
la web que nos aclara que es espinaria y no macho
Finalmente, tras dar un
repaso a las representaciones juglarescas Kenaan-Kedar alude al lenguaje hermético
y al poder de las emociones, que entendemos como que no está claro.
OTRAS FORMAS DE COMBATIR
AL DIABLO (LA RISA)
A riesgo de sufrir las
iras de los intransigentes representados por Jorge de Burgos (precisamente el
único español en “El nombre de la Rosa” de Umberto Eco) que destruyó su mundo
en aras a conservar en secreto un libro de Aristóteles que explicaba cómo la
risa acaba con el miedo, “sin miedo no hay fe. Porque sin miedo al diablo, no
se necesita a Dios”, intentamos aportar información para justificar la
abundancia de motivos obscenos en el románico como una manera de producir un
doble resultado: para los diablos, que no saben reir, el temor y la huída (tampoco
a la Iglesia le ha gustado nunca la risa) y para los humanos, la risa
tranquilizadora. Casualmente, dos de los protagonistas de la obra de Eco son un
laberinto, en el que se desenvuelve
perfectamente el ciego monje hispano (aunque es sosias de Borges) y los
laberintos son muy usados para distraer al diablo, que se empeñará en
recorrerlo hasta el final para demostrar su astucia, y los otros protagonistas
son los espejos que pueblan la
biblioteca para deformar y ver alucinaciones ante la imagen reflejada. Todo
apotropaico, profesor Eco.
Baubo provocando la risa (wiki) |
Albrecht Classen comenta en su libro titulado
“Sexuality in the Middle Ages and Early
Modern Times” que la Anasyrma, que procede de dar figura humana femenina a
su sexo pudiera obedecer a la pretensión
de alejar al diablo. En un episodio de los Actos de San Pablo y Santa Tecla,
del siglo III, Santa Tecla de Iconium se salva de morir en el coliseo devorada
por un león como castigo a su profesión cristiana, exponiendo su vulva. (pag.18).
Las conocidas insignias de peregrinos que mostramos en el foro de AdR con
“humanización” de sexos masculinos y femeninos como objetos apotropaicos, “pudieran
tener también la doble utilidad de llevar algo gracioso además de su eficacia
antidemonios”, observa Classen. Ver pags. anteriores y posteriores a esta
Es bien explícito Malcolm
Jones, en su “Sex and sexuality in late
medieval and modern Art” donde dice que “muchas representaciones de órganos
sexuales humanos, a veces literalmente único sexo humano, continúa jugando su
inmemorial y apotropaico rol. Cristiano en su origen o no, hay una sorprendente
riqueza de esas imágenes en el exterior de las iglesias románicas.” Y mirando
al vello púbico femenino, señala: “había una clara y cierta fascinación con la
depilación del vello púbico femenino en
la Edad Media”, como hemos visto en la sorprendente imagen de la Tosa de
Milán, con un antecedente nada menos que en una sheela-na-gig.
Tosa de Milan (foto Luca Cerini) flirck |
Ya hemos escrito que todo lo obsceno, es
decir, lo que no está a la vista, que está fuera de la escena, ha sido desde
los tiempos más remotos como un elemento ahuyentador del mal. Desde Frazer a
Jones, pasando por otros estudiosos conocidos.
Jones relaciona la Tosa de Milán y su gesto con una sheela, la de Egremont, que también lleva en la mano unas tijeras.con la misma finalidad de protección contra el mal.
Baño de la depilada Betsabé. del libro de Horas de Luis XII (foto MJL! en flirck) |
En el Museo Paul Getty de Los Angeles se conserva un lienzo del siglo XVI con el baño "moderno" de Betsabé en el que debería verse (como aparece en el original) al rey David mirando desde la ventana de su palacio.
Puchero de www.anglotopia,net |
Lo mismo que un grabado del XVI, Alegoria de
la Verdad. Cuando repasa las imágenes de piezas de barro en los museos, podemos
ver este puchero sobreprotegido de Saffron Walden.
Días atrás una cantante
italiana manifestaba en una entrevista que tener buena suerte en italiano se
dice “tener buen culo”. "¿Che culo che hai” Qué suerte tienes. En algunas culturas sudamericanas,
los hombres antes de salir a trabajar tocan el culo de sus esposas. En un curioso
trabajo de John Block Friedman “Eyebrows, Hairlines and “Hairs Less in
Sight”: Female Depilation in late medieval Europe” aparece como prueba de
la depilación medieval un grabado del baño de Betsabé del libro de horas de
Luis XII, pero lo que nos interesa es su investigación es que históricamente,
la iconografía de la vulva en el arte occidental estaba relacionada con el
sentido apotropaico, que guardaba de la mala fortuna y del diablo -e incluso en
el periodo cristiano- y los
omnipresentes demonios que acosaban incesantemente a los humanos. Una forma de
ahuyentarlos era combatirlos con algún poder superior al de ellos, y la vista
de una mujer expuesta era ampliamente reconocido como eficaz. De ahí la
anasyrma, la Tosa de Milán (siglo XII), el dicho catalán que luego vemos, la sheela y otras
figuras o la historia grabada por Durero de la mujer del campesino que ahuyenta al diablo. Y también cita a Plinio, como hemos
visto, “En Capadocia eliminaron la plaga de la mosca española haciendo que las
damas caminaran por el campo con sus vestidos levantados por encima de sus
nalgas”.
Tanto en las citas a Ruth
Mellinkoff como Christa Sütterlin que hemos hecho en estos trabajos desde 2014
han aparecido sus propuestas.
En la Leptis Magna de
Libia hay un relieve netamente apotropaico en el que el mal de ojo es asediado
por todos los bichos que conocemos, y el centauro no sólo es vistoso sino que
tiene lo que parece un falo extra en la nariz, lo que refuerza la idea de
añadir lo cómico al sentido protector.
Relieve apotropaico de Leptis Magna (/www.akg-images.co.uk) |
En la pag.74 de su “The Secret Middle Ages” Jones se
refiere a la sheela-na-gig, bruja frecuente en Reino Unido y muestra como tipo
la de Llandrindod. Opina que son amuletos, apotropaia, protegiendo del mal de
ojo usando “the shock tactic of genital exposure”. “Su postura exagerando la
apertura de su sexo, amplifica el efecto repelente”. De ahí que sea considerada
una bruja. Destaca cómo se le marcan las costillas. Ni siquiera las brujas de
Walt Disney tienen curvas, salvo la nariz.
Luego cita una figura
arqueológica a la que hemos enviado en una entrada reciente (la de San Quirce,
nº 1, en comentarios) el priapi gallinacei. Incluye también una “arcimboldiana”
imagen de un plato visible en la wiki procedente de Casteldurante, de Francesco
Urbino que no mostramos porque es del siglo XVI con el lema TESTA DE CAZI, y
que traducen por “dickhead”, y que parece sacado del árbol de Massa Maritima, que
ya es bastante pista. Como pasa en castellano, ninguna de las dos expresiones
se traduce literal. Figura en el museo Ashmolean y porta un lema para sorprender
(y casi ofender) e instrucciones para su lectura mediante un juego, todo
suficientemente atractivo para la curiosidad de los aojadores en tan tardía
época.
El estudio del diminuto
amuleto del hombre fálico-gallo del siglo I, al que nos remitimos en
comentarios de la parte I de San Quirce, analizado por Simone Voetgle, resalta
la condición de “avert demons” del gallo y, como vemos con frecuencia, con triple
apotropaísmo: el sujeto muestra su sexo, además cuelgan de él los cascabeles para convertirlo
en tintinabulum, como conocemos, y finalmente su cabeza, de rasgos humanos en
formato gálico. Hombre-gallo fálico.
Tintinabulum de hombre gallo fálico (British Museum) |
En otro párrafo del texto
comenta una figurilla fúnebre del siglo V de varón desnudo con túnica que lleva
en la mano un ave, quizás un gallo. Aunque lo relaciona genéricamente con el
pecado, en este caso no tiene sentido (es una tumba) y vuelve a salir la
relación con las ceremonias nupciales, para acabar proponiendo una
identificación personal. Modestamente creemos que sujetar un ave, quizás gallo,
en la figura de la sepultura era un manera de proteger al difunto de las asechanzas
diabólicas, como vimos en el claustro de Cefalú. Cuando finalmente estudia las
características comunes de las figurillas apotropaicas, resalta su deformidad,
aspecto grotesco o ridículo y la idea de que “cuanto mayor aspecto de mendigo
tenían las personas atraídas a un evento en el templo o un palacio, mayor sería
la fortuna del anfitrión”. Los baskanion o amuletos se colgaban al cuello con
figuras llamativas (geloia tina) para devolver la mirada envidiosa. Lo mismo en
fachadas y entradas a edificios. “Aquellas figuritas, debido a su profiláctica
función eran también adaptables a la esfera sepulcral”, concluye, La inclusión
de estos protectores aumentaba si los difuntos eran niños, que necesitaban más
ayuda por lo insólito de su fallecimiento en tan temprana edad y por tanto más
desprotegidos. Advierte que esos juguetes y muñecas jamás habían sido usados en
vida, sino hechos expresamente para la tumba.
Luego estudia el efecto
en los usuarios de esas figuras deformes y obscenas: la risa. “En la antigüedad
tenía dos funciones. Integrar y excluir; una relajaba la tensión y la otra la
creaba…Por ejemplo, la risa exagerada, especialmente en el lugar o tiempo
indebido pudiera ser embarazosa. La próxima relación entre risa y lo feo sugiere
que el excluyente y discriminatorio aspecto de los que reían era mucho más importante
entonces que hoy. Por su aspecto las personas arriesgaban ser excluidas por
ridículas y risibles, por lo que la risa pudiera ser un poderoso instrumento de
control social. Otro aspecto es la catarsis
que provoca la risa. En el teatro nos identificamos con la gente en la tragedia
y a menudo sentimos compasión. En la antigüedad la comedia pintaba a la gente
como ridículos y por tanto se les veía como inferiores.”
Imagen funerario de un joven con un ave (de Journals Openedition.org) |
Entonces, la reacción
ante lo ridículo y lo feo era la risa. “La misma reacción puede también ser
observada cuando reimos ante un relieve en el que hay una repentina pérdida de
tensión y remueve el peligro: quien ríe se siente superior y a salvo.”
Encuentra que se produce la catarsis cuando “no sólo lo feo resulta
apotropaico, sino también provoca la risa”. La repetida analogía “like produces
like” le lleva a que “para afrontar lo feo, había dos modos de proceder: si la
intención de uno era buena, reir podría salvarte del peligro del mal. Si era
mala, se podría fijar por la representación de el propio objeto feo…Termina con
el humano fálico-gallo; “Gracias a su
especial lugar entre los dioses y los humanos, los animales ocupaban una
posición intermediaria que tenía a priori una capacidad de protección y guía”.
“El uso de imágenes de pájaros, en particular, era ampliamente conocido porque
podría tener una función apotropaica. La forma grotesca de la criatura híbrida
tenía una función apotropaica necesaria al borde del otro mundo, pero también evoca
la risa que puede actuar como fuerza protectora”.
Malcolm Jones expone en
el capítulo Twelve de su libro (disponible en PDF) donde estudia los pins e insignias con figuras
cómico-sexuales halladas en el estuario del Escalda, su opinión, que valoramos
pese a que esas figuras son probablemente del siglo XIV y posteriores. “Permítanme
indicar de nuevo mi continuada creencia de que casi todo de estos amuletos no
se interpretaban como eróticos, en el sentido de provocar atracción sexual,
sino principalmente como apotropaicos, mediante la exposición de iconos
genitales, tanto masculinos como femeninos, ya que eran entendidos para
desarmar la siempre presente y vaga malevolencia conocida como el Mal de Ojo”. El
autor expone que se trata de un sentimiento universal, por encima de las
creencias religiosas. En otro lugar propone que se llegaran a portar sobre la
ropa para mostrar a dónde habían peregrinado. Al preguntarse su origen en las
costumbres romanas, se remite a Plutarco, que lo consideraba perfecto para
combatir el mal de que previene y ahuyenta la mala suerte del portador; puede
por tanto ser considerado en el sentido positivo de atraer la buena
suerte. ¿Pueden esas insignias tener esa doble función? …Jones recurre al
“like attracts like” que venimos manteniendo aquí. Concluye el investigador:
“Creo que podemos estar en lo cierto al considerar que muchas representaciones
de órganos sexuales humanos (a veces, literalmente desmembradas partes)
continua jugando su inmemorial apotropaico papel. Si precristiano o no en su
origen, hay una sorprendente riqueza en esas figuras fijadas en el exterior de las iglesias románicas y, en mi
opinión, no todas las figuras femeninas talladas del drástico tipo
representado, por ejemplo, en el famoso canecillo de Kilpeck, en la costa
galesa, era entendido como representación del vicio de la Lujuria…Estos iconos
sexuales son, entonces, atractivos para la suerte, amuletos para atraer buena
suerte, pero también apotropaia para repeler la mala suerte, para rechazar el
mal de ojo, en la misma línea
hipotetizada para las esculturas de exhibición sexual de a menudo indeterminada
fecha situadas dentro de las iglesias y edificios seculares, que hemos
venido a llamar las misteriosas sheela-na-gig.” (pag.250)
Sheela de Kilpeck (wiki) |
Quizás ahora que está
escrito y publicado desde 2002 en Gran Bretaña convenza más a los escépticos.
Muchos investigadores citan a este autor como referencia.
PROTECTORES DEL AGUA
El trabajo sobre la
figurilla de humano con cabeza de gallo de Simone Voetgle tiene información
valiosa. Uno de los lugares que necesitaban especial protección fuera de los
hogares eran las fuentes, ya que los diablos podían dañar el agua que manaban,
por lo que se protegían con grabados o pequeñas tallas fálicas. En el acueducto
de Mérida se ha encontrado grabados falos, tal como describe Alissa Whitmore en
un artículo “Phallic Magic: A cross cultural Approach to Roman Phallic Small
Finds” en un estudio sobre la magia romana, citando a Del Hoyo y Vázquez Hoys,
y que se centra en los pendientes fálicos como protectores contra el fascinum,
que se ven en el área mediterránea y también en la cultura tailandesa, lo que
demuestra que no corresponde a la misma cultura sino a creencias ancestrales,
por encima de religiones y culturas. “Los pendientes Thais (palad khik) también
comparten las mismas funciones primaria como los pendientes fálicos romanos:
están suspendidos del cuerpo para ofrecer protección mágica a los portadores”. En
el mundo romano, como hemos visto por los anillos del B.M. también se llevaban
a las sepulturas, especialmente de los niños, habiéndose establecido que no los
habían usado en vida, sino hechos expresamente para la tumba. En cambio, los
pendientes eran de uso común. Y como hemos comentado, era habitual encontrar en
el mismo colgante una doble protección: sobre el fondo de una luna menguante
aparece un falo erecto, como en Arras.
Ofrendas tailandesas |
En un curioso estudio del
portugués Pedro Paulo de Abreu Funati “Apotropaic Symbolism at Pompeii: a
Reading of the graffiti evidence” ya avanza que esos escritos murales era un
expresión popular para apartar las fuerzas maléficas. Propone que los dibujos
fálicos pudieran asociarse a la fertilidad y las escenas de sexo compartido no
eran apotropaicas. Nosotros, como hemos visto, opinamos que estas escenas
pretendían atraer la mirada y desactivar el daño del aojo. El mal busca lo
muerto, lo inerte, sin vida, quiere llevarse el alma y el cuerpo del difunto.
Cualquier manifestación de vida, un gesticulante, una mueca, una exhibición
sexual, un falo erecto provocan la mirada ante una manifestación de vida. Si
hay risa, hay vida, para desconcierto del espíritu dañino, sea diablo, súcubo (o Jorge de Burgos).
El estudioso portugués propone
que las frases alusivas a la potencia sexual (a veces de mujeres) en los grafiti se refieren a
fertilidad y buena suerte, cosa que no compartimos. Es evidente que la
protección que se buscaba con esos signos eran para alejar la mala suerte, lo
que debe traer como consecuencia la buena suerte: virgencita, que me quede como
estoy. Si consideramos la fertilidad como resultado de la buena suerte,
entonces, sí. Aunque un curioso texto estudiado relata cómo un legionario
apelaba a tener protección y buena fortuna a cambio de su abstinencia sexual.
En su estudio “Looking at laughter: Humor, Power and
transgression in Roman…”John R.Clarke, en el capítulo 4, “Apotropaic
laughter” comenta la risa en espacios liminares. (pg.63) “La gente se extraña
de la risa forzada en los ritos de lupercalia de la antigua Roma, que
consideraban propicia para protegerse. La risa era una estrategia visual para
disipar las fuerzas malignas, lo que debe hacerse en su sentido arquitectónico”.
Era en las entradas a las
casas donde se situaban. La imagen del perro guardian en el mosaico de la
entrada aún nos hace reir, porque no podemos hoy conectar la imagen con la
realidad. Pero muchas otras imágenes tienen sentido en la actualidad. Se trata
de lugares estratégicos, de pasaje: esquinas, puentes, baños, puertas (aleros,
añadimos nosotros), los más peligrosos. Ya hemos comentado cómo hay algún
pueblo en Francia en donde las casas no tienen esquinas, son redondeadas, para
evitar que se aposten en las esquinas los diablos, como se creía. Eran las
deidades romanas las que protegían a sus pobladores en las ciudades. Se cuenta
del grave problema de una ciudad italiana en cuya puerta había una escultura de
una mosca, puesta para ahuyentar una plaga que tuvieron en el pasado, y que al
ser retirada provocó un motín popular en la Edad Media. Entiende el estudioso
que esas imágenes a la entrada que despertaban la sonrisa significaba un ámbito
de confianza para quien entraba desde los peligros de la calle al hogar
visitado, al traspasar el umbral, el limen.
LA RISA PARA DISPERSAR EL MAL DE OJO
Mosaico del museo Hatay (Antioquia) .Foto de http:vrc.princeton.edu) |
La más explícita
representación de un primer peligro liminal aparece en el mosaico a la entrada
de una casa en Antioquia del siglo II. Un ojo atacada vigorosamente un tridente,
una espada, un ave, un cangrejo, un escorpión, una serpiente y un perro, aparte
de otros pequeños bichos atacan un gran ojo, mientras un pequeño fauno toca el
pífano luciendo una larga cola, dando la espalda al ojo y mostrando un falo a
la manera que vemos hoy en el sátiro de Jaca. Parece lucir una máscara en el
cogote, donde mira el ojo. La inscripción: KAI SU (lo mismo para ti) nos lleva
al efecto espejo, desear aquello que te desean, algo como ese lema que vemos en
algún coche que previene las maldiciones que otro conductor pueda echar al suyo
y viene a decir: “Que Dios te conceda multiplicado aquello que a mi me desees”,
lo que no deja de ser un lema protector, aunque en este caso el autor indica
que sirve como advertencia a cualquier malvada persona o espíritu que pudiera
entrar en la casa.
Qué es el mal de ojo?, se
pregunta; es el arma del envidioso. Katherine Dunbabin y Matthew W.Dickie han
estudiado los antiguos textos y representaciones visuales de la Envidia,
demostrando la preocupación en la Antigua Roma con los envidiosos y las
personas que pudieran ser objeto de la envidia. En la Antigua Roma creían (como
muchos pueblos mediterráneos creen aún hoy) que alguien que envidiara tu
belleza física o tu prosperidad material pudieran fijar su ojo sobre ti y
causar daño emitiendo partículas dañinas, que al entrar en ti pudieran
enfermarte o incluso matarte. Ya contamos cómo los carros en que desfilaban
victoriosos los generales romanos ante el populacho, llevaban colgados falos
protectores.
(De este tema ya hemos
hablado y volveremos a ello, ya que creemos que esta superstición que mantuvo
su vigencia en el Renacimiento y a la que se dedicaron importantes estudios de
intelectuales, ha estado siempre en el subconsciente de las personas,
especialmente campesinos y quienes vivían en contacto con la naturaleza, y la
manera de combatirlo ha originado la multitud de figuras llamativas, obscenas,
cómicas, gesticulantes que vemos en el arte románico. Se trataba de proteger la
indudable belleza del edificio románico, el más hermoso del contorno. Y además con difuntos en su entorno.)
Espinario bien dotado de Grandsons (Suiza). Al meticuloso capador se le olvidó pasar la lija. (Foto Violaine Büchler) |
Sigamos con el libro de
Clarke:
"La risa es un remedio
seguro contra el mal de ojo. Aunque el gran número de armas y criaturas atacando el mal de ojo en nuestro
mosaico es humorístico en su exageración, para un romano la más divertido
imagen es la del enano. Doro Levi propone que el propósito de esa representación
era incitar a la risa saludable, puesto que la risa ahuyenta el mal de ojo: Apareciendo
con una apariencia divertida o con algún obsceno detalle se acentúa el efecto
apotropaia, tanto como representaciones en indecentes actitudes, haciendo
vulgares gestos o ruidos…La risa es el polo opuesto de la angustia producida por
las fuerzas oscuras del mal; donde hay risa, se dispersan las sombras y los
fantasmas.
El personaje de Malcolfo prueba bien la pervivencia de esa idea más
allá del románico.
(Este es un sentimiento
innato al ser humano. Cualquier niño que pasa miedo, intenta reírse, aunque no
le salga, y lo mismo los adultos. La risa genera seguridad y confianza. Es la
risa nerviosa, que llamamos. Pero todo lo visto arriba no es más que una
descripción de un alero románico, como en Cervatos, actitudes obscenas,
llamativas, que nos escandalizan en una iglesia y a lo que respondemos con una
sonrisa ¡cómo es posible que pongan eso aquí! Y como llevamos muchos años
diciendo, atraen la mirada, sorprenden, concentran la atención y finalmente
salta la risa, que es la manera de los humanos de ahuyentar el miedo y el mal.
El espectador, e incluso el clérigo, ven que esas figuras activan la seguridad
de estar protegidos contra el mal y resultan útiles protectores. No hay más que
recordar, entre otros muchos, los capiteles del interior (no fuera, sino
dentro, junto al altar) de Villanueva de la Nía, que hemos tratado aquí, donde
acompañando a la exhibición sexual exagerada del hombre y la mujer del capitel,
aparece en el centro un personaje revestido de capa, probablemente un
sacerdote, que levanta ambas manos mostrando sus palmas, en otro claro gesto de
protección contra el mal, reforzado en la ventana con el caganer. Otro tanto
ocurre con la iglesia suiza de Grandsons que también hemos visto, donde todos
los personajes que entornan el capitel están realizando gestos apotropaicos,
uno de ellos, el famoso espinario tan divertido, al que se le ha borrado el
falo y que parece desafiar el “grano” de la foto para descubrirlo.
Otro de los personajes de Grandsons (Suiza) hace los cuernos con una mano mientras que con la otra muestra el sexo, ambos gestos apotropaicos (foto Violaine Büchler) |
Volvamos a Clarke y al
mosaico:
Levi usa la palabra
griega atopía –inapropiado- para explicar la razón del risible sátiro del
mosaico: lo es por su figura y por su acción. Se aleja del standard de belleza
romana y ataca al ojo con su gran falo y su joroba (que no veo). La risa parece
haber sido el arma esencial contra el mal de Ojo. El libro relata que bajo el
mosaico actual encontraron los arqueólogos otro sin la imagen del mal de ojo,
pero con una imagen humana de un giboso con un prominente falo. Y sobre él, el
mismo aviso actual: KAI SU (LO MISMO PARA TI). Simplemente habían encontrado un
nuevo instrumento más eficaz.
El sentido educado que
hoy tratamos de inculcar de no reírse de los defectos físicos del prójimo, no
se seguía tanto en Roma. Incluso había un mercado de esclavos con defectos, una
especie de baratillo, el fórum morionum. Más tarde pasaron a ser apreciados
como mascotas y ser objeto de atención. (Seguramente poner un giboso en tu vida
pudiera acarrear buena suerte, o un cojo con pata de palo como vemos en algunas
imágenes del románico. Ya hemos dicho que éstos eran especialmente buscados
para ayudar a cazar: ahuyentaban la mala suerte, mediante la risa que ellos
despertaban).
Halconero cojo de Jaca |
En Jaca y en Lescar (mosaico) hay dos claros ejemplos.
APOTROPAIA PARA MIRADORES DE DEMONIOS
Las imágenes que
estudiamos, podemos deducir que pretendían sorprender, divertir, repeler y
distraer a dos destinatarios: los humanos y los demonios. (Aquí el autor
utiliza el magnífico estudio de una vieja conocida que subimos al foro de AdR:
Ruth Mellinkoff, de cuyo trabajo nos informó el Dr.García Avilés.).
Ruth Mellinkoff dio el
paso que algunos pueden criticar en esta propuesta que hacemos para vincular
imaginería románica con imaginería romana. Porque la californiana hizo un
completo estudio de los marginalia de los libros medievales, precisamente
posteriores al románico. Si admitimos el valor apotropaico que significan
mosaicos y esculturas de la Roma clásica, y el mismo valor lo encontramos
siguiendo a Ruth en los libros miniados, parece evidente que en el románico no
se ha perdido esa creencia en la capacidad de las imágenes para protegerse del
mal. Pero algún reticente me acosará: ¿Cuál es lo apotropaico: la figura
obscena o la risa que despierta la figura obscena? Pienso que ambas. Para la
persona normal y sana, la sorpresa despierta la risa, la curiosidad, pero al
tiempo el hombre (y la mujer) medieval conoce la finalidad, y sabe que con esos
elementos (pararrayos) se activa la protección, porque la persona aojadora,
malsana (a veces sin saberlo) también se va a ver atraída por esas imágenes
desconcertantes, concentrará en ellas esa peligrosa primera mirada y quedará
desactivada la maldad del fascinum.
La obra de Mellinkoff “Averting demons” lo explica claramente.
Muchas imágenes que aparecen, a veces diminutas, rodeando escenas sagradas o
iniciales de un texto, o rodeando una escena o un relato, no hay más que ver lo
“impropio” de su presencia para deducir el sentido apotropaico. Este afán de
evitar (atrayendo) el mal de ojo, incluso de los diablos o seres malignos dibujados en los
libros a los que se les han borrado los ojos, caso del Beato de Silos, en
libros que no han salido del ámbito eclesiástico, ha sido estudiado por Camille
(Erasure). También las insignias que portaban los peregrinos con imágenes
obscenas tenían la misma finalidad apotropaica, como explicamos arriba.
Dice Clarke: la creencia
de que los demonios estaban por todas partes era algo que el mundo medieval
compartió con los antiguos romanos. Para protegerse individualmente usaban
amuletos y sobre todo, evitaban la mirada de quien sospecharan portara el mal
de ojo. Un monje medieval afirmaba que si se lanzaba una aguja desde el cielo,
seguro que pinchaba más de un diablo en su caida.
EL PHALUS FASCINUM
Como hemos contado, el
falo era un poderoso apotropaion, tal como aparece en otro mosaico estudiado
por Clarke en la entrada de una casa en Ostia. El estudioso analiza el origen
del fascinum (ya lo hizo Yarza en un famoso artículo), órgano sexual masculino
que pudiera distraer, confundir, atraer o repeler un demonio. En nuestra
opinión, en estos casos no era signo de fertilidad, como muchos pretenden, sino
de vida. El falo siempre aparece erecto, muy propio de alguien vivo y nunca de
un difunto. Se suele confundir esas imágenes con la fertilidad pero como ocurre
con la sheela-na-gig no tienen más función que sorprender y atrapar la mirada.
También se pretende que
el ladrillo con un sexo masculino y la leyenda HIC HABITAT FELICITAS procede de
una casa de lenocinio pompeyana, cuando el lugar concreto de su hallazgo fue la
puerta de una panadería. Con esa ostentación de bienestar, se pretendía
ahuyentar los malos espíritus. En la pag.74 del libro de Clarke aparece un
dibujo de la posición exacta del la terracota sobre la puerta de la panadería.
copia del ladrillo de la panaderia pompeyana (wiki) |
Clarke repasa los
elementos utilizados como apotropaicos, por ejemplo, haciendo ruido (también
hemos estudiado las bullas romanas) o poniendo cascabeles en elementos sexuales
(tintinábulos). Aún tengo en mi ventana (cerrada en invierno, que no toca
diablos) una campanilla de la que cuelga una oración sintoísta para que suene
con la brisa y no entren los diablos en mi casa. Regalo de Japón. La
combinación de falo con campanillas demuestra la eficacia de la doble
protección.
Una inscripción que
apareció en una placa bajo un espectacular falo erecto encajado en un muro pompeyano
dice HANC EGO CACAVI ha dado lugar a controversias equívocas. Sospecho que el
texto fue colocado con posterioridad a la escultura.
Es curioso que muchos
elementos apotropaicos pompeyanos aparezcan en la calle de la Abundancia, estado
que despierta mucha envidia.
Resulta interesante el
apartado dedicado por Clarke al estudio de los pigmeos y etíopes (digamos,
enanos y negros, con perdón) con elementos apotropaicos, especialmente en baños
públicos que eran usados por los ciudadanos y en los que actuaban ambos grupos sociales.
Aparecen en pinturas funerarias, muy frecuentemente en erección y “eran
intrínsecamente apotropaicos y funcionaban para alejar a los demonios de las
tumbas”. Cita un mosaico de un baño en Ostia Antica del siglo II con
escena sexual de dos pigmeos. El uso de estas imágenes y de otras escatológicas
cerca o en las letrinas, hace preguntarse al autor por la necesidad de
protección en ese lugar y momento, que ya hemos comentado al enfrentarnos a la
lectura de la fachada de San Quirce con el “homo cacans”. “Los romanos consideraban
prudente evocar al menos una deidad, la diosa Fortuna, mientras vaciaban la
vejiga o los intestinos. Y ahora ya cita el famoso fresco que hemos mostrado en
la entrada dedicada al homo cacans de fecha 11 de Julio pasado (San Quirce.2ª
parte), que advierte e intenta proteger al cliente vulnerable en ese momento:
Cacatur vade malum.
Un inocente delfín a la entrada de la pescadería pompeyana ya previene a los envidiosos que se alejen (del blog http://iviaggidiraffaella.blogspot.com) |
Que la exhibición del
sexo significa un potente apotropaia lo vemos en un refrán catalán que recoge
Starr Goode en su estudio sobre la sheela-na-gig: “La mar es posa bona, si veu el
cony de una dona” que no necesita traducción y es receta sencilla para
calmar tempestades. Los mascarones de barcos con sirenas tienen mucho que ver
con ese sentimiento. Y lo relatado por el antropólogo Fernando Alonso, que ya
hemos traído aquí, respecto a la forma de alejar los malos vientos por las
mujeres de los pescadores desde el Monte Santa Tecla para que pudieran volver a
vela sus maridos, levantando sus faldas y mostrando el culo al maligno viento,
o salvar la jornada en la mar, en peligro por no entrar la pesca, haciendo que
el grumete se bajara los pantalones y mostrara el culo a la bruja que
supuestamente obstruía la bodega, son muestra del podería de mostrar el sexo. El
trasero femenino es uno de los activos apotropaicos más potentes, como invocó
Federico Fellini con la sua “cara”.
Gurevich cuenta un caso que creo ha sido
mal interpretado por los investigadores: “Un noble italiano del siglo XII,
Alberico da Romano, irritado por haber perdido su halcón favorito mientras
cazaba, bajó sus pantalones y mostró el trasero a Dios en señal de protesta”. A
nuestro entender, no era Dios el culpable del infortunio sino un
diablo que habitaba en el bosque, por lo que el noble hizo el gesto apotropaico
al diablo. Si hubiera hecho el otro gesto blasfemo, seguramente no nos lo
contarían.
Las mujeres muestran el culo al enemigo en un intento desesperado de repelerles.(Koninklijke Bibliotheek. La Haya) |
Algo similar vimos en un
famoso lienzo del siglo XV de la guerra de medos y persas en la Bible
Historiale de la Koninklijke Bibliotheek de la Haya, en el que se atribuye en
la ficha el gesto de unas nobles damas mostrando el trasero (púdicamente
ocultan el rostro) mientras a su espalda luchas medos y persas, como un gesto
de ofensa al rey medo Astiages y sus hombres por cobardía, cuando realmente es
un gesto apotropaico para ayudar a ahuyentar la invasión enemiga a la que no
pueden resistir sus maridos.
Los gestos apotropaicos nunca van contra Dios,
todo lo contrario, su destinatario es el diablo o el mal. Cuando ese gesto se
ha hecho contra un sacerdote, y además por mujeres, como cuenta Jones, Dios las
ha castigado llenándolas de úlceras (pag.282). Un caso excepcional fue el bravo
gesto de Calpurnia que hemos relatado en este blog, dirigido a un juez y sus
colegas abogados. Fue la respuesta a una conducta machista. Pero ya hemos
hablado que el mooning se usaba hasta en las previas a las batallas y
probablemente forma parte del repertorio de la haka neozelandesa cuando no hay
fotógrafos.
Canecillo de Loupiac (Gironde)(http://www.amolenuvolette.it) |
EL PAPIRO EROTICO DE TURIN
Intentamos terminar
viendo el papiro de Turín, al que mencionamos en este blog el 3-6-2018 bajo el
título “El sexo protector: es bueno si es obsceno” citando un trabajo de
Michael Newcity “The invention of obscenity”.
El uso de los motivos
obscenos con utilidad apotropaica que venimos manteniendo, se materializa
claramente en el papiro de Turín. Contemplamos un dibujo sorprendente, con
figuras y posturas sexuales cómicas, en las que, además, es el varón (se dice
que es siempre el mismo) quien aparece como una caricatura, calvo, ridículo, mientras las damas
figuran sin deformidades. La impresión, como ocurre con los canes obscenos, es
de sorpresa y gracia. Puede que haya, como le pasó a Champollion, personas que
se sientan ofendidas pero es porque piensan en los demás y no en su propia
reacción: reírse.
Detalle de la parte obscena del papiro versionada, ya que el original está muy destruido.(Del bloganavazquezhoys.com) |
Venimos manteniendo que,
al igual que los canes, sorprende y atrae la mirada potencialmente aojadora y
provoca la risa a los “sanos”.
Pero es que además, en la primera parte del
papiro –siempre se enseña el “gozoso” pero tiene una parte primera- diversos animales hacen gestos y posturas
humanas que provocan risa- exactamente
igual que los canecillos que acompañan a veces a los exhibicionistas y
sexuados: animales en posturas y gestos llamativos: leones que ríen, asnos
arpistas, monos leyendo, animales músicos,etc.
Otro papiro egipcio con escenas de animales actuando como humanos, tal como vemos en los canes románicos. Procede del British Museum(tomado del bloganavazquezhoys.com) |
De la variada información
que aparece sobre el famoso papiro, Ana Mª-Vázquez Hoys tiene un amplio
repertorio de referencias. Ninguna se refiere a su valor apotropaico,
seguramente porque –sorprendidos- se centran en las imágenes obscenas y no en
la risa que provocan.. Es de suponer que su utilidad iba más allá de la sátira, sino,
al igual que los canes, con sentido apotropaico para el poseedor.
Otro dato significativo son
las invocaciones escritas en torno a los dibujos. No nos vamos a recrear en las
escenas, que no es sitio y se pueden ver en mil lugares, pero parece que nadie
pasa de describirlas como escenas de lupanar (de entrada, casi siempre se
cataloga a las damas de “prostitutas”, sin letrero que lo atestigüe) aunque las
invocaciones solicitando protección a lograr o mantener el amor de una mujer se
asemejan mucho a los “amarres” que han perdurado hasta nuestros tiempos. Si
aplicamos a este papiro los criterios que hemos propuesto de atraer,
sorprender, unido a las invocaciones escritas y la risa que produce su carácter
caricaturesco (y además feminista, ya que los ridículos y risibles son los
varones) podemos verlo una utilidad apotropaica, que sería la que tenía y no la
de conservar el playboy de Deir-el Medina.
El blog de Ana Mª.Vázquez
Hoys muestra varios enlaces de interés.
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