OTRAS PORTADAS JURADERAS SEGOVIANAS

LA VIRGEN DE LA PEÑA EN SEPULVEDA

Proponíamos en la última entrada que al ser iglesia juradera documentada la de San Vicente de Avila, no sólo el cenotafio sino parte del programa iconográfico del templo lo fuera con esa función. Concretamente desde la puerta con Daniel y Cristo en el parteluz, algunos capiteles del interior con escenas relativas a esas ceremonias, el furado con el Pantocrator e incluso el capitel de “salida” de los juramentos en la portada Sur, con dos personajes sentados (¿jueces?, ¿ testigos?, ¿cojuradores?) parecen inducir a esa idea.

La utilización de las portadas, especialmente aquellas que muestran un Juicio Final, un San Miguel psicopompo, u otros elementos escatológicos, podrían hacernos concebirlas como lugares de juicio popular; con más motivo, si como vemos en algunas, aparecen personajes sedentes, expectantes, mujeres llorosas, etc. más propias de un juicio “terrenal” o particular antes que Final. Ahora mismo estamos considerando que en la Puerta Speciosa de Leyre, donde el parteluz alberga un grupo de lo que parecen mujeres con las manos (perdidas) en la cabeza, alude a posibles juicios ordálicos ante ella. En capiteles cercanos, de nuevo mujeres que se mesan los cabellos, éstas ya del modelo que vemos en Sos y otros lugares.


Parteluz de la portada de Leire (Navarra) mostrando mujeres mesándose los cabellos


        Portada de Leire donde se distingue claramente la escultura de las arquivoltas, del resto de las del frontal

 Las arquivoltas de Leyre son decididamente paganas (diríamos que apotropaicas) sin una sola figura
cristiana, “corregida” luego con un programa cristiano todo alrededor, donde aparece claramente San Miguel. ¿Juicio Final?  Sí, pero como reflejo del juicio “actual” que se dirime en su portada. El interior está dominado por la austeridad. ¿Qué las mujeres de esa portada representan a condenadas en el Juicio Final? Pues todo depende si lo esculpido es alusión a lo vivido en la puerta o una “advertencia” de su futuro. El maestro Esteban o su “marca” lo llevaron a la cripta de Sos y probablemente a la catedral de Pamplona. Lo veremos más tarde.


                    Capitel de la izquierda a la entrada de Leire con nuevas mujeres dolorosas iguales a las de Sos

La idea que sugerimos es que algunas portadas en las que se desarrolla todo un ciclo del Juicio Final, con el Cristo Juez, condenados y justos, resucitados, etc. que entendemos como mensaje escatológico a los fieles para que reconduzcan sus vidas, pudieran también haber servido de “telón de fondo” a verdaderos juicios civiles en los que participara la sociedad del entorno. Esos juicios están documentados en las portadas góticas francesas.  Lo hemos comentado ya el 24.7.17 en “Las portadas como reflejo…”donde hemos manejado el libro “Images de la justice” de Robert Jacob en este sentido. Las conclusiones figuran en la  3ª parte del tema "Espectáculo judicial en Estella”. Tal es el caso de la portada de la parroquial de Agüero (Huesca) que ya comentamos en su día.

Hay un interesante juego entre las portadas de Agüero, ya que en la parroquial figura un tímpano que parecería destinado a Santiago, puesto que el Pantocrator con el Cristo en Majestad encaja muy bien con el resto de iconografía “judicial” (peones en lucha, jueces sujetando la toga, etc) presente en Santiago. Sin embargo, una vez que se cambió el proyecto y se figuró juradera la parroquial con ese bello tímpano, se le hizo apoyar en dos capiteles que representan de nuevo a Daniel (aquí con báculo, quizás distintivo de juez) y el pendant a Alejandro, temas favoritos del maestro escultor. El tímpano que finalmente se puso en Santiago con la Epifanía, sería un bello “apaño” ante el cambio de proyecto, pero que no encaja con lo esculpido en derredor.

Pantocrator de la parroquial de Agüero (San Salvador) que parece ideado para Santiago


Nos hemos desviado a Aragón en esa justificación de los juicios en portadas y debemos volver al objetivo en busca de lugares de juramento que nos lleva a otro enclave, ahora de la Comunidad de Villa y Tierra en Sepúlveda, provincia de Segovia.

La EdR enfatiza la abundancia de iglesias en esta villa en el siglo XIII, nada menos que quince y que sólo puede ser entendido si se cuentan otros pueblos cercanos. Ya hicimos en las entradas tituladas “Escenas sexuales en el entorno de Sepúlveda” una propuesta de cómo en un radio de menos de 40 kms.alrededor aparece en cinco iglesias una temática sexual que puede asociarse con los Fueros tan específicos de que gozaron sus pobladores.

Nuestra Señora de la Peña

Nuestra Señora de la Peña comparte con El Salvador, que ocupa otra de las crestas del casco urbano sepulvedano, un amplio repertorio de figuras apotropaicas en los aleros de sus muros que, en algunos casos, se diferencian de los clásicos.


Canecillo-metopa de El Salvador de Sepúlveda

Canecillo con elemento cristiano en El Salvador







Pero estamos a juicios de Dios y no a diablerías, por lo que debemos callejear arriba hacia la Peña. La subida a la iglesia es algo fatigosa, hasta el punto que algún paciente vecino ha debido “azulejar” una indicación para que no confundan su casa con el templo, que aún queda lejos.

Curiosa señal con flecha a la que no hacen caso los turistas y
que ha necesitado el aviso del paciente dueño  de la casa

Así que vamos a hacer una propuesta que enlaza con la intención judicial. Porque la portada de Nª.Sra.de la Peña, tiene –al igual que el Pantocrator del cenotafio abulense- un tímpano con Maiestas y Tetramorfos,  que descansa sobre un relieve con crismón bastante poblado. Y precisamente con un San Miguel y su balanza y otro San Miguel alanceando al diablo. ¿Juicio Final? ¿Y que tal juicio actual frente al aviso del Juicio Final?


Portada de la Virgen de la Peña con Tetramorfos sobre el dintel con el doble San Miguel y crismón


Hay otra coincidencia con la parafernalia judicial que hemos visto en San Vicente de Avila: la existencia de un capitel con Daniel en el foso de los leones, elemento que en muchas ocasiones hemos visto que aparece relacionado con juicios de Dios (recientemente en Echano). Olañeta lo sitúa en la Virgen de la Peña en el arco presbiterial y al igual que la ficha de la EdR que firma Rodríguez Montañés, lo data a mediados  del siglo XII. Lo vemos por amabilidad de Javier Soto de la web biodiversidadvirtual.org.

Daniel entre los leones en la Virgen de la Peña

La Enciclopedia, tras describir el tímpano en base a los más recientes estudios de la Dra. Poza, que era quien nos instruía sobre su significado en el Curso, señala la relación propuesta por la misma con templos de las Cinco Villas aragonesas.  Centrándonos en los capiteles, que son los que nos sirven de base para la lectura “judicial”  “representan el combate de dos parejas de púgiles ataviados con cotas de malla y dos arpías afrontadas de cuerpo reptiliforme volviendo sus cabezas enredadas en tallos”, dice Rodriguez Montañés.






Detalle del desafío de Virgen de la Peña.
El de la izquierda parece empuñar un látigo?

  
Capitel con el doble combate en Virgen de la Peña











Situación del capitel junto al tímpano
Existen varios personajes con cota de malla en combate en esa fachada, pero ninguno está en la postura de este capitel de la entrada, en el que nadie porta ni siquiera bastón. La ordalía se resolvería a golpes o a latigazos,  ya que uno parece empuñar algo que se adapta al brazo del rival, quizás un látigo. Lo que parece evidente es que se trata de humanos y no diablos, como se ha querido suponer al compararlo con la pila de Robladillo de Ucieza (Palencia), que estudiamos en su día. Cierto que el primero por la izquierda tiene unas muescas extrañas en la boca, pero creemos que se ha querido esculpir la celada y la protección de la boca. Se tratará de “campeones” que están ejecutando un combate judicial para que el juicio de Dios decida la inocencia del acusado, varón o hembra. La vista de un capitel con una escena similar en la portada de la iglesia de La Higuera, que luego veremos, nos ayuda a proponer que se están desafiando tirándose de la barba, en una escena incruenta. Son significativos dos personajes sedentes que recogen su túnica a ambos lados de los músicos que tocan el organistrum, aunque no tienen por qué ser testigos o jueces. Como también en el interior hay un combate de guerreros a caballo, que no pretendemos relacionar con ordalías, pero marca el ambiente, nos permite hacer esa lectura de juicio de Dios que parece desprenderse de su iconografía, con la presencia de Daniel y el Pantocrator en la portada.

Capitel de riepto o desafío en La Higuera
(foto Quique Segura)

La otra cara muestra dos personajes con gorros
(foto Quique Segura)









También en la portada de La Higuera, a 10 km.de Segovia, encontramos un nuevo combate, por el que podemos determinar la misma escena que hemos visto en La Virgen de la Peña: dos “campeones” vestidos de cota de malla y sin armas, se tiran de las barbas, que era la manera de desafío en los rieptos. A un lado dos personajes, que pueden ser mujeres, aunque no descartamos que sean jueces por la especie de barretina sobre sus cabezas juntan sus manos sobre el pecho. 

Capitel de La Higuera con el castigo al perjuro. Parece diablesa el de la derecha (foto Quique Segura)


                                                                        Y tomamos de la EdR, firmado por CAM
Lateral con el diablo haciendo que la serpiente muerda
en la boca del perjuro, igual que en Turégano

"En el otro capitel dos demonios apresan a un hombre en la esquina de la cesta, uno de ellos le tiene cogida la cabeza y el cuerpo con sus brazos y una de sus piernas, mientras que otro le golpea el vientre con sus garras. Asimismo una serpiente rodea las piernas del hombre y le muerde las barbas. Un capitel de iconografía y factura similar se repite en la portada de la iglesia de Torreiglesias aunque aquí los rasgos demoníacos se suavizan ligeramente. El programa iconográfico que se representa en los capiteles tendría una posible interpretación conjunta que nos ofrece la profesora Ruiz Montejo: los hombres en actitud de lucha se están desafiando tirándose de las barbas, discutiendo, y serían una personificación del vicio de la discordia. La presencia de las mujeres contribuye a dar un aspecto más real a la escena. Este vicio arrastra al hombre hacia el pecado y hace caer al hombre en las garras del demonio, hecho representado en el otro capitel de la portada”.

 
Este modelo del castigo al perjuro en La Higuera se repite en varias
iglesias segovianas


Dentro de la propuesta que seguimos, aunque en La Higuera no hay tímpano ni Daniel y el relato está reducido a su mínima expresión, podemos considerar la alternativa de que no se muestre el manido pecado de la ira o la discordia, muy moralizante pero poco adaptado a la vida real, en la que la ordalía popular conducía a esa liturgia de combate inocuo por el honor de un acusado o acusada, que pudieran figurar en la otra cara del capitel, salvo que fueran jueces; en cualquier caso, relacionado con esos combatientes. No parece haber hecho reflexionar a quienes proponen que se efigia el vicio de la discordia, que para eso no hace falta “vestirse de guerreros”, como los vemos, pero sí era preciso para las ordalías en que se combatía con espadas y mazas de madera. “Vestirse para la ocasión” parece más adecuado para un teatral juicio de Dios que no para reñir con el vecino. La condena del perjurio era vital, porque del falso testimonio se podía derivar la muerte de un inocente.

El otro capitel de los diablos muestra para nosotros la advertencia a quienes levantan falsos testimonios y perjuran, pues el castigado es mordido en la garganta por una serpiente, mientras es pisoteado y arañado por unos agresivos diablos. Mucho más cómodo es no relacionarlo con un juicio que muestra el otro capitel, como decimos, y solventarlo con el recurso a la blasfemia. Veremos luego que el mismo tema es recurrido en otros templos donde pudiera haberse jurado, como ante el Pantocrator de Turégano, con los mismos diablos acosando. El castigo a los perjuros con arrancarles la lengua, hemos ido viendo que no es una iconografía aislada, sino que tiene que ver con escenas de ordalías o juicios de Dios, desde Francia (Bois Sainte-Marie en Borgoña) a Compostela.

Podríamos seguir buscando testimonios de cómo la temática judicial se encuentra por toda la provincia segoviana, que como nos dicen los maestros, tiene mucha influencia aragonesa, donde localizamos frecuentes tomas de juicio. Que la lectura habitual sea relacionarla con el Juicio Final, creemos que no empaña que también sirviera de escenario de juicios más mundanos. Y para ello nada mejor que cerrar el ciclo con la iglesia de Santiago de Turégano, cuyo estudio nos obliga a abrir capítulo nuevo con lo que nos informa la EdR y el valioso estudio del Dr.  Castiñeiras. Enseguida.

 

 
Para no dejarnos nada, mostramos Torreiglesias (de Olañeta)

 

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