LAS ABEJAS VUELAN DE FRÓMISTA A BORGOÑA
En nuestra última entrada de
15-AGO-21 titulada NUEVAS APORTACIONES SOBRE LOS CAPITELES DE SAN MARTIN DE FROMISTA, hemos relacionado la alusión directa de la iconografía de la nave de Frómista
(capitel 8 de la clasificación de García Guinea) con los equivalentes que
aparecen en Cluny y Vezelay; para algunos, alusivos a los vientos y para
nosotros, a las abejas, (ver el enlace al articulo de Banchereau) cuando
entendemos que en todos ellos se están haciendo labores de apicultura, como
dijimos en Enero y Febrero de 2019 y especialmente en 27-feb-2019 EXULTET (4ªparte y final). El mismo Porter en una primera opinión lo señaló como trabajo
de apicultura, aunque luego se adhirió a la corriente que los consideraba parte
de los ríos del Paraíso.
Los eruditos se basaban tan sólo en
la identificación de las figuras de los capiteles, pero nosotros creemos haber
encontrado la relación de esas imágenes con un texto, el Exultet, (ver dos entradas de 13-mar-17 y otra de 14-mar-17) y por tanto,
se trataría de escenas de apicultura y además, justificaría la inclusión del
capitel de la Adoración de los Magos, la Epifanía, el 18 en la numeración de
G.Guinea.
Plano de G.Guinea con los capiteles identificados |
Ese complicado capitel 8 de Frómista (el siguiente al 18 de los Magos) muestra, como hemos dicho, unos personajes simétricos, abrazados y agachados con ramajes sobre la espalda y que consideramos tratan de imitar las alas de las abejas, lo mismo que otros personajes parecidos pero no iguales sobre ellos, llevan peinados distintos y van desnudos con una corta capa y en una escala superior parecen alimentar a una dama que pensamos pueda significar la reina de la colmena. Los agachados (las obreras) abren y señalan las celdillas donde se fabrica la cera y la miel mientras los superiores –eones o seres puros para nuestro entender- alimentan a la reina en cada una de las caras del capitel. Reproduce fielmente la labor de las abejas en el panal, aunque el comitente en lugar de figurar las abejas hace aparecer humanos, lo que entendemos una alusión a la labor de los monjes en la comunidad monástica, al fin como una vida de oración, trabajo y pureza como se describe a las abejas en el canto del Exultet.
Como hemos dicho, ese modelo no triunfó y unido al ostracismo en el que el monasterio de San Martín se vió sumido en los años siguientes, “congeló” el programa iconográfico alusivo al Exultet y la condena de la violencia legal y la venganza (Orestiada), que eran los dos motivos que impulsaron su iconografía, como luego veremos. No es casualidad que el único capitel figurado de esa parte izquierda (vista desde el altar) después de lo que se denomina Caída y Expulsión (que hemos propuesto ilustra el texto del Exultet) sea la Adoración de los Magos, una Epifanía en la que precisamente los Magos se humillan ante Cristo en brazos de su Madre (alusión a su maternidad virginal en el Exultet) en postura imitando a la de las abejas comunitarias.(Capitel 18 de la clasificación de García Guinea). Podemos completar la propuesta de una circulación litúrgica en esa nave en la Pascua de Resurrección en la ceremonia del Exultet, mientras se cantaba siguiendo el orden de los capiteles.
No podemos extendernos en el abanico de posibilidades
que la lectura de la actividad de esos humanos-abejas que se esculpieron en
Frómista (y luego en Cluny y Vezelay con apicultores activos) puedan tener, pues existen
lecturas que entienden que esa actividad “de colmena” puede aludir no sólo al
ámbito monástico, sino también al conjunto de los fieles: la vida del cristiano
debe llevarle a cooperar con sus semejantes para que toda la “colmena” funcione
al unísono conduciendo a un fin común.
Frómista.Detalle del lujoso vestido de la comitente y la mano apuntando del rey a la derecha |
En un artículo muy completo de Ana Mª.Vazquez Hoys profesora de la Uned, descargable de internet “La miel, alimento de la eternidad” se hable de su relación con la medicina, los muertos y los cultos y su figuración ya en cuevas prehistóricas de Levante. El Exodo describe la tierra prometida como lugar que mana leche y miel. Para el tema que nos ocupa, es la diosa Artemisa y su famosa colección de pechos (que realmente aluden a los testículos de los toros que se le sacrificaban) y que vestía una falda con abejas esculpidas en sus laterales. “Abejas o personas disfrazadas de abejas se ven en algun sello micénico”, afirma. (Placas del cinturón de Rodas). Lo mismo ocurre con Astarté. En el cristianismo primitivo se daba a los bautizandos mezcla de lecha y miel y de ahí los símbolos en el batisterio de Kelibia, en Túnez. Para algunos autores, la abeja, de la que nace la cera que da origen al cirio pascual, sería a la vez la imagen de la Virgen, como el cirio es la imagen de Cristo que ilumina a los hombres y la imagen del justo que nace a la Iglesia por el bautismo. Esto nos conduce a que el nacimiento de Cristo sea motivo de una Epifanía, igual que las sacerdotisas de la diosa-abeja hacen gestos de alabanza y sumisión en monedas e imágenes cretenses.
Anillo minoico con epifanía de la diosa Astarté (wikipedia) |
En San Martín de Frómista se puede
establecer un recorrido litúrgico a lo largo de la nave central recitando el
Exultet desde el crucero, invocando la Caída y la aparición bendita de Cristo
Redentor, “gracias” a ese Pecado Original, como ya hemos analizado desde 2017
en este blog. El texto del Exultet se extiende largamente sobre las virtuosas
abejas que conciben sin pecado, como ocurre con la Madre de Cristo, quien
justamente presenta a los Magos en la Epifanía en el siguiente capitel del
recorrido.
Se puede leer el texto del exultet en
https://bigsplash.wordpress.com/2016/03/26/exultet-o-pregon-pascual/
y más concreta alusión a las abejas en
https://romanicodigital.blogspot.com/2019/02/exultet-el-origen-cluny-4-parte-y-final.html
Si buscamos una referencia más culta,
tenemos un texto “El mito de la diosa: Evolución de una imagen” de Anne Baring
y Jules Cashford (Siruela) en cuya pag.146 titula “La diosa abeja” la presenta
como diosa de la regeneración. Las sacerdotisas de Deméter eran llamadas
Melisas. Se menciona el origen de las abejas a partir del cadáver de un toro
aunque en algunos estudios puede ser un buey o un león (de ahí vendría la
leyenda de la miel que Sansón toma de la boca del cadáver de un cachorro de
león). En todo caso es alimento divino.
El libro citado estudia un anillo encontrado
en una tumba cretense: “Aquí a la diosa abeja –la figura central que desciende
a la tierra entre serpientes y lirios- le están rindiendo culto sus
sacerdotisas, quienes, de modo característico, adquieren la misma forma que
ella, levantando todas sus manos en el
gesto típico de la epifanía”. Si vemos nuestro capitel, las abejas superiores
(las inferiores serían obreras, con las alas como ramajes) con capa y que
alimentan a la diosa madre (la Virgen) levantan sus manos en señal de epifanía.
Justamente el capitel inmediato muestra la Epifanía por antonomasia del
cristianismo, en la que los reyes poderosos hacen ofrendas al Hijo nacido de
una Virgen. Terminamos la cita: “Este intenso drama de epifanía sugiere que,
además de estas connotaciones, el zumbido de la abeja era considerada la “voz”
de la diosa, el “sonido” de la creación. Virgilio, por poner un ejemplo, al
describir el ruido de aullidos y golpes que se producía para atraer las abejas,
dice: “Hacen entrechocar los címbalos de la gran madre”. Las tumbas de Micenas
tenían forma de colmenas…
Artemisa de Efeso de wiki (foto Bicksprt)A los lados de la falda, las abejas |
También Walter Deonna, uno de nuestros investigadores preferidos, escribió en la Revista Belga de Arqueología e Historia del Arte XXV. 1956 un artículo titulado “L’abeille et le Roi” donde estudia el uso de ese símbolo real desde los merovingios hasta Napoleón. “los antiguos creían que las abejas nacen espontáneamente del cadáver de un animal, en general el buey o el toro, también el león o el caballo, pero son en realidad los Eristales (eristalis tenax) cuyas larvas se desarrollan en efecto en las carroñas.
diosas abejas de Rodas (wikipedia) |
Mucha y más completa información encontramos en las actas del congreso de recolectores “Beekeeping in the Mediterranean from Antiquity to the present” editado en 2017 en donde se incluye un trabajo de la arqueóloga Sophia Germanidou (pg.97): “A mediados de la era bizantina la más valiosa fuente pictórica sobre apicultura, aunque influida por fuentes occidentales, es el grupo de los rollos del Exultet, creados en monasterios al sur de Roma. Deben su nombre a la palabra inicial del himno: "Exultet iam angelica turba coellorum…"cantado en Sabado Santo conforme al ritual latino. El himno incluía el rezo “Oración de las abejas” donde las abejas eran exaltadas como creadoras de la cera sagrada, la miel y sobre todo como un símbolo directo de la Virgen Maria debido a la reputada castidad física de esos insectos”. El estudio distingue tres categorías de esas representaciones, y sigue: “En el tercer grupo las abejas entrando y volando alrededor de sus colmenas son excepcionalmente pintadas acompañando la escena de la Natividad de Cristo, como símbolo de la Inmaculada Concepción y el nacimiento de Cristo de la Virgen María. Esta iconografía única en el arte medieval del periodo destaca por su atrevido carácter, destacada síntesis y sorprendente alusión. Hay pocos ejemplos de representación individual de las abejas. En la mayoría de los casos forman parte de una más amplia composición relativa a la naturaleza, donde asumen una simbólica función. En este grupo se puede incluir la intrigante y rara representación de abejas entre otros cristológicos motivos encontrados en el pavimento mosaico del batisterio de Kelibia en Túnez…La miel, por otro lado, es especialmente descrita en la Parábola del Unicornio, en la novela "Barlaam y Josafat", simbolizando la vanidad humana.”
Apicultores Del Exultet de la British Library MS 30337 |
En la web infocatolica.com aparece un
artículo del sacerdote Javier Sánchez Martínez titulado “Las abejas, el cirio
pascual (y hasta Pio XII)” que analiza la mención a las abejas en el Pregón
pascual, como venimos analizando en base al canto del Exultet y su alabanza del
cirio. En los sacramentarios gelasianos del siglo VIII se dice: “Al comenzar
admirados la fiesta de la luz, es necesario que alabemos el origen de las
abejas. Las abejas, en efecto, se abastecen de hierbas, aunque para procrear se
comportan de manera castísima; construyen sus celdas fundiendo el licor de la
cera, cuyo arte no iguala maestría humana alguna. Liban las flores con los pies, pero no causan ningún daño a las
flores. No provocan el parto, sino que, libando con la boca, convierten los
fetos concebidos en enjambres, siguiendo el ejemplo admirable de Cristo, que
procede de la boca del Padre”.
Esta mención a que liben con los pies pudiera explicar la postura de los eones o seres puros que alimentan con el néctar a la reina (la Virgen María) en el capitel que estudiamos.
En esta misma web, el autor menciona
otra alusión en los sacramentarios galicanos, vigente del V al IX y más acorde
con la zona de origen (Lombardía y sur de Francia) y que se mostraba con
ampuloso ceremonial:
“!Oh, abeja verdaderamente admirable
y dichosa¡
Cuyo sexo no lo violan los machos, /
ni golpean éstos el feto, /ni los hijos mancillan la castidad; / del mismo modo
que Santa Maria concibió siendo virgen, /parió sin dejar de ser virgen / y
permaneció siempre virgen”.
Apicultores del códice Barberini de la Biblioteca Vaticana de la web www.researchgate.net |
O una “Laus cerei” beneventana del
siglo VI (prosigue Sánchez en la web citada). Termina su trabajo el autor
señalando a autoridades tan recientes como Benedicto XVI, quien cita el Exultet
y las abejas en una homilía pascual: “…La cooperación de la comunidad viva de
los fieles en la Iglesia es algo parecido al trabajo de las abejas. Construye
la comunidad de la luz…”(homilía de Vigilia Pascual de 2012). La cita en el
título a Pio XII proviene de un encendido mensaje del Papa en un congreso de
apicultores, legible en la web.
( En el breve coloquio que aparece
bajo el artículo, se comenta la idoneidad de usar velas de cera o de otro
material, como parafina, etc. por razones higiénicas y económicas y hasta la
“modernidad” está presente cuando hay velas automáticas que encienden una led,
que probablemente encajan mal con el sentido litúrgico del canto: abejas
fabricando leds.)
Pues bien, vamos a proponer al lector
o lectura interesado en ese ensayo de programa que se materializó en Frómista
pero no se reprodujo en Cluny ni Vezelay, en donde los apicultores aparecen en
su trabajo sin hacer esa complicada e incomprendida “humanización” de las
abejas palentinas, algunos textos que sin duda aportarán pruebas de que estamos
en lo cierto.
Frómista.Detalle de las obreras en el capitel de las abejas. Sobre ellas las abejas superiores alimentan a la reina, que las sujeta |
Aunque en este tiempo transcurrido hemos visto mucho publicado en torno a esos trabajos apícolas, nos ha parecido sumamente ilustrativo y nada tendencioso un libro precioso titulado “El filósofo y la abeja” de los hermanos Pierre-Henry y François Tavoillot, que resulta una delicia leer, traducido por Patricio Barros y Antonio Bravo.
http://www.librosmaravillosos.com/elfilosofoylaabeja/index.html
De nuevo, como mantenemos, aparece
Varrón y las Geórgicas de Virgilio como origen y muy posible alusión a un texto
que pudiera manejar la comunidad cluniacense, seguido además por San Ambrosio,
quien terminó siendo patrono de los apicultores, y por San Agustín. La vida
perfecta de la colmena y su maravillosa organización inspira la del monasterio,
y la producción de miel y cera y como
resultado de una vida célibe, permiten a una reina concebir sin contacto
sexual. También Aristóteles quedó admirado de la capacidad de reproducción del
insecto como algo divino, distinto de las formas habituales, y de su
ética, alejada de excesos y modelo de equilibrio. El historiador latino Eliano
del siglo III añade otro componente elogioso: “La abeja es de una templanza
extremadamente escrupulosa y aborrece el abandono y la pereza. He aquí la
prueba: persigue y expulsa al hombre perfumado como a un enemigo que ha
cometido una ofensa oculta. También reconoce a quien acaba de tener una
relación sexual culpable y lo expulsa como a su peor enemigo…”De manera que
hasta la vida sexual privada del apicultor, si es algo irregular, puede
contaminar su cultivo.
Detalle de Frómista con la epifanía y la reina sujetando el pie de un eon. Solo visten capas |
Una larga lista de filósofos y
pensadores (Porfirio, Platón, Plotino, Dante…) nos conducen a estudiar la
visión pagana del cristianismo y la visión cristiana de la actividad melífera
en el estudio de estos amenos ponentes, para entrar en el tema que nos ocupa en
el capítulo 3: la abeja teológica.
Tras
valiosas incursiones por el texto de la
Odisea y escritos de Aristóteles y otros filósofos clásicos, se pregunta
por la abundancia de citas a la miel en el Antiguo Testamento (el maná, la
tierra prometida, Sansón, etc) pero de pronto el Nuevo Testamento deja de
usarlo, quizás entendido como una alusión pagana no deseada por los judíos.
No obstante, la patrística retoma con
gran fuerza la mención melífera desde Clemente de Alejandría, para quien la
abeja es la imagen de la transmisión de la verdad. El principal alumno de
Clemente, Orígenes escribe en su conocido “Contra Celso” que la maravilla de
hormigas y abejas son prueba del orden creado por Dios, para que los humanos
vean un ejemplo de comportamiento ofrecido por El. “En los siglos siguientes
–rematan los estudiosos franceses- esta ambivalencia la encontramos en tres
ámbitos en los que la abeja será una imagen muy solicitada: la ceremonia del
Cirio Pascual, la evocación de la pureza virginal de María y la organización de
la vida monástica”. Pues bien, esos son precisamente los tres niveles de
lectura del capitel de las abejas de San Martín de Frómista.
El apartado siguiente de “El filósofo
y la abeja” que estudiamos: “La abeja y el cirio pascual, donde vemos a la
abeja invitada a la velada de la Pascua” remata la identificación que
proponemos.
Tomamos notas: En la noche de Pascua,
“la madre de todas las santas fiestas”, según san Agustín, llega el momento de
bendecir el cirio, símbolo de la luz que Cristo lleva a los hombres. La
bendición se introduce mediante la plegaria del Exultet, llamada así por su
primera palabra: “Que exulte de alegría la multitud de ángeles en el cielo…” El
texto, del que existen varias versiones, estaba escrito no en un libro, sino en
un rollo de papel que se leía a lo largo. (lo hemos tratado en este blog en Febrero 2019). Y sigue el estudio: El diácono dejaba colgando, delante del
púlpito, el texto ya recitado, y las ilustraciones del anverso permitían a los
fieles de las primeras filas seguir, imagen por imagen, lo que se cantaba.
Podemos imaginar la escena: en la penumbra de la iglesia, solamente iluminada
por el resplandor del Cirio, los espléndidos dibujos se animaban y producían un
efecto poderosamente evocador. ¡Sin duda estamos ante los primeros dibujos
animados¡ “ concluye el inteligente estudio de los Tavoillat.
Los seres inferiores que se abrazan abren las celdillas teniendo la espalda cubierta con hojas a manera de alas.(Frómista). Los superiores alimentan a la reina |
El uso casi literal de la cuarta
Geórgica de Virgilio, a fin de cuentas un pagano, creó gran controversia entre
San Jerónimo y San Ambrosio, antes de ser arbitrada por san Agustín en el siglo
V, poniendo a la abeja como modelo de vida comunitaria.
Un poco más adelante, el libro titula
“la abeja y la Virgen. Donde vemos a la abeja probar la Inmaculada Concepción”
y comienza con una cita de San Ambrosio en su tratado de la virginidad: En
efecto, la virginidad merece ser comparada con las abejas; como ellas, es
diligente, pura, casta”.
Dos son los misterios de este apartado: La Inmaculada Concepción de la Virgen (que con frecuencia confundimos con la de Cristo) y su virginidad tras el parto. Del primero sólo es dogma desde 1854 por lo que en lo que estudiamos debe ser solo contemplado el aspecto de la virginidad, es decir, la comparación con las abejas alimentando a su reina y celebrando la epifanía se debe entender respecto a la virginidad.
San Agustín –argumenta “El filósofo y
la abeja”- hace una propuesta que
“justifica” el programa iconográfico parcial que estudiamos: la virginidad es
un estado natural y “es la sexualidad voluptuosa la anormal. En efecto, antes
del pecado original (ver los capiteles de Frómista) los humanos se reproducían
sin esta pasión nefasta que les hace a un tiempo desgraciados y …mortales.
Pues, aunque parezca mentira, son la procreación y la concupiscencia –escribe
en “Del Génesis a la letra”-, las que tras la Caída de Adán y Eva, nos alejan
de la vida eterna.”
Tras incluir el texto agustiniano.
Concluye: Así, pues, la abeja nos recuerda el tiempo de la inocencia, la edad
de oro anterior al pecado original, cuando el hombre, contemplando el bien, lo
buscaba y lo hacía por simple voluntad. Sin embargo, en lugar de esto, sometido
al reino de la concupiscencia, no hace el bien que (él quiere) y comete el mal
que no quiere (romanos, 7, 19).
Previenen con sorna los autores
contra tanto elogio melífero: “!no se trata de consagrar un culto idólatra a la
diosa abeja¡ Para evitarlo, es suficiente con hacer que tome los hábitos….”
Vista lateral del capitel de las abejas de Frómista |
No queremos dejar de aludir a un
elaborado artículo titulado “Les abeilles hérétiques et le puritanisme
millénariste medieval, de Hilario Franco Junior
https://www.cairn.info/revue-le-moyen-age-2005-1-page-71.htm
en el que se incluyen interesantes
vinculaciones de la vida de las abejas con la lucha contra las herejías
medievales, todo en el ámbito de la Reforma Gregoriana que, como decimos, los
cluniacenses aspiraban a difundir promoviendo la vida casta frente a la
degradación del clero. De nuevo subyace la vuelta al Edén, con la procreación
sin contacto físico, la aspiración milenarista de la igualdad de sexos sin
diferenciación y nos llama especialmente la atención que se mencione la
abstinencia de comer carne a lo que en algún momento entendemos pudieran aludir
las esculturas románicas de animales atacando y devorando otros animales, tan
frecuentes en los templos, incluso en los mismos que estudiamos y que, sin más
buscar, abundan en la iconografía de San Pedro de las Dueñas, por ejemplo. Así
dice estudiando el sentido erigenista que tras la valoración de la virginidad
es inmediatamente seguido por la prohibición de comer carne, seguido por el
elogio de la oración continua y la posesión de bienes en comunidad y finalmente
por la práctica del sacrificio ritual por los moribundos.” Cuando insiste en la
prohibición de comer carne algunos días por semana, los concilios de la Paz de
Dios se sitùan en la misma perspectiva de restablecimiento simbólico de la
armonía paradisiaca entre el hombre y la
naturaleza” lo que conduce a condenar la violencia contra los animales. “la imposición de la doble abstinencia,
carnal y "carnívora", recuperó simbólicamente la unidad primordial de
Adán antes de la caída, de un ser andrógino, por tanto virgen que había
convivido en armonía con los animales, sin consumir carne, hábito post-diluvio.
Si
el ideal alimenticio de la Alta Edad Media fue realmente vegetariano , quizás
la causa fue precisamente la identificación inconsciente con el ser humano
íntegro y recto, tal como había vivido en el mundo”.
En
este tema de la virginidad cluniacense destacamos un artículo de Dominique
Iogna-Prat “Continence et virginité dans la conception clunienne de l’ordre du
monde autor de l’an mil” en Persee,
accesible en internet.
Casulla con abejas del papa Benedicto XVI (de la web liturgia papal.org) |
Terminamos
con un artículo que resume la información respecto al tema, de la revista
“Espacio, Tiempo y Forma.Historia Antigua,1988, de P.Fernandez Uriel: “Algunas
anotaciones sobre la abeja y la miel en el mundo antiguo”.
En
la afanosa y melífera búsqueda de floridas informaciones, hemos topado con
algún texto sorprendente, como el que vincula la historia de José y Aseneth
(final feliz del acoso sexual a José, publicado el 9-mar-2020) con la relación de ella con la
miel y el hogar de acogida, (final de la entrada) pero debemos dejarlo para
cuando tengamos tiempo y ocasión de retomarlo.
Incluimos el 24.9.21 esta imagen tomada de la Universidad de Manchester con parte del rollo Latin MS2 (www.digitalcollections.manchester.ac.uk/view/MS-LATIN-00002/1) con una buena explicación donde extraemos el final de la membrana con imágenes de abejas y una colmena. Figuran bajo una escena del Nacimiento de Jesús en un rollo de Bari de principios del XI. Otras escenas como la crucifixión, el Descenso a los infiernos, etc. se pueden ver en esa magnífica web, haciendo correr el rollo. |
En el libro "The letters of Hildegard of Bingen. Vol.1", personaje medieval muy conocido y que ha sido objetivo de una ponencia en el curso "Las claves del Románico" a cargo de Irene González Hernando, aparece una carta de la eterna candidata a santidad, dirigida a San Bernardo, abad de Clairvaux (1146) cuando ella tiene 49 años y reflexiona sobre el misterio de la Encarnación: “ cuando el Padre, que envió al mundo con dulce fruto dentro del vientre de la Virgen, dulce fecundidad en el vientre de la Virgen, de la cual Él absorbió carne, así como la miel está rodeada por el panal”.
ResponderEliminarUna nota a pie de pagina (30) añade: La imagen del vientre de la Virgen, como un panal o colmena deriva finalmente de la idea de abejas dando a luz virginalmente. La idea es dada como total expresión de la siguiente parte de un poema del llamado Cántico Cambridge preservado en un MS del siglo XI
Nulla inter aves similis est api/ que talem tipum gerit castiratis / nisi que Christum baiulavit alvo / inviolata.
(con perdón por la mala traducción, aunque lo que nos interesa es otra autoridad medieval experta en naturaleza que vincula las abejas con la virginidad de María).
Hay un trabajo reciente (de 2020) que es nada menos que una tesis para el grado de doctor en la facultad de Chapell Hill de la Universidad de Carolina del Norte firmado por la ya doctora Erin Kate Grady titulado "O ADMIRANDUS APIUM FERVOR" ALEGORIA Y ABEJAS EN LOS ROLLOS DEL EXULTET DEL SUR DE ITALIA" que intentamos leer y que toma un nuevo punto de vista del uso de los rollos y las abejas: la potenciación de las mujeres en la vida social, toque feminista compatible con la evidente alabanza a la Virgen María, pero hasta que no lo leamos desconocemos cómo encaja en esa tesis el tema de la virginidad, que es de donde viene el papel de las abejas en la oración. Lo que sí muestra es una buena colección de imágenes y bibliografía. Comentaremos el resultado de la lectura de sus 231 páginas.
ResponderEliminarLa gran importancia que otorgamos al estudio de la Dra. Grady nos ha llevado a redactar una nueva entrada sobre su tesis, que nos aproxima al cambio de liturgia y rito en la Reforma Gregoriana.
EliminarLa innegable influencia de los monjes cluniacenses en la construcción de San Martín de Frómista y en su programa iconográfico nos lleva a leer un interesante trabajo del Dr. Senra Gabriel y Galán, quien propone un origen totalmente diferente al que proponemos ya que sitúa en 1119 la construcción de San Martín como resultado de la represión y pacificación de las revueltas de Sahagún. No parece considerar ni la falta de encaje de las fechas ni que los cluniacenses hicieran levantar un costoso templo para condenar eternamente a los rebeldes, a los que propone identificar en las esculturas. Sin embargo, el propio artículo "Rebellion, Reconciliation and a Romanesque Church in Leon-Castile" publicado en la Revista Speculum 87.2 (Abr.2012) aporta pruebas de la relación iconográfica de Cluny con Frómista, como la nota 98 en la pag.400 donde señala que las fábulas como la de la zorra y el cuervo que ilustran la nave de Frómista ya formaban parte de la biblioteca del monasterio francés.
Ilustrar un programa iconográfico en Frómista en base a una historia ocurrida en Sahagún y finalmente juzgada en Burgos, cuando el sentido de la prédica cluniacense era universal promoviendo la paz, la justicia y la concordia bajo la iglesia unificada de Roma, tiene difícil explicación, pero para eso están los eruditos.
EliminarEn alguna otra entrada hemos puesto cómo se llama el hecho de alimentar a la reina por parte de las obreras en la colmena. Pero más allá de esto, queremos señalar que la obrera que se acerca a la reina en ambos laterales de este capitel de Frómista cogiéndola por la cabeza y pasando la saliva de su boca, está recogiendo las feromonas que ha producido la reina, y que tienen un papel fundamental en la vida social de la colmena (como decimos, imagen de la comunidad monástica y humana).
Eliminar. En la web https://mieldemalaga.com/abejas/la_reina.html
se describe :
Varias de las glándulas de la reina producen una sustancia compleja que se llaman feromonas de la reina. Se distribuye por toda la colonia por medio de las obreras que cuidan a la reina.
Las feromonas de la reina es una combinación de sustancias químicas complejas que sirven para controlar el comportamiento de otros individuos de la misma especie. La sustancia producida por la reina y los otros individuos de la colonia sirve para armonizar el comportamiento de la colonia. Más detallado en el artículo de internet
"Las Feromonas De La Colmena ¿la inteligencia química?"
Parece evidente que los conocimientos apícolas de los monjes de Cluny les permitía mostrar esa faceta social tan importante en su mensaje.
La transmisión de feromonas entre insectos se llama TROFALAXIA.
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