EL DANIEL DE ECHANO Y SUS RELACIONES. UNA PROPUESTA JUDICIAL
En
el catálogo del episodio “Daniel en el foso de los leones” que publica y
comenta el Dr. Olañeta en su tesis doctoral, aparece una “saga” que relaciona
el Daniel de Echano con las mismas o similares imágenes en las iglesias
francesas de Sarbazan y Saint-Aubin, en donde a la representación de Daniel entre
los leones se acompañan capiteles que muestran escenas que, a nuestro entender,
pueden tener una vinculación y además una explicación de su presencia en los
tres templos. Se trataría de iglesias con la condición de "juraderas", en
las que se solventaban pleitos casi siempre de índole moral, no económica.
Espadaña de Echano. Olóriz (Navarra) |
Portada de Echano. Olóriz (Navarra) |
Nos
documentamos al efecto no sólo con lo publicado en la tesis y otros artículos
de Olañeta (“La escultura de Echano y Sarbazan…”Ppe.de Viana nº 260 de 2014descargable en internet) sino también con el estudio de la Enciclopedia (Carlos
Martínez de Alava), los artículos de Agustín Gómez (“Cojos y miserables en la
portada románica de Echano”, Ppe.de Viana 1993 y más reciente "La alteralidad demonizada.. Curso ".A propósito de Satán..."CER.Aguilar 2019) y la abundante documentación
recopilada a lo largo de muchos años por Andrés Ortega en su web “Romanico en
Navarra”, quien propone que ese templo
navarro es un ejemplar único en el mundo del románico, que muestra en su
iconografía una fiesta pagana dedicada al dios Jano. Como no compartimos esa opinión y ahora
estamos “a danieles” dejaremos para más adelante comentar sus esculturas en
aleros y arquivoltas, de los que avanzamos, en la línea que llevamos años
manteniendo, representan escenas
grotescas, satíricas y osadas, misteriosas e intrigantes, que buscan atraer la
atención y sorprender la mirada de quienes por allí pasamos –y aún tiene éxito
el sistema- para proteger al templo de la envidia y los malos sentimientos, más
aún cuando se trata de una iglesia aislada en el campo, como muchas ermitas
perdidas en los montes, que tienen al menos algún elemento obsceno como
protección.
Daniel en el foso de Echano,actuando como juez (foto Ina) |
La ausencia de imaginería religiosa, como apunta Ortega, no deja de mostrar, por el contrario, algunas escenas relacionadas con la función de Daniel como juez, razón por la que los capiteles historiados de la entrada muestran personajes nobles, autoridades que acuden a un juicio u ordalía (aunque aquí no aparecen pruebas físicas, descartadas por la Iglesia, para demostrar la inocencia o culpabilidad,). Esa misma relación entre Daniel-juez y una mujer esperando con otros personajes asociados está esculpida en las otras dos iglesias francesas, por lo que la vinculación que vió claramente Olañeta entre las tres, se justifica con esos episodios judiciales. Nosotros no creemos que los personajes secundarios que aparecen con Daniel tengan nada que ver con Susana (remota posibilidad que apunta Olañeta para descartarlo) sino con los asistentes a un juicio, que muy probablemente sea –como era habitual- sobre una mujer acusada quizás de adulterio, que era la acusación más difícil de demostrar y que muchas veces conducía a las pruebas caldarias o de otro tipo. Lo tardío de estas construcciones (último tercio del siglo XII) puede marcar un resto de la pervivencia de esa forma jurídica, pero ya sin pruebas físicas, cuestión que hemos estudiado ampliamente a lo largo de este blog desde hace años. Esas figuras ordálicas están relacionadas con los Fueros en cada territorio.
Por
tanto, nuestra sugerencia al efecto, es que la presencia de Daniel entre los
leones no está narrando en estas iglesias el episodio bíblico y por ello no hay
que buscar Habacuk, Ciro, Susana o cualquier personaje, sino que esos capiteles
muestran a un juez –Daniel, que significa “juicio de Dios”- ante el que
comparecen los acusados y testigos medievales vivos para dar testimonio y de
ahí las mujeres compungidas, con las manos juntas, expectantes, y los demás
personajes que aparecen en ellos. Es un retrato fiel de lo que sucedía a sus
pies donde Daniel era la apelación a la inocencia y a la justicia. Lo iremos viendo
a lo largo de esta humilde propuesta alternativa.
En
un documentado artículo de Olañeta en la
revista “Ad Limina” nº 7 de 2016 titulado “Modelos programas e interpretación
de la representación de Daniel en el foso de los leones como imagen alegórica
de Cristo Triunfante en algunos hitos de la ruta jacobea” señala en su pag. 66
una posible lectura de dos varones luchando a escudo y bastón en un capitel del
deambulatorio de Saint Sernin de Toulouse, próximo a la figura de Daniel, como
la celebración de un duelo judicial propuesto por Daniel y Quitterie Cazés,
cuestión que venimos manteniendo en este blog siguiendo la idea de Beatriz
Mariño respecto al norte de Palencia, que es donde se concentran muchos
danieles. En nuestra entrada en este blog"Espectáculo judicial en Estella (Navarra) que es la tercera entrega relativa a Estella, hemos mostrado los capiteles tolosanos.
En nota al pie, Olañeta propone que los
“danieles” de Echano y Sarbazan también promuevan “la prevalencia del juicio
divino sobre la justicia terrenal”.
En
nuestra modesta opinión, las esculturas tenían un fin práctico y terrenal, ya que se utilizaba la iglesia como lugar de
juicio en pleitos en los que sólo la palabra era prueba, lo que implicaba
amenazar a los perjuros con penas infernales y aleccionar a los acusados y
testigos para decir la verdad. Lo hemos propuesto para templos de la Borgoña y
otros enclaves del Camino. De esa manera
encontramos la vinculación de los templos franceses y Echano como iglesias
juraderas, y creemos que los elementos que acompañan a Daniel no forman parte
de relato bíblico alguno, sino que Daniel representa al juez–con el libro en la mano, ya que los acusados
y testigos debían jurar sobre los Evangelios-
y los personajes que le entornan ya en el mismo capitel, ya en los
circundantes, están representando a los fieles que apelaban al juicio divino
para solventar sus disputas.
EL
DANIEL DE ECHANO
Deducimos
por las lecturas que no hay constancia de que el palacio o residencia que hubo
adosado al templo, desaparecido antes del siglo XV se construyera al tiempo que
la iglesia. Puede ser, por tanto, que esa vivienda se hiciera tiempo después que la iglesia, con la que no
habría que relacionarlo. Es decir, volvemos a considerar la iglesia como
aislada y solitaria sin habitación próxima. Más razón para “protegerla” con
motivos profanos y dotarla de elementos apotropaicos que salvaran el edificio
de malos espíritus, envidias y otras malevolencias, más aún si tenemos en
cuenta que la portada esculpida se orienta al norte, territorio de diablos y
amenazas del mal.
lateral del capitel de Daniel en Echano .Hombre sin piernas que se apoya en el león (foto Ina) |
Pero
debemos centrarnos en Daniel. El modelo que se repite en las tres iglesias, dos
francesas (Sarbazan y Saint-Aubin) y la de Olóriz en la Valdorba, es muy
similar y no tiene sentido cuestionar la propuesta del Dr. Olañeta porque en algún
caso un personaje tenga el gesto o el peinado así o asá. Los elementos comunes
son un hombre con libro en medio de dos leones con los que en algún caso
interactúa acompañado de personas que asoman sobre los leones, y una serie de personajes que forman capitel
separado, donde una mujer aparece sentada y en postura de resignación. A veces,
como en la portada de Echano, se efigian figuras bien vestidas, de aspecto
noble, alguno sentado, que transmiten la idea de autoridad. Pensamos que en
Echano, ante su portada y precisamente ante el trío de capiteles figurados, se
tomaba declaración ante un notable o un juez (para entonces la Iglesia no
presidía oficialmente las ordalías) y se alcanzaba el punto de desencuentro en
el que sólo el testimonio tenía valor al jurarlo, y era en el interior, ante la
figura judicial de Daniel donde se tomaban los juramentos. Esa liturgia la
hemos comentado a lo largo de este blog.
El otro lateral del capitel de Daniel en Echano donde el hombre tiene esculpidas las piernas (foto Olañeta) |
Como
decimos, en Echano aparece un capitel con Daniel entre los leones, propuesta
que pese a la evidencia al comparar con las iglesias francesas tanto como por
el propio sentido en la iglesia navarra, cuestiona Ortega con argumentos
anecdóticos (no parece elemento discriminatorio que un cimacio tenga dos o
cuatro filas de taqueado jaqués, por ejemplo). Describe Olañeta: “En el capitel del lado de la epístola del arco fajón occidental
de Echano aparece un personaje con barba y sin bigote, sentado, que muestra al
espectador un libro abierto que sujeta con una sola mano”. Lo vemos en la foto que nos facilita Ina.
Le escoltan a cada lado sendos leones; desde luego, no son mastines. Si
para disminuir el valor de la propuesta del dr. Olañeta, el señor Ortega
argumenta que uno de los leones no lame el brazo sino el libro que porta
Daniel, entendemos que esos son argumentos anecdóticos. Tanto en los capiteles
danielinos de Sarbazan como en Saint-Aubin se ven ligeras adaptaciones, muchas
veces porque el cantero trabajaba sobre apuntes sin detallar o interpretaba a
su gusto, y al final la intención era plasmar la esencia: un hombre con un libro entre dos leones, al que en su
entorno se acompañaba unos personajes (
testigos, una dama en postura de tensa espera, etc). .Con todas las variantes
que la capacidad del tallista y el comitente pudieran introducir en el relato
básico, que es el mismo en los tres templos.
Sigue la descripción el dr. Olañeta señalando lo que hay detrás de los
leones escoltas: “Por detrás de ellas
(las fieras) aparecen sendos individuos, también con barba y sin bigote, que
posan sus manos sobre los lomos de los felinos. Las piernas del personaje del
lateral oeste asoman por debajo del león, cosa que no sucede en el del otro
lado.”
Echano.Cara principal del capitel de la dama esperando con las manos sobre las rodillas frente a Daniel (foto Ina). |
Continúa el recorrido: “En el capitel
opuesto, el del lado del evangelio su
cara central muestra a un personaje sentado con las manos aparentemente
apoyadas en las rodillas, calzado con botas que le llegan hasta media pierna.
Su sexo es indefinido, si bien los
pechos marcados podrían ser un indicio de que se trata de una fémina. Esto
podría explicar la postura que parece que adopta recogiéndose la falda para
mostrar las piernas. Da la impresión de que lleva un gorro, pero la rugosa
textura de la piedra en esta parte parece indicar que más bien la peculiar
forma se deba a una talla inconclusa. Flanqueando al personaje, en los
laterales del capitel, se disponen otros dos individuos. El del lado oriental,
arrodillado, se sujeta con la diestra el brazo izquierdo y con la siniestra el
tobillo derecho, (realmente es el izquierdo) adoptando una postura de difícil interpretación.
Lateral occidental (foto JAO) |
lateral oriental del capitel de la dama (foto JAO) |
Parece que lleva barba y sombrero
similar al del personaje central, si bien se le puede aplicar la misma duda
sobre su conclusión, lo que podría ser congruente con el aspecto general de
esbozo de la figura, cuyos lisos volúmenes parecen estar esperando todavía a
ser finalizados y dotados de los correspondientes detalles ornamentales. En el
lado occidental otro personaje, éste sentado y ataviado con una larga túnica,
señala a la figura central con una desproporcionada mano.”
El autor se detiene, como en todo el artículo, en buscar relaciones de
talleres, ver las vinculaciones con Leyre y Sangüesa, pero nosotros nos vamos a centrar en encontrar explicación a estos dos capiteles.
Como proponemos, Daniel aparece con un libro porque es ante su figura donde
se va a realizar la deposición de testigos y protagonistas del juicio. Y es en
este otro capitel de la dama esperando sentencia y la postura extraña de un
hombre en el lateral, quien creemos está haciendo una genuflexión con un gesto
de juramento, donde se materializa el proceso. Los personajes que aparecen tras
los leones pudieran corresponder a la corte judicial, los que manejaban la
ceremonia, puede que incluso algún clérigo; los ayudantes de la Justicia divina.
Nos ayuda a ello la propuesta de Ortega de que los capiteles de la portada son
del mismo taller que estos de Daniel y el juicio. Es que todo ello forma un
conjunto relatando la finalidad del templo: sede judicial.
Mujer esperando sentencia con las manos sobre las rodillas.No se remanga la falda, que aparece larga hasta sus tobillos (foto M.J.Friedlander)
Volviendo al interior,
no nos parece que –como dice Olañeta- la dama se esté arremangando la falda,
sino que tiene apaciblemente las manos apoyadas en las rodillas, en posición de
tensa espera. Si se remangara la falda se verían sus dedos no estirados. En general,
en el románico cuando alguien se remanga, nos muestra el objeto del movimiento,
como los canes obscenos de S.Pedro de Tejada.
Personajes que se remangan para exhibir (S.Pedro de Tejada) Burgos |
Si fuera varón, el significado es
el mismo: esperando sentencia. En Echano es una figura que espera. Lo mismo que
varios canecillos del mismo templo: esperan. Idéntica postura de las damas de
Sarbazan y Saint-Aubin: esperan una sentencia
Canes de Echano ¿esperando sentencia? |
Canes de Echano con personajes esperando |
Tampoco vemos relación con los
litigios judiciales de Robert de Ketton, sino que en este templo, como en otros muchos, se ha
ambientado la liturgia de las ordalías en tiempos que ya no se realizaban
pruebas físicas, pero sí se seguía apelando a la Iglesia para resolver esas
graves acusaciones, en las que ésta trataba de no intervenir pero sí de poner
los medios para evitar males mayores como las venganzas que ya fueron
fustigadas por los cluniacenses en Frómista y otros templos del Camino.
En una
nota al pie en la pag. 24 de su trabajo, Olañeta menciona el Fuero General de
Navarra y el de Jaca, relaciones que hemos estudiado en este blog porque se
puede vincular esas representaciones con las ordenanzas y condenas de los
Fueros. De hecho, hemos sugerido que el desaparecido Daniel del interior de
S.Juan de la Peña, frente al altar, tuviera ese sentido judicial, ya que allí
se celebraban juicios de Dios.
Volviendo al interior, es significativo que el capitel de la dama sentada
en el que los personajes tienen largos dedos –detalle personal, seguramente,
del tallista- aparezca en el lateral a nuestra izquierda un personaje de sexo
indefinido, vestido con cierto lujo, que estira el brazo derecho hasta mostrar
su mano abierta, claramente mostrando a la dama juzgada. Si estamos en un
proceso, puede tratarse tanto de acusador como defensa, pero forma parte del
episodio. En la otra cara, otra figura en postura intrigante nos sugiere que se
trata de un testigo, ya que se arrodilla, coge con su mano izquierda la pierna
de ese lado al tiempo que con su mano derecha sujeta ese brazo izquierdo. En
nuestra modesta opinión, es un gesto de juramento. En esos procesos se
establecía la posibilidad de la asistencia de los cojuradores, que ya hemos estudiado en entradas anteriores y que eran una
especie de fiadores del acusado o acusada, quienes, aunque no conocieran el
caso concreto juzgado, podían garantizar la honradez de su patrocinado/a.
Posible gesto de juramento en Echano, similar al de Sarbazan (foto JAO). También las bolas son similares |
Dos grandes bolas decoradas enmarcan a la dama acusada, quizás invocando el
lugar de la ceremonia en la iglesia. Esas mismas bolas decoradas las veremos en
Sarbazan, que es el templo en el que más completo se muestra el ciclo,
probablemente, su origen, como sugiere Olañeta. El hecho de que el jurador del
lateral lleve la misma corona o birrete que la dama nos permite suponer que
puede tratarse de dos personas vinculadas en el mismo proceso.
Podemos intuir que Daniel está siendo apelado como juez de la mujer
acusada. Daniel es aquí la imagen del juicio justo. La característica principal
del profeta era haber sido condenado injustamente al ser inocente. El propio Daniel aparece
como juez en un episodio de acusación sexual: la historia de Susana. Antes de
llegar a esta liturgia, en la puerta del templo, ante la comunidad testigo del
proceso, se han presentado los protagonistas que representan a la Justicia.
Están esculpidos en los capiteles historiados.
Tomemos el texto de Ortega: “Los
capiteles mantienen la misma tónica de omitir lo religioso. De los seis, hay
dos con decoración vegetal, uno con dos aves enfrentadas y tres con representación
historiada, en la que se nos cuenta, empezando por el primero a la izquierda
del espectador, la espera de dos nobles con grandes palmas entre las manos,
elegantemente vestidos con pellizones para el recibimiento a alguien en el
siguiente: un personaje sentado como si reposara del viaje (está destrozada la
cabeza, pero posiblemente es el de la clave) es atendido por los dos
caballeros, uno a cada lado, que le ponen una mano sobre los brazos. Y por
último, el mismo personaje de la clave (comitente o palaciano de la barba con
grandes rizos vueltas hacia fuera) está en una esquina recibiendo el homenaje
de los otros dos personajes a su derecha: uno genuflexo le hace alguna ofrenda
(¿el pan y la sal?) y el otro está de rodillas. Todos ellos, como hemos dicho,
visten elegantes mantos o pellizones.”
Unico capitel historiado a nuestra derecha
de la portada de Echano.
SARBAZAN (Landas)
Casualmente, también Sarbazán en Las Landas, dedica su iglesia a San Pedro,
como Echano. Olañeta ve tal similitud de relato, incluso de talla, que propone
que sea ésta la inspiradora del episodio de Daniel en Echano. En el capitel del
arco formero que separa el transepto de la nave principal “hay un capitel en cuya cara principal aparece un personaje sentado,
sin barba, vestido con túnica larga y calzado que sujeta un libro abierto en la
mano izquierda. Está flanqueado por dos cuadrúpedos, uno de los cuales le está
lamiendo con su potente lengua y apoya una de sus garras sobre la parte posterior
del libro, mientras que el otro está muy dañado. En las caras laterales, sobre
los cuerpos de los animales, asoman sendos rostros humanos”.
El Daniel de Sarbazan con leones de largas lenguas (foto Ina) |
Como vemos, básicamente es el Daniel de Echano. Pero sigamos con el otro
capitel: “También el capitel norte del arco
triunfal del ábside sur de Sarbazán presenta una composición muy próxima a la
del capitel septentrional del arco fajón occidental de Echano. En el mismo, un
personaje imberbe, con flequillo, vestido con túnica larga y calzado, se
encuentra sentado con sus manos apoyadas en las rodillas ocupando la cara
principal de la pieza. En los laterales dos personajes de pie, también sin
barba y con túnica larga, le flanquean y señalan con sus desproporcionadas
manos, en un gesto que recuerda mucho al individuo de la cara norte del capitel
de Echano.”
Hasta las bolas esquineras son similares.
Capitel de la dama juzgada en Sarbazan.También con bolas decoradas y asistentes Misma postura de espera que en Echano (foto Ina) |
Lateral del capitel de la dama en Sarbazan (foto Ina) |
Pero en Sarbazan aparece además un capitel con un juez civil, tal como
hemos visto en otros lugares, por ejemplo, en Larraona (lo comentamos luego). A
nuestro entender equivale a los de la portada de Echano. Lo describe Olañeta: “En la cara principal del tercer capitel de
Sarbazan, el meridional del arco triunfal, un personaje de pie se mesa la barba
formada por largos mechones terminados en bucle, que recuerda notablemente a la
que hacen algunos de los personajes de la portada de Echano. En las caras
laterales sendos individuos señalan con sus desproporcionadas manos, como en el
capitel del arco triunfal, al personaje central. Lo curioso es que uno de ellos, como en la
iglesia navarra, también está arrodillado y cogiéndose la pierna con una mano.
No faltan en esta pieza otros elementos que ya hemos comentado, como la bola
decorada colgando de las hojas o la particular estructura de estas.”
Autoridad, quizás juez en Sarbazan con el cojurador a su izquierda.También bolitas (foto Ina) |
Otro participante en el proceso presenta al juez en Sarbazan (foto Ina) |
También en Sarbazan –quizás como muestra de que es el origen del tema, por
lo completo de su iconografía judicial- aparece otro capitel que creemos
relacionado: un Pantocrator, con Cristo
bendiciendo llevando un libro, envuelto en mandorla que sujetan dos
personajes sin alas, aunque uno parece llevar un manípulo. Aparece un pequeño
Agnus Dei en un lateral. Colocado enfrente de Daniel sugiere un reforzamiento
del papel del profeta, advirtiendo que un perjurio o un falso testimonio en
este juicio ante Daniel, supone la
condena en el día del Juicio Final ante Cristo-juez aunque ahora pudiera
engañarse a los jueces.
Capitel del Pantocrator en Sarbazan que refuerza la figura de Daniel (foto Ina) |
lateral del Pantocrator don Agnus Dei (foto Ina) |
Esta pareja Cristo-Daniel –tal como describe Olañeta- se encuentra en
Santa Maria de Hoyos, en Valdeolea, (Cantabria): Daniel comparte gesto con
Cristo en el capitel de enfrente (armas christi), y en otro ambiente, también
hemos encontrado utilidad similar en la nave de San Quirce de Burgos, sin
Daniel, pero con un Pantocrator cercano a un capitel con la condena de una
lujuriosa que jura metiendo la mano en la boca de un león. El uso de
Pantocrator en algunas portadas sugiere su utilidad, como venimos proponiendo,
como lugares de jura, tanto para litigios como rompimientos de pactos o Tregua
Domini. (Ver luego la referencia a la inesperada presencia de un pantrocrator
en la portada de Biota junto a otras escenas de combate en entrada de 31/7/17
donde lo relacionamos con el maestro de S.Juan de la Peña o Biota por la forma de
sujetar la toga de los jueces, como en Santiago de Agüero)
Dejamos Echano: a partir de los estilemas y formas compositivas se produce un
profundo debate entre las interpretaciones de
J.A. Olañeta y A. Ortega, que conduce a interrogarse si el motivo nació
en Aquitania y se desplazó a la Valdorba (como propone el primero) o al
contrario, que es lo que defiende Ortega. A un lado y otro de la frontera hemos
visto escenas de juicios y ordalías, en muchos casos con referencias a los
Fueros por lo que no vemos claro el origen y la copia. Nos centramos en
defender la aplicación de este motivo de Daniel y la dama compungida: los
juicios y ordalías.
SAINT-
AUBIN (Gascuña)
Explica
Olañeta que Saint-Aubin está a menos de 60 kms.al sur de Sarbazan. “El
capitel del lado del evangelio del arco triunfal presenta en su cara principal
a un individuo sentado que sostiene con ambas manos un libro abierto. No tiene
barba y está calzado. Está flanqueado por dos leones de pie que giran sus
cabezas, situadas en las esquinas de la cesta, y muestran sus largas lenguas
de tal forma que parece que se están lamiendo a sí mismos…Por detrás de la
fiera del lado oriental hay un personaje representado en busto que, debido a su
mal estado, es difícil de definir con mayor detalle.
Capitel de Daniel con libro y leones lenguaraces en Saint-Aubin (foto J.A.Olañeta) |
La composición de este capitel es muy similar
a la ya vista en Echano y Sarbazan, tanto en la ubicación de las figuras, como
en la decoración vegetal formada por volutas que les acompaña.”
Más
adelante, concluye: “En los tres lugares,
la cesta que les acompaña (a Daniel) presenta a un individuo sentado en la cara
principal con las manos colocadas de forma muy rígida sobre el regazo, flanqueado por dos gruesas hojas bajo unos
caulículos que acaban en volutas en las esquinas del capitel, y con sendos
individuos en los laterales que señalan con la mano extendida hacia el
personaje central”.
La dama acusada en Saint-Aubin (foto J.A.O) |
Parece
evidente el uso de modelos compartidos, para dotar a los templos de elementos
juraderos. En los tres Daniel sostiene un libro abierto, cosa que en otros
capiteles de la zona donde se esculpe al profeta no ocurre (Moirax y Engayrac),
lo que no significa que no fueran juraderas, sino que el libro de modelos es
diferente. Algo más del 10% de las figuras de Daniel estudiadas por Olañeta en
su tesis, sostiene un libro. En Yermo, por alusiones, y en Santillana –su
modelo- es el arcángel San Miguel quien
lo sostiene, pero es que en estos dos casos los capiteles sí que son narrativos
del episodio bíblico, mientras que en los que estudiamos ahora son el recurso
celestial ante una demanda de justicia.
Un
detalle más aporta Saint-Aubin: el arco absidal posee una serie de capiteles
muy destrozados pero entre los que se conserva lo que por su formato puede ser
otro Daniel entre los leones. Al lado, uin capitel con danzantes, músicos y
tocadores de tejoletas, que lo confiere un tono festivo, todo ello en torno al
altar.
Se
pregunta Olañeta si esta iconografía en el interior de los templos tendría
alguna función penitencial. De alguna manera así es, puesto que la celebración
del juicio, con alusiones al Juicio Final conllevaba penas y penitencias que
habrían de cumplir reos o perjuros.
Otro posible Daniel en el ábside de Saint-Aubin |
A lo
largo de este blog hemos ido desgranando primero los casos que citaba Mariño y
luego lo que hemos visto buscando ejemplos. Así citábamos a principios de 2017
las ordalías esculpidas en portadas como Arenillas de San Pelayo,
Santiago de Carrión de los Condes o loa famosos capiteles dela Walters en los USA, que estudió Dorothy Glass para acabar
en los capiteles de Frómista. En la citada entrada “Los americanos de Palencia”
ya aparece un capitel en el que una mujer abrumada se dirige a un hombre
barbado y noble que lleva un bastón de mando en la mano, probablemente un juez, figurando en las otras caras del capitel escenas de lucha ordálica y gestos
de juramento.
También
el 21/1/17 publicamos dos entradas analizando la portada que hemos citado de la
iglesia navarra de Larraona, con una
evidente escena judicial, con cierta picardía por la índole del litigio (robo
de animales) pero donde aparece el juez de bastón y barba como los que
tratamos. Aquí se incorporan dos detalles curiosos: la barba bífida del
presunto juez y su monosandalismo.
También vimos el sorprendente espinario que
se aplica ungüento en la planta del pie, probablemente porque ha pisado las
brasas en la ceremonia de ordalía.
Juez en la arquivolta de Larraona con una iconografía judicial (Joto J.R.Ugarte) |
En fecha 12/3./19 (“De nuevo las ordalías:
Borgoña”, cuyo enlace hemos citado antes) estudiamos Bois-Sainte-Marie
en Borgoña con la condena al perjuro y Daniel en el foso asistido por Habacuk, donde
aparecen variaciones de luchas por ordalías y las mujeres llorosas. En la
fachada reconstruida se esculpen capiteles con ángeles en situaciones de
juicio, condenas, etc. todo ello en un ambiente claramente judicial.
Días
después,en entrada de 28/3/19 sobre ordalias francesas
estudiamos un texto de Lemesle sobre
los duelos judiciales del siglo XI en el que se cita ordalía para decidir si
una mujer declarante dice verdad o no. Los monjes proponen un duelo contra ella
y sus hijos, representados por campeones.
En Biota 31/7/17 (“Portadas de Santiago de
Agüero y S. Miguel de Biota”) señalamos la figura del Cristo juez en la portada
que sujeta con nudo la toga Y en Santiago de Agüero . señalamos la presencia de un juez
junto a una joven mujer posiblemente juzgada, en un canecillo sobre la portada.
En la 6ª
entrega dedicada a la iglesia burgalesa de San Quirce, al estudiar su interior vimos una
Maiestas frente a la mujer juzgada por lujuriosa (aparece en formato lujuria,
pero introduciendo la mano en la boca de un león, claro gesto de juramento).
Tenía
tal valor esa liturgia de los juramentos, que lo llamaban “sacramentos”.
Músico y bailarina en S.Aubin (foto J.A.O.) |
No es para
nuestro nivel sugerir otra cosa que líneas de investigación para que estudiosos
más documentados encuentren pistas para lograr una lectura adecuada a figuras
esculpidas que crean dudas, todo ello tratando de entenderlo
desapasionadamente, sin querer convencer a nadie de que estamos ante un unicum
ni de que por mucho que estudiemos y visitemos mil veces el mismo templo vamos
a tener mejor conocimiento que quien hizo las fotos y se fue a su casa a
investigar serenamente. Tenemos alguna experiencia de apasionados guardeses de
iglesias románicas que, como están todos los días y a todas horas viendo su
iglesia, creen que han alcanzado el máximo conocimiento infalible de “su” templo. El apoyo que supone la ficha de la Enciclopedia es para nosotros el punto de inicio de cualquier investigación.
Personalmente
paso a menudo por la experiencia de que cuando enseño la iglesia de mi pueblo,
algunos vecinos murmuran: ¡Qué va a saber ese si ni siquiera es del pueblo¡.
Cierto, llegué hace cuarenta años, me falta pedigrí.
Tan sólo
proponemos abrir una via de interpretación de ese ciclo de danieles con dama,
que pudiera vincularlos con similares escenas de juicios de Dios, duramente
criticadas por los cluniacenses especialmente por sus pruebas físicas y que
impulsaron su sustitución por encuestas “modernas” para alcanzar cotas legales
humanizadas. Todo ello representado en el románico francés y español, incluso,
como aquí, cuando desde 1215 la Iglesia se había mostrado remisa a participar
en esas ordalías. La iconografía parece mostrar que la demanda de patronos y
fieles pervivió más allá que las disposiciones de los concilios.
Con derecho a réplica por alusiones: https://www.romanicoennavarra.info/Talleres_Esteban_Leodegarius_Etxano.pdf
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